El jueves 27 de febrero, en la Universidad de Cambridge, un joven argentino y una estudiante colombiana defendieron en un debate público el derecho argentino a las islas Malvinas.
El joven argentino Ian Sielecki, quien estudió allí hace dos años y actualmente realiza un posgrado en la Escuela de Ciencias Políticas de París, fue invitado por la Universidad de Cambridge a defender la posición argentina. Ian ya era conocido en Cambridge por su defensa de la posición argentina hace dos años en otro debate y por un artículo suyo en el Hufftington Post.
El argentino fue secundado en su difícil tarea por Paula Meléndez, estudiante colombiana de Historia.
La Cambridge Union es considerada la mejor escuela de debates en las competencias internacionales, esos encuentros tienen la particularidad de reproducir en su mecánica la utilizada en el Parlamento de Inglaterra.
Este pequeño evento, desconocido para muchos de nosotros, puede ser uno de los aportes más significativos que se han producido en nuestra búsqueda por la recuperación de las islas.
“Les voy a recordar que ustedes, como miembros de esta asamblea, como símbolos de la más destacable educación y razón británica, tienen el deber de permanecer lúcidos, incluso cuando su gobierno y sus medios apelan a emociones nacionalistas”, abrió fuego con voz pausada y segura este joven de 23 años frente a una audiencia conservadora de donde seguramente saldrán muchos de los futuros políticos y ministros británicos.
Como era de esperar, la audiencia que participó de la disertación ya tenía una posición tomada previa al debate. Tan es así, que antes de comenzar se oyeron numerosas opiniones que respaldaban la postura británica y ninguna a favor de nuestro país. La defensa a la autodeterminación de los isleños y la escasa confianza en el gobierno actual para respetar sus derechos fueron los principales argumentos que tuvieron que sortear. “Nosotros dijimos que de ninguna manera mantener la nacionalidad británica implica mantener la tierra”, explicó Sielecki luego de su ponencia. Por otra parte, el planteo pro Argentina manifestó la trascendencia del reclamo de soberanía, más allá de la incertidumbre que genera la administración de Cristina Kirchner: “No adhiero en absoluto a la manera en que el actual gobierno argentino manipula esta cuestión. Pero este asunto es mucho más profundo que el actual gobierno argentino”, respondió el argentino.
El dúo de Sielecki y Meléndez no resultó ganador, pero estos chicos pusieron una verdadera cuña en una puerta habitualmente cerrada; varios jóvenes, que algún día estarán sentados en lugares de decisión han sido tocados por él, y esa cuña puede ser el comienzo de un gran boquete en la muralla que hoy nos impide recuperar parte de nuestro territorio.
Sielecki, con pragmatismo, trató de convencer a los ingleses, en su terreno, de que a ellos mismos, desde todo punto de vista, les conviene devolver las islas. “Hubo momentos en la historia en que Gran Bretaña fue universalmente admirada. Aquella Gran Bretaña era altamente razonable, lógica y pragmática. Aquella Gran Bretaña tomaría la decisión difícil. Aquella Gran Bretaña entendería que devolverle las islas a la Argentina es, no sólo justo y correcto, sino también conveniente y honorable”.
El gasto económico que implica robustecer la posición inglesa en las islas y el costo diplomático, que contradice la importancia que Gran Bretaña le ha otorgado a Latinoamérica en los últimos años, no pudieron ser objetados por la audiencia que, a pesar de aclamar por mayoría la posición británica, también aplaudió efusivamente la presentación de Sielecki y Meléndez, quienes tomaron el moderado apoyo recibido como un verdadero triunfo.
*Escritor.