Durante las últimas dos semanas el mercado de acciones de EE.UU. tuvo una caída significativa y todas las noticias atribuyeron la causa al problema del coronavirus durante los últimos días y a la caída en el precio del petróleo durante el lunes 9 de marzo. Esto es típico: hay un movimiento en el mercado y se lo atribuye a algo que en ese momento es popular, cuando en la realidad la correlación puede ser mínima o inexistente.
Y más allá de la causa, la opinión pública lleva a los inversores a la errada conclusión de que sus inversiones van a seguir en la misma dirección y llevan a tomar decisiones equivocadas como vender en pérdida. Esto es un error, por eso en estos momentos debemos recordar los principios básicos que nos van a alejar de tomar malas decisiones.
Voy a repetir un cliché que es lo que siempre sugerimos hacer en estos casos: ¡NADA! Si un inversor construyó un portafolio de forma correcta y está invirtiendo para el largo plazo, entonces ya se habrán tomado en cuenta situaciones como esta e incluso mucho peores (como la crisis de 2008). Nuestro trabajo como inversores es seguir con el plan.
Veamos algunos casos reales donde quienes construyen portafolios de largo plazo atravesaron ya esta situación:
2018 fue un año que puso a prueba la disciplina de los inversores. Para febrero de 2018 ya se veía la caída de 10% en dos semanas. Para octubre de 2018 el mercado había perdido todo el retorno generado en el año y la prensa en el mundo hablaba de que se había terminado el período de suba y empezaría una recesión. Esto generó que los inversores más escépticos creyeran que esa vez era diferente y se sintieron tentados de vender. Sin embargo, desde Quiena insistimos en que, a pesar de ser un comportamiento normal en situaciones de estrés, había que seguir la recomendación de apegarse al plan de inversión y no hacer nada. Y, en efecto, 2019 fue un año de excelentes retornos.
Otro error común: querer vender hoy para tratar de comprar con un menor precio.
Si tomamos los últimos cien años del S&P 500, el índice más representativo del mercado de acciones de EE.UU., calculamos que el retorno anual promedio es del 7,35%. Pero si analizamos los días de los que salieron esos retornos encontramos que el 80% del retorno vino solo del 44% de los días. Eso quiere decir que si vendemos nuestras inversiones y nos perdemos ese 44% de los días, habremos perdido la gran mayoría del potencial de retorno.
Debido a que nunca sabemos qué días van a subir y cuáles a bajar, estaríamos dejando al azar la gran mayoría del retorno que podríamos generar en el mercado. Pensemos que estas estadísticas, sumadas a la intención de vender en una caída para comprar con menores precios, es exactamente lo que lleva a que los inversores poco experimentados caigan en el cliché de vender cuando todo cae y comprar cuando todo sube (lo opuesto a lo que habría que hacer).
Entonces, ¿deberíamos comprar más en esta caída? La respuesta es “depende”. Si tenemos un horizonte de inversión de largo plazo (este elemento es importante), y además tenemos una alta tolerancia al riesgo (buscando generar el mayor retorno posible y sin miedo de que nuestras inversiones sean negativas temporalmente), estas caídas se convierten en una oportunidad para hacer nuevos depósitos en un portafolio diversificado, y entonces aumentar el potencial de retorno.
La tolerancia al riesgo es algo importante, porque si, en cambio, no toleramos posibles mayores caídas de corto plazo (que siempre son una posibilidad), entonces lo mejor es no hacer nada y esperar. Siempre debemos ser mecánicos en las inversiones, no actuar por miedo o euforia, y poner nuestra atención en el largo plazo.
*CEO de Quiena Inversiones.
https://www.quiena.com.ar.