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Defensor de los Lectores

Los ‘gargantas profundas’

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Para completar lo ya publicado en estas columnas acerca de las fuentes que permiten dar sustento a los materiales informativos de este diario y de cualquier medio que se precie de serio, es conveniente adentrarse en el mundo (submundo, muchas veces) de voceros oficiales, oficiosos o clandestinos en la política, y en los ámbitos de la Justicia y sus auxiliares (fuerzas de seguridad, servicios de inteligencia) habituados a administrar datos sensibles, muchas veces en delicado equilibrio entre la legalidad y lo marginal.

Los problemas se presentan cuando se trata de datos valiosos para revelar hechos ocultos o mencionar personajes vinculados con ellos. Es allí donde suelen presentarse las dificultades que obligan a quienes ejercemos este oficio a extremar la búsqueda de elementos que permitan comprobar la veracidad de la información recibida.

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Los intereses que se juegan en estos ámbitos suelen ser oscuros, y las fuentes que muchas veces cumplieron con requisitos de veracidad imprescindibles pueden incurrir en el error o –peor aún– en la manipulación de los datos con intenciones non sanctas. Terminan, así, comprometiendo al periodista.

Pondré un ejemplo reciente: en su columna firmada en matutino porteño, un conocido periodista formuló una afirmación que quedó desmentida por la realidad. Decía que dos altas fuentes vinculadas a la causa AMIA y sus derivadas, le habían afirmado que al juez Daniel Rafecas no le quedaba opción alguna: iba a convalidar la imputación contra la Presidenta y otros funcionarios y personajes según lo planteado por el fallecido fiscal Alberto Nisman y ratificado en su presentación por su reemplazante, Gerardo Pollicita. Rafecas rechazó la presentación horas después. Quienes suministraron información a ese periodista se equivocaron e indujeron al error, o actuaron intencionadamente para dejarlo mal parado.

Este simple ejemplo vale para todos los profesionales de este oficio y todos los medios: “gargantas profundas” hay a montones en los pasillos de tribunales, cafés con espías reales o ficticios, antesalas policiales, despachos de políticos y operadores. Pero un Watergate se devela periodísticamente cuando a los dichos de ese informante se suman mucho caminar, mucho documentarse, mucho enlazar datos y mucho análisis comparativo. En suma: mucho trabajo.  

Espejo. Es muy interesante el significado de la palabra especular, o más bien los distintos significados que le adjudica la Real Academia. Por una parte, relaciona el vocablo (derivado del latín  speculari) con el espejo, estableciendo que se trata de algo que se refleja o coincide con otra cosa. Por ejemplo: lo que hacemos hoy puede ser muy similar, casi idéntico, a lo que hicimos una semana atrás. Por otro lado, refiere a una intención: profundizar, tratar con hondura, analizar algo, o “perderse en sutilezas sin base real” (tercera acepción de la segunda alternativa, derivada de specularis). Entre la tapa del domingo 22 y la de ayer, se observan ambas interpretaciones en una curiosa simbiosis: los títulos son similares, y también las notas interiores que les dan sustento. El domingo 22 se decía: “CFK lanza su Plan Despedida”; ayer, “CFK impondrá el modelo por ley”. En lo sustancial, los textos no difieren en mucho: ambos se refieren al mensaje de apertura de sesiones ordinarias del Congreso que dará hoy la Presidenta, ambos especulan con lo que supuestamente referirá la Presidenta (un extenso informe de gestión de 12 años) y lo que tal vez anuncie:  medidas económicas no identificadas. Es evidente que no se contaba, en ninguno de los casos, con información más sólida que permitiera especular en el sentido de “meditar, reflexionar con hondura, teorizar”, como propone la RAE.

Este ombudsman entiende que ni lo publicado el domingo 22 ni lo entregado ayer ofrecen la solidez informativa esperable tras títulos tan enfáticos. Comprende, sin embargo, lo difícil que resulta deslizarse en la entretela informativa de este gobierno.  

Foto incompleta. También ayer, la página 26 incluye una fotografía con este epígrafe: “Juntos. Enrique Peña Nieto y su mujer, junto a Francisco. El Papa prometió visitar México”. En la imagen, registrada durante la audiencia personal que Francisco concediera al presidente mexicano y a su esposa el 7 de junio de 2014, la mujer del mandatario no aparece. La fotografía original incluía a María Angélica Rivera, pero ella fue eliminada en la edición hecha por este diario. Es una práctica inadecuada: “En PERFIL está prohibido modificar una foto documental”, expresa sin dar lugar a dudas el manual de estilo Cómo leer el diario en su página 197. Este ombudsman entiende que pueden darse excepciones cuando lo documental es pasado y las exigencias de diagramación condicionan la imagen, pero al menos el epígrafe debe ser congruente con la fotografía.