COLUMNISTAS

Los auténticos decadentes

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El peronismo federal cada vez más reducido a dos figuras que compiten por sus deseos de mantenerse activos, más que por el resultado de octubre.

No es una cuestión de edad: Duhalde (69) es más joven que Pino Solanas (75), y Alberto Rodríguez Saá (61) es más joven que Duhalde. Es la cantidad de horas de vuelo que llevan volando la misma ruta. Porque, si como se comenta cada vez con mayor intensidad, Pino Solanas se decidiera a ir como candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, tras un acuerdo con el socialismo –donde Hermes Binner fuera entonces como candidato a presidente–, podría ganarle al partido de Macri en su propio distrito.

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Uno de los problemas de Duhalde y Rodríguez Saá, quienes se enfrentarían el domingo de la semana próxima en la interna del Peronismo Federal (al que Radio Nacional llama “peronismo diabólico”), es que Solá y Da Neves, más jóvenes que ellos pero fundamentalmente nunca antes precandidatos presidenciales, no participarán de esta elección primaria: el primero nunca se subió y el segundo se bajó después del resultado de las elecciones en su provincia. Estas defecciones vaciaron la interna y restaron valor a su resultado.

El capital político que Duhalde pensaba exhibir ante Macri para acordar la coalición de PRO con el Peronismo Federal, sentándose a la mesa de negociaciones como el vencedor de todos los aspirantes a candidato presidencial del peronismo no K, ya no existirá aunque se realicen las internas que siguen anunciadas para comenzar el domingo 3 de abril y finalizar ocho semanas después.

Macri no está tanto mejor, viendo que sus más probables socios se desinflan y que las encuestas muestran que el impulso que la Presidenta recibió tras la muerte de Néstor Kirchner no se diluye. Escucha los argumentos que sostienen tres de las pocas personas que lo influyen: Jaime Durán Barba, su politólogo; Nicolás Caputo, su amigo; y José Torelo, su jefe de asesores, quienes le proponen volver a competir en la Ciudad de Buenos Aires para ser reelecto jefe de Gobierno y dejar la pelea presidencial para el año 2015.

La tesis presume que ir por la presidencia en las actuales condiciones es equivalente a jugar todo su capital a una sola ficha que, si no acierta, lo haga perder la presidencia y también la Ciudad. Hay encuestas que sostienen que a Rodríguez Larreta le costaría vencer a Filmus y que Gabriela Michetti tampoco tendría asegurado su triunfo ante ese candidato del Frente para la Victoria. Un poco más cómoda sería la situación de PRO ante Boudou, pero si el contrincante fuera Pino Solanas el panorama electoral de PRO sería muy complejo. Cada vez es más difícil que Macri vuelva sobre sus pasos y se presente a la reelección por el gobierno de la Capital Federal. Por ejemplo, Del Sel lanzó su candidatura en Santa Fe asumiendo que su boleta la encabezaría Macri presidente.

Pero, al revés, un desinfle de Macri y PRO no representan para Duhalde el mismo perjuicio que para Macri lo inverso en el Peronismo Federal, porque para Duhalde no sería un mal escenario si Macri abandonase su proyecto presidencial 2011; en ese caso, ser él mismo el candidato a presidente del Peronismo Federal y salir tercero exhibiendo, por ejemplo, el 15% del total de los votos nacionales para legitimar su lugar de uno de los principales jefes opositores. Duhalde no sólo tiene poco y nada que perder sino que ya ganó: hace un año tenía alrededor de 80% de imagen negativa, que hoy oscila entre el 50% y el 40%. Altísima, igual, para tener verdaderas posibilidades de triunfo en un ballottage, pero redujo significativamente el malestar que provocaba su nombre en muchos ciudadanos.

Con Saadi y Menem cooptados por el kirchnerismo, con Uturbey que antes de la muerte de Néstor Kirchner se mostraba alejado de los K pero ahora volvió a su redil, con un De la Sota que también en Córdoba competirá por la gobernación –contra Aguad y Juez– con el apoyo del kirchnerismo, y Santa Fe con el PJ unido, al Peronismo Federal poco le queda. San Luis con Rodríguez Saá, Chubut con Das Neves, algo de Entre Ríos con Busti, y los votos que en la provincia de Buenos Aires pudiera obtener De Narváez, si es que no se aleja del Peronismo Federal en una alianza con Macri, solos.

La interna del radicalismo y sus pronósticos electorales tampoco pasan por su mejor momento. Otro síntoma similar se observa en que, aunque no resulte muy verosímil, tanto Solá y Das Neves –como hizo Cobos antes– dicen no descartar competir en las primarias de agosto a las que obliga la nueva ley electoral.

Aunque en política medio año es un siglo, todos parecen contribuir a que Cristina Kirchner logre ser reelecta en primera vuelta.