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Crisis

Las dos Italias

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El viejo año ya terminó, pero algo aún no funciona aquí”, escribió en 1979 el cantautor Lucio Dalla. Terminaban los “años de plomo” y, aunque la inflación golpeaba, era posible “seguir esperando”. Hoy, en cambio, los jóvenes no ven esperanza ni futuro. Lo dicen sin vacilar mientras Italia aparece como un país en decadencia, de jubilados convertidos en el principal soporte de hijos desocupados.

Pero mafia y corrupción, inestabilidad política y burocracia, ignorancia e indiferencia, decadencia en las estructuras públicas de salud y educación conviven con “otro país”, el de miles de personas en la Piazza della Scala de Milán donde la Filarmónica, dirigida por el argentino Daniel Barenboim, despidió al fallecido maestro Claudio Abbado. El de quienes frecuentan en Roma la exposición Augusto, una inmersión en el Siglo de Oro con estatuaria, camafeos y otros objetos de elegantísimo diseño. El de muchos que frecuentan en Milán el Museo del Novecento, que expone el proceso de gestación de Il Quarto Stato (1901), de Giuseppe Pellizza, uno de sus óleos sobre las huelgas obreras.

Y datos inquietantes. El Banco Central difundió esta semana cifras que el diario La Repubblica sintetizó: “La crisis golpea a las familias italianas: aumenta la pobreza y disminuyen los ingresos”. “El ingreso familiar medio en términos nominales cayó 7,3%” de 2010 a 2012 y “la pobreza aumentó del 14% al 16%” en el bienio. “La otra cara de la medalla –agregó el diario– muestra una siempre mayor concentración de la riqueza”. Además, Christine Lagarde, titular del FMI, subrayó: “En Italia y Portugal más de un tercio de los jóvenes de menos de 25 años está desocupado”.
En tanto, Matteo Renzi (39), secretario del Partido Democrático (centroizquierda), y el capo de Forza Italia (conservadora), cuatro veces premier, condenado a prisión por fraude fiscal y destituido por esto del cargo de senador, Silvio Berlusconi (77), hacen un acuerdo –con críticas en sus propias filas– para “ordenar” electoralmente el país. Italicum –nombre de la reforma– enfurece al ex cómico Beppe Grillo (65) y su Movimiento 5 Stelle, que pidió el impeachment contra el presidente de la República, Giorgio Napolitano, al que un diputado “grillino” acusó de “verdugo”. Abundan debates en TV que aumentan la confusión del ciudadano, preocupado por impuestos, trabajo precarizado y empresas que amenazan con cierres y despidos, como Electrolux. Estos programas con más espectáculo que claridad entonan con Grillo, Berlusconi y Renzi, trío que se mueve cómodo ante las cámaras. Hace veinte años, cuando Il Cavaliere triunfaba con FI, Grillo tenía su propio show y Renzi ganaba 48 millones de liras en La ruota della Fortuna. Hoy muchos acusan a Renzi de resucitar a Berlusconi, condenado también (caso Ruby Robacorazones) por concusión e incitación a la prostitución de menores. Pero el ex premier asegura volver a triunfar este año. El cantante Adriano Celentano apoya el acuerdo Renzi-Berlusconi, mientras el Nobel de Literatura ’97, Dario Fo, grillino, lamenta el cierre de teatros, ocho en Milán, y acusa: “La cultura es administrada por gente inconsciente”. Pero, según una encuesta de TV, el 35,5% de los interrogados apoya al PD y el 23,2% a FI.

En este cuadro, para el Día de la Memoria de la Shoah, tres cabezas de cerdo llegaron por correo a la comunidad judía. El “otro país”, en cambio, siguió conmovido por la serie web protagonizada por Vera Vigevani de Jarach, cuyo abuelo murió en Auschwitz y su hija Franca es una desaparecida por el terrorismo de Estado argentino.

Paralelamente, algunos romanos agotan el sábado las localidades para The Wolf of Wall Street, hacen cola en un tradicional y económico local chino del Trastevere o cenan a bajo costo pero rico en Filettii di Baccala, en Campo dei Fiori. Tal vez alguien se pregunte si, como imaginaba Dalla, en el futuro “habrá comida y luz todo el año”.

*Periodista.