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UN PAIS EN SERIO

Messi conducción

Rusia importa más que los senadores y diputados por elegir. El 10 está en todos lados. Maldonado no.

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Estoy sentado en mi oficina, tirado en un sillón, desparramado mirando a los comentaristas chilenos hablar sobre la eliminación del Mundial. Veo los videos de los hinchas chilenos que cantan contra los argentinos junto con los brasileños. Después, el del relator que grita el gol de Ecuador. Me estoy divirtiendo un rato.
Sí, ya sé, estoy jugando con fuego. No se me ocurre nada para mi columna política de Perfil porque creo que no hay nada más importante en estos días que la clasificación para Rusia 2018. La clasificación argentina y la eliminación chilena. Se supone que, a una semana de las elecciones, debería estar pensando en Macri, en Cristina, en Bullrich (en los dos: Esteban y Patricia), en Santiago Maldonado…
Debería estar pensando en qué va a pasar con la política argentina luego de las elecciones, en la economía, en el futuro. Pero no se me ocurre nada. O sí: se me ocurre que el futuro sólo es julio de 2018, en Rusia, cuando se juegue el Mundial. En eso ando, riéndome un rato, disfrutando un poco del morbo, cuando entra Carla, mi asesora de imagen.
—¿Regodeándote con la desgracia ajena? –pregunta Carla.
—No lo puedo evitar –respondo, algo culposo.
—Yo que vos esperaría un poco, hasta que todo se defina.
—¿Que se defina qué?
—La eliminatoria.
—No entiendo –me sorprendo–. Si la eliminatoria ya terminó. Argentina clasificó y Chile quedó afuera.
—Yo no estaría tan segura con lo de Chile –afirma Carla.
—No entiendo de qué hablás –mi sorpresa cada vez es mayor.
—Me gustaría ver si es verdad que Chile quedó afuera –insiste Carla–. ¿Viste que Carrió dijo que hay un 20% de posibilidades de que Santiago Maldonado esté en Chile?
—Sí.
—Bueno, ahora parece que Carrió cree también que hay un 20% de posibilidades de que Chile entre al Mundial.
—¿Vos decís? ¡Eso es un delirio!
—Sí, es verdad –responde Carla–. Y Carrió sólo dice cosas sensatas. Como cuando dijo que Dios le había hecho ver que Macri no era un corrupto y la encarnación del mal, sino una buena persona.
—Decir que hay 20% de posibilidades de que Santiago Maldonado puede estar en Chile es una burrada, una canallada…
—Sí, pero no es piantavotos. En cambio, decir que hay un 20% de posibilidades de que Chile entre al Mundial puede ser devastador.
—¿Y qué es lo que rinde en esta campaña? –pregunto.
—A Cristina le está resultando mucho ir a charlar con gente que no es del ámbito político –explica Carla–. Creo que esta semana la van a entrevistar Narda Lepes, Horacio Pagani y Johnny Allon.
—¿Vos decís que eso le va a generar votos? –pregunto.
—Votos no creo, pero sí difusión. Las encuestas están planchadas, pero el rating se dispara.
—No sé si busca eso.
—Y, no, ella busca votos –explica Carla–. Pero se conforma con hacer declaraciones en radios y canales de televisión. Qué va’cer, es lo que hay. Es eso o hacer declaraciones en Comodoro Py.
—¿Y en el oficialismo, mientras tanto, qué hacen?
—¡La plancha, obvio! –exclama Carla–. ¿Para qué van a hacer algo si toda la campaña se las hace Cristina?
—¿No deberían hacer algo? –pregunto.
—¡Olvidate! Lo mejor que le puede pasar a Cambiemos es que hable Cristina. Y lo peor que le puede pasar a Cambiemos es que hable Bullrich. Cualquier Bullrich, incluso el Patio.
—Es rara la política…
—Puede ser. Pero imaginate si en el Gobierno se ponen a hablar de algo. ¿Qué van a decir?
—No sé, qué va a pasar con la economía, por ejemplo…
—¿Vos estás loco? ¡La economía está más frágil que la rodilla de Gago!
—Entonces…
—Entonces no dicen nada. Tienen menos definición que Icardi, Benedetto y Dybala en la Selección.
—¿Viste que al final lo único que nos queda es hablar de la Selección y del Mundial? –pregunto.
—¡Corrección! –responde Carla–. Lo único que nos queda es hablar de Messi. Que es la excusa ideal para no tener que hablar de nosotros mismos.
—¿Y Messi qué vendría a ser?
—Messi es todo –dice Carla–. Y todos somos Messi. Messi es como el peronismo. Por ejemplo…
—Messi es un fracasado que no siente los colores de la selección argentina y por eso no canta el himno.
—Messi es un líder capaz de solucionar todos los problemas de los argentinos.
—Messi es un pecho frío que no tiene nada que ver con nuestra idiosincrasia.
—Messi es un genio y él solo nos va a sacar campeones del mundo.
—Messi no habla con la prensa porque no le interesa tener contacto con el pueblo argentino.
—Messi no habla con la prensa para no ser aliado de la concentración de medios y la persecución a las voces críticas.
—Messi es un cagón que no aparece en los partidos importantes y apenas les hizo tres goles a los suplentes de un Ecuador ya eliminado.
—Messi es un líder que se puso el equipo al hombro en un partido en la altura, donde Argentina jugaba contra sus propios fantasmas.
—Messi hace subir la inflación, Messi impulsa el tarifazo, Messi es ajuste, recesión, miseria, hambre.
—Messi, Messi, Messi/Messi corazón/ acá tenés los pibes para la liberación.
—Messi es gendarmería, Messi es represión, Messi hizo desaparecer a Santiago Maldonado.
—Messi es producto de la tierra, Messi es la voz de los pueblos originarios, ¿dónde está Messi?    
—Messi clasificó a la Argentina al Mundial para tapar todos los problemas del país, para disimular la brutalidad del neoliberalismo, Messi le hace el juego a la derecha.
—Messi entendió que, en este contexto de avance de la derecha, el pueblo al menos merecía la alegría del fútbol. Messi es un líder revolucionario marxista-leninista.
—Messi lee Clarín.
—Messi lee Página 12.
—Messi lee Perfil.
—Messi lee La Izquierda Diario.
—Messi lee Cabildo.
—Messi es analfabeto.
—Messi es Dios.
—Messi es el demonio.
—Messi sos vos.
—Messi soy yo.
—Je suis Messi.
—Messi no tiene la culpa de lo que nosotros queremos que sea Messi.
—Gracias, Messi.
—Gracias por ser Messi. Y nada más que Messi.
—¿De verdad queremos ser Messi? –pregunto–. ¿Realmente merecemos tener a Messi? ¿No nos queda grande? ¿No deberíamos sacarle la culpa de ser argentino? ¿No deberíamos dejarlo ser catalán?
—Muy buenas preguntas –responde Carla–. Pero yo tengo una mejor.
—¿Cuál?
—¿Dónde está Santiago Maldonado?