La crisis hace que todos los clubes de Primera tomen sus recaudos y prioricen la planificación y qué camino tomar durante la temporada 2008/2009. El Cholo Simeone, por ejemplo, se llevó a River a Punta del Este para trabajar en armonía, y Boca partió a los Estados Unidos, donde jugará algunos partidos de preparación ante rivales de segundo orden, sin más incorporaciones que las de los jugadores que volvieron de préstamo, como Franzoia, Krupoviesa y Bertolo.
Independiente también viajó. Lo hizo por Estados Unidos y Canadá, en una gira que fue un mamarracho y a la que no llevó ni a su director técnico (algún día deberá resolver el miedo que tiene a subirse a los aviones) ni a su capitán y ni a su presidente. Los tres amistosos que jugó no fueron televisados ni transmitidos por radio y apenas se supo que ganó dos y perdió uno, información que nos llegó gracias a la generosidad de periodistas locales.
El Rojo ni siquiera viajó por dinero: al club que preside Julio Comparada le quedaron 150 mil dólares, de los cuales habrá que descontar el premio de los jugadores. Algo impropio para un club importante de la Argentina.
Racing pasa sus días de vacaciones intentando armar algo parecido a un plantel. El Chocho Llop suspendió la pretemporada porque iba a ir poco menos que en soledad, aunque prescindió de varios jugadores, como el Colorado Sava, y Maxi Moralez está harto de que no le paguen y se plantó. Recién el martes pudo sumar a dos jugadores, Leandro González y Martín Wagner, que acarrean el triste privilegio de descender con Olimpo hace un mes.Todavía no sabemos con qué argumentos fueron convencidos para que jueguen en Racing, dado el presente incierto del cuadro de Avellaneda.
Independiente parece ser el que mejor se reforzó. Tres futbolistas de los siete que incorporó se podrían catalogar como las mejores contrataciones en lo que va del receso: Leonel Ríos llega después de un año espléndido en Vélez; Leonel Núñez era titular en un grande de Europa (en una liga de segundo orden como la griega, es cierto, pero Europa al fin) y Federico Higuaín, que aporta goles y sacrificio. El Rojo puso mucha plata pero si no se invierte nunca se obtendrán dividendos importantes. Ya fue dicho, el club de Bochini y Erico tiene la obligación de aspirar a algo más que a un sexto puesto y al ingreso angustioso a la antesala de un torneo irrelevante como la Sudamericana.
El pibe Leandro Depetris es una apuesta; Darío Gandín y Emmanuel Centurión son incógnitas. Angel Puertas seguramente será suplente en el inicio, salvo que Leandro Gioda sea transferido al exterior.
El problema actual de Independiente es que todavía no empezó a trabajar. Claudio Borghi está en Chile, El Rolfi Montenegro practica con la Cuarta en Villa Domínico, Totono Grisales pasea por Colombia, Mareque está de vacaciones, Guillermo Rodríguez está en Uruguay porque su esposa está por dar a luz y el resto del grupo está en la gira por América del Norte. Así, mientras River, Boca y varios más llevan muchos días trabajando, Independiente da una ventaja que puede ser irrecuperable.
San Lorenzo no se reforzó todavía y hasta es probable que Andrés D’Alessandro se vaya al Internacional de Porto Alegre. El cambio más importante que realizó fue el de Miguel Russo por Ramón Díaz en la conducción técnica. No es un dato menor: Russo aportó paz y bajo perfil, dos condiciones que últimamente faltaban en el club. Su única cara “nueva” es Hernán Peirone (el “Hombre Bala”, según la nomenclatura del Bambino Veira, autor de tres goles a Boca en el Clausura 04), producto de las inferiores que jamás tuvo continuidad en el club. El Ciclón tiene un excelente plantel, pero todavía debe solucionar problemas de alcoba. Si consigue correr a un costado los problemas internos, es gran candidato a ganar algo en los próximos meses.
Barovero, Nico Cabrera, Cubero, Somoza y Hernán Rodrigo López (uruguayo, ex América de México) son algunas de las caras nuevas de Vélez. El equipo de Hugo Tocalli no jugó mejor que el de La Volpe, su antecesor, y su campaña fue más o menos parecida. La diferencia la hace la prensa, a quien Tocalli le cae más simpático como todo lo que tiene que ver con Pekerman. Ahora, Vélez tuvo que salir a comprar a lo grande –algo impensado hace unos años– y acá todavía no se cuentan los que regresaron de los préstamos, como Sebastián Ereros y Emiliano Papa, ni la prueba a la que está siendo sometido Roberto Nanni. Si uno se basa en los apellidos, El Fortín tiene con qué pelearla. Ahora, si uno se apoya en los dibujos tácticos que presentó en el último Clausura, tendrá que cambiar para que no le conviertan tanto y para que cuando llegue, lastime. No será fácil.
A Estudiantes llegó el arquero Mariano Barboza; volvió un viejo ídolo, José Luis Calderón; contrató a Mauro Boselli y repatrió a la Gata Fernández. Esto, más lo que tenía, lo convierte una vez más en temible.
Parece mentira que no sean River ni Boca los que más hayan movido el mercado. Acaso lo sacuda River si contrata a Roberto Ayala y/o a Santiago Salcedo. Lo de Nacho Piatti a Boca parece lejano. Lo positivo es que no tiraron la plata. River, por caso, prefirió invertirla en retener a Ahumada, antes que en descartarlo y pagar carísimo a un volante central que no tenga rendimiento certificado con la Banda Roja. Y Boca les dará continuidad a chicos como Monzón y Pochi Chávez, y tendrá mayor consideración con otros que ya hicieron sus primeras armas en Primera, como el goleador Noir.
No es para tirar manteca al techo, pero si revisamos los antecedentes más próximos, es para esperar con ansias el comienzo del fútbol grande de la Argentina.