Ayer fue el Día Internacional de la Mujer, un homenaje a las obreras muertas en un incendio, con las puertas de la fábrica trancadas por sus patrones, en medio de una huelga de trabajadoras textiles que reclamaban derechos y exigían mejoras en las condiciones de trabajo, el salario y el respeto. No digo nada que no se haya dicho, salvo que no fue día de festejo (como algunos, dirigentes políticos incluso, quisieron que fuese), sino de ejercicio de la memoria.
En coincidencia con esta fecha de homenaje a las mujeres (bellas criaturas propietarias de la magia, brillantes talentos, género batallador e impulsor de las esperanzas y anhelos de sí mismo y del masculino), asombra ver cuán escaso es su protagonismo público en los más diversos espacios, aun con el crecimiento de su participación en el universo laboral, educativo, del arte, el espectáculo y los deportes.
El cupo femenino es un juego dialéctico. Ni los colectivos de trabajadores y empresarios lo cumplen acabadamente (a lo sumo, asignan a las mujeres –salvo excepciones– puestos de conducción cuasi simbólicos), ni en los espacios políticos (las listas electorales resultan una caricatura de lo que debería ser, tan cargadas están con esposas, hijas y parientas de quienes cortan el bacalao), ni en los niveles de dirección o ejecutivos de empresas.
En el periodismo no es diferente. Aunque es creciente la presencia femenina en las redacciones –en gran cantidad de casos, con una excelencia que supera la media masculina–, los puestos de conducción en los medios raramente son ocupados por mujeres. La mujer mediatizada. Presencia femenina en los medios argentinos es un cortometraje realizado en 2009 con 19 reveladoras entrevistas a periodistas de los dos sexos que coincidieron en enfatizar las grandes dificultades que tienen las mujeres para acceder a puestos de conducción en las redacciones y –más aún– en los despachos ejecutivos. “Podés encontrar a mujeres que acceden a cargos en las gerencias de noticias, en las jefaturas, pero arriba siempre va a haber un hombre”, sintetizaba en ese documental Silvia Martínez Cassina, periodista de la TV.
En PERFIL no es diferente. Incluso, podría afirmar que es peor que en otras publicaciones y estructuras editoriales. El staff de conducción del diario está integrado por cuatro hombres (incluyendo el director), y de ellos dependen editores jefes mayoritariamente masculinos. Sólo dos mujeres tienen ese cargo. De ocho editores, sólo una es mujer. De ocho subeditores, apenas dos.
¿Es que las capacidades de las numerosas mujeres que integran la redacción no están a la altura de las apetencias de sus superiores para ascender y ocupar cargos ejecutivos? No. Me consta que algunas de ellas son de una eficiencia superior a las de muchos de sus colegas varones, y que merecerían sentarse en las reuniones de sumario para discutir contenidos como lo hacen sus pares masculinos. Se trata, en realidad, de una cultura cargada de alta cuota de machismo, que afecta las decisiones de quienes conducen este diario, mal que les pese a algunos de ellos y aunque crean que sólo es casualidad.
Es interesante ver cómo esta misma ¿discriminación? afecta a los lectores siempre ávidos de nuevas miradas en las columnas de opinión. PERFIL, que suele mostrar una gran diversidad de posturas en esos espacios, privilegia claramente a los columnistas del género masculino. Y no me refiero a las notas firmadas, que mantienen cierto equilibrio por aquello que decía de la abundante presencia femenina en la redacción.
Ayer, justamente en el Día Internacional de la Mujer, apenas dos de las veinte columnas de opinión publicadas en el cuerpo principal llevaron firmas femeninas; en Espectáculos, ninguna sobre seis; En Home, ninguna sobre dos; en Turismo dos de las tres (es de destacar que aquí se invirtió la proporción). Deportes no publicó columnas de opinión.
No fue la excepción este sábado. Yendo hacia atrás, esto es lo que fue posible contabilizar:
* Sábado 22/2: de 17 columnas en el cuerpo principal, 16 fueron masculinas. En Espectáculos, tres sobre siete.
* Domingo 23/2: Las 17 columnas del cuerpo principal fueron de hombres; también masculina la única de Deportes y sólo una de tres en Espectáculos y la tercera parte de las 12 publicadas en Cultura llevaron firmas de mujeres.
* El sábado 1/3, sólo una de 17 en el Cuerpo Principal, ninguna sobre las seis de Espectáculos, ninguna de las dos de Home.
* Y el domingo 2, ninguna sobre trece en el cuerpo principal y cuatro sobre doce en Cultura.
Por el bien de los lectores y del diario (que merecen recibir ese plus refrescante y profundo y enriquecedor que sólo la mirada femenina puede aportar a la mejora de nuestras vidas), será conveniente buscar los mecanismos para equilibrar un poco los tantos.
Y respondo al lector Torres. Como queda claro en la tapa, ahora puede comprar PERFIL sin Luz+Cormillot, ya que es opcional