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Las mujeres hacen política: liderazgo y violencia

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Reclamo. De luto y en silencio, de las mujeres chilenas en contra de los muertos por la represión. | AFP

Desde hace poco las mujeres ocupamos cargos en política y nos destacamos. Antes participábamos pero no se visibilizaba, hasta las leyes de cupo y de paridad las mujeres en nuestro país y en muchos otros no lograban cargos electivos, salvo unas pocas.

Los resabios del patriarcado en la política aún son muchos, y las mujeres no suelen estar en los lugares donde se toman las decisiones sobre candidaturas. Esto no limita su capacidad por la defensa de la justicia y la igualdad. Las vemos liderando acciones en las crisis, como en Chile estos días. El caso chileno es paradigmático de una lucha popular de reclamo en el que las feministas organizadas realizan actos y movilizaciones pacíficas, de denuncia y clara acción política muy efectivas. El sábado, en Internacionales, la nota sobre las chilenas pidiendo por los asesinados es un ejemplo de esto, como la movilización en silencio frente a la casa de gobierno por las violaciones que sufrieron a manos de los carabineros. La consigna que las nucleó fue “Justicia, verdad, no a la impunidad”, algo muy movilizante cuando, después de marchar en silencio, gritaron frente a La Moneda, resonó en todo el país y trascendió las fronteras.

Este liderazgo produce respuestas violentas que no son proporcionales a la acción que se sanciona, ni comparables a la que se aplica cuando los actores son varones, que caracterizan la diferente actitud de las fuerzas de seguridad frente a las protestas de las mujeres, e incluso de los gobernantes que las indican o permiten.

Las movilizaciones de las mujeres son pacíficas, no hay agresiones físicas a las fuerzas de seguridad, solo expresiones de rechazo y denuncia, como estas mujeres de luto desfilando por las muertes producidas por la represión. Pero generan respuestas más violentas que muchas veces, como ocurrió en Chile recientemente, son sexuales: las violan. Este método de sometimiento se aplica en las represiones populares, al igual que en las guerras, donde las violaciones masivas de mujeres son las armas.  

Esto también ocurre en la participación política partidaria, donde las mujeres sufren violencia, en general sexual, por parte de políticos y de la sociedad. En Internacionales el domingo se informa la renuncia de diputadas británicas que, ante amenazas reiteradas, decidieron no presentarse a las elecciones. Son anónimas a través de las redes sociales, donde se socava a candidatas con amenazas a ellas y a sus familias. Esto fue denunciado antes por candidatas en Perú y otros países. En Argentina, desde 2018, algunos partidos adoptaron resoluciones de prevención y sanción a estas conductas. La violencia política es una forma de violencia que existe y debe eliminarse y sancionarse.  

En las empresas, la ausencia de mujeres en la conducción y las dificultades para enfrentar el acoso laboral son las formas más frecuentes de violencia que se ocultan o resuelven en general a favor del agresor. En 50/50 el domingo, Valli comenta un informe sobre mujeres en los directorios de las empresas que más venden. En 2018 solo el 8,4% en 500 empresas estaba en altos cargos. Las abanderadas eran YPF, Banco Nación y Telecom, aunque algunas solo suplentes, y dos presidentas de directorio. Como señalan algunas, “cuando llegás hay que demostrar que sos capaz”. A pesar de la evidencia, que la Universidad Siglo XXI mostró: la satisfacción de los empleados es mayor cuando tienen jefas.

Una buena noticia en la Marcha del Orgullo fue una fiesta donde se mezclaron personas del colectivo Lgbtqi y población general, celebrando la diversidad y pidiendo “Basta de crímenes de odio”, Educación Sexual Integral y el fin de la violencia simbólica, entre otros reclamos. Esta marcha ya no es más del colectivo Lgbtqi sino de toda la población. Celebra el derecho a la diversidad y a acabar la violencia y castigo a quienes son diferentes.

En Educación se informa que en 35 escuelas técnicas de CABA las chicas se destacan en tecnología digital, algo fundamental para asegurar la participación de mujeres en el mercado laboral. Hay leyes que lo promueven pero su implementación es lenta. Hay que acelerarla, tarea para el próximo gobierno.