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Las mil casas de Steven

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| Cedoc

Una buena noticia para los lectores que aceptan encerrarse en la pandemia a veces mortal y que me alegró la vida: la editorial Interzona lanzó una preventa de un nuevo libro a un valor que no excede los dos kilos de vacío comprados en una carnicería de barrio. Se trata de Museo Barnum, de Steven Millhauser, el más destacado cultor de los mundos imaginarios trabajados desde la perspectiva del detalle alucinado y preciso. Pero además, la editorial avisó que la compra viene acompañada de otra obra del autor, un relato breve y extraordinario llamado August Eschenberg.

No sé qué cuentos contiene Museo Barnum, pero puedo decir que cuando en las contratapas de sus libros se menciona como sus precursores a Poe, Borges o García Márquez, sólo podría aceptarse en la lista al tercero por lo que le debe al segundo, que más de una vez admiró al primero. August Eschenberg es un cuento que puede tocarse con “El jugador de ajedrez de Maelzel”, del genio norteamericano  difunto, pero mientras éste texto trabaja la descripción miniaturista del funcionamiento de un fraude encantador,  Millhauser toma la extinta cultura de la fabricación de muñecos autómatas para desarrollar una lectura de la evolución, auge y desaparición absoluta o relativa de formas artísticas ligadas a demandas comerciales, y el modo en que estas demandas, en su transformación, afectan a las almas de los artistas que fijaron sus destinos a la realización, en estas formas, de una utopía única y privada (y sin embargo social). Me quedé corto.