COLUMNISTAS
Público en los estadios

Media cancha

El regreso de hinchas es cuestión de días. Sin embargo, son pocos los que se animan a hablar de la otra mitad que falta: ¿cuándo retornarán los visitantes? Número de socios, capacidad, operativos y recaudación, entre las explicaciones.

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Tribunas. El fútbol argentino muestra hace un año y medio tribunas sin hinchas por la pandemia, y hace ocho años tribunas sin visitantes por la violencia. | NA

Podría ser una frase grabada en algún anillo grondonista, pero es la que, casi por inercia, viene a la mente en estos días de nueva-vieja normalidad: todo vuelve. Los bares abiertos hasta la madrugada, los cines y teatros llenos, el transporte colapsado y, en pocos días, las canchas pobladas. La prueba piloto de la Selección en el Monumental salió bien y si se retrasó su réplica en la Liga Profesional fue, primero por las elecciones, y después por la crisis en el Gobierno. 

El regreso del público es inminente y solo falta una reunión entre dirigentes y los ministerios de Salud, Seguridad y Deportes para ultimar detalles. Será, en principio, con un 50% del aforo. Sin embargo, lo que no vuelve nunca a los estadios argentinos es el público visitante. ¿No será hora de desnaturalizarlo?  

La medida “temporal” que empezó en junio de 2013, luego del asesinato de Daniel Jerez en un Estudiantes-Lanús en La Plata, superó ya los ocho años. Los intentos de reinstalarlo  siempre quedaron en la nada. ¿Es ésta una oportunidad para intentar un regreso paulatino junto con el resto de los hinchas? ¿Hay voluntad política y dirigencial para hacerlo? ¿Se puede arreglar algo de todo lo que se rompió en el fútbol argentino en las últimas décadas?

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Algunas respuestas dependen del club dónde se hagan las preguntas. Si al principio quienes se oponían eran Boca y River, ahora ninguno de los cinco grandes lo considera siquiera una posibilidad. El presidente de Racing, Víctor Blanco, lo argumenta así: “No tenemos lugar para toda la masa societaria. En este momento es imposible e injusto con los socios que vienen pagando hace casi dos años y tampoco van a poder ver a su equipo en las primeras fechas de liberación de público”.

Newell’s y Rosario Central mantienen una posición parecida: si el regreso del público va a generar dilemas a resolver por la relación socios/capacidad de sus estadios, mejor no sumarle una complicación como la de los visitantes. Pero hay otros dirigentes y clubes que están a favor: “A Banfield le gustaría que vuelvan los visitantes. Es algo que nunca se tendría que haber naturalizado. Nuestro estadio está preparado para recibirlos”, le dice a PERFIL Eduardo Spinosa, el expresidente banfileño que podría volver a la conducción del club en las elecciones del próximo 2 de octubre. Spinosa es el ladero de Marcelo Tinelli en la Liga Profesional: en esas oficinas nadie intenta instalar esta cuestión.  

Del otro lado del sur, en Lanús, Nicolás Russo prefiere medir los tiempos: “Primero tiene que retornar el público de forma gradual. En Lanús vamos a priorizar al socio y no vamos a vender entradas. No creo que sea el momento para la vuelta visitante, al menos en los próximos tres o cuatro meses”. 

Lanús es un caso testigo de cómo afectó la pandemia a la economía de los clubes: en marzo de 2020 tenía 28 mil personas que pagaban la cuota social. En el peor momento de la pandemia pagaron apenas 5 mil. Hoy, ese número subió a 9.100, todavía muy lejos del inicial. ¿Habilitar a hinchas visitantes no implicaría un ingreso económico considerable?  

Cálculos. Antes de las elecciones y de la fractura pública que se explicitó esta semana, en el Gobierno no querían ni asomarse a este tema: ¿para qué arriesgar cuando nadie lo pide? En cortocircuito constante con la Rosada, en el tercer piso del edificio de la AFA exponen por qué nunca se avanzó en concretar el regreso completo de la liturgia futbolera argentina: hinchas de un lado y del otro. “Con el aforo reducido sería un doble gasto”, aseguran en Viamonte 1366. Y enumeran: operativo policial, seguridad privada, controles sanitarios internos, controles en el acceso a los estadios. “Si a ese pequeño respiro financiero e incentivador para el club local, le decís que tiene que recibir visitantes, sería un castigo mayor que jugar a puertas cerradas”, consideran. 

En un torneo de bajísimo nivel, el contorno de los partidos del fútbol argentino mejorará sustancialmente. Sin embargo, seguirá faltando la otra parte. ¿Hasta cuándo?