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que piensa la gente

Los Kirchner pierden 2 a 1

Formular de determinada manera la pregunta puede ser una clave para inducir la respuesta que se pretende en los sondeos de opinión.

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Formular de determinada manera la pregunta puede ser una clave para inducir la respuesta que se pretende en los sondeos de opinión. Tomando como caso el debate sobre el proyecto de Ley de Medios, si se pregunta:

“¿Está de acuerdo con que se permita la desnacionalización de las emisoras de radio y televisión que propone?”, en alusión a la entrada de las telefónicas en la radiodifusión, la respuesta mayoritaria habría sido no. Si en cambio la pregunta es: “¿Cree usted que las organizaciones sociales y de bien público deben tener emisoras de radio y televisión como lo propone el Gobierno?”, la respuesta mayoritaria sería sí.

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La realidad es que la gran mayoría de la opinión pública no ha leído los artículos del discutido proyecto ni los leerá. No olvidemos que llega al diario sólo uno de cada cinco habitantes mayores de 18 años y que la mayoría de ellos no se detiene a leer los textos de este tipo de información.

Resulta hoy que dos de cada tres que tienen opinión están en contra y sólo uno de cada tres está a favor.

La razón es muy simple: hoy sólo uno de cada cuatro tiene imagen positiva de Kirchner y al percibir que éste impulsa el proyecto, se opone sólo por esta razón.

Lo mismo puede suceder a la inversa entre quienes lo apoyan: la mayoría no conoce en detalle el proyecto, pero lo apoya porque es el de Kirchner.

Esto no implica la inexistencia de matices. Sólo 25% tiene imagen positiva del ex presidente, pero el 33% ve favorablemente la Ley de Medios. Ello implica que hay un sector de 7 puntos que, sin apoyar al oficialismo, coincide con el proyecto.

Se trata de un segmento específico que tiende a coincidir con ese voto de izquierda que no acompaña al kirchnerismo, como se vio en la última elección, pero que está de acuerdo con él en este tema, como se vio en la Cámara de Diputados en la votación del miércoles.

Si bien puede ser un sector cualitativamente relevante, no lo es tanto cuantitativamente en el conjunto de la opinión pública.

Pero, además, el rechazo de la mayoría a la Ley de Medios se explica también por el contexto político de “madre de todas las batallas” (cada vez más la terminología militar está sustituyendo a la política en el conflicto que se desarrolla en la Argentina entre oficialismo y oposición), en el cual tiene lugar.

Desde fines de los años ochenta, los medios de comunicación y la Iglesia Católica son quienes tienen la mejor imagen en el universo de los factores de poder, los grupos de presión y los protagonistas de la política y la vida institucional.

Un gobierno con una imagen en baja, como lo evidenció la elección y lo han confirmado los sondeos posteriores, confronta entonces con sectores que hoy tienen mejor imagen que él.

Algo similar sucede con los enfrentamientos sectoriales con el campo y la industria. Ambos tienen mejor imagen que diez años atrás. El primero lo demostró en la elección, al resultar clave en la derrota electoral del oficialismo y la segunda, porque hasta el mismo Gobierno hasta hace pocos meses, la presentaba como el actor más positivo en el mundo económico.

Lo mismo sucede con el enfrentamiento con el vicepresidente Cobos, quien hoy es la figura política con mejor imagen y más intención de voto para 2011, por la simple razón de que su discurso moderado coincide con la línea que la mayoría de la gente quiere escuchar.

La confrontación del kirchnerismo con imagen en baja contra Cobos termina reforzándolos en términos de adhesión en la opinión pública.

Pero quizás la clave para comprender por qué el proyecto de Ley de Medios no genera entusiasmo a favor en la gente está en que Kirchner está pensando más en recuperar poder que en ganar consenso y, en consecuencia, está dispuesto a seguir perdiendo imagen con tal de desarticular a sus adversarios, que han pasado a ser sus enemigos.

 

*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.