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Mostrar señales

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Llego muy tarde, muy tarde, a pensar algo sobre la maestra del ambiguo video para mapadres. Ultimamente llego tarde a pensar todo, reclamando algo de distancia para filosofar pero conformándome luego con que esta distancia sea una semana. El mundo cambia entero en una semana.

La maestra criticada no ejerce: sus destinatarios no existen. Está de licencia por un cáncer. Hizo un video para amigas, mofándose de esta relación virtual, invasiva, que todos estamos aprendiendo. Hizo un chiste sin ofensa que en cualquier otro ámbito hubiera producido una sonrisa. ¡Pero es la sagrada educación! En ella reina la neurosis. Los actos escolares son (eran) un buen ejemplo. Los discursos son ilegibles para los niños, pero los hacemos igual, nos damos cita alrededor de ideas grandes, solemnes. La escuela enseña en primer lugar la ceremonia de la escolaridad; lo otro, los contenidos, es secundario.

La escuela enseña valores. ¿Cómo los enseña? ¿Son su tema o su forma de ser? Porque enseñar es mostrar señales. Es absurdo no aceptar humor en la enseñanza; sin humor no hay creatividad. Lo obsceno, lo bárbaro, lo incorrecto es confinado. Y cada desliz (cada irregularidad) se usa para enseñar algo. Es cierto: los niños van a aprender y no a la joda loca, pero ojo que también aprenden en muchas otras partes.

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A falta de libros, los padres tenemos que copiar veinte dibujitos en la carpeta para que los niños pongan una crucecita o pinten un camaleón. Ellos ven que no siempre lidiamos bien con todo esto, sobre todo cuando ejercemos nuestros propios trabajos, tan complicados y fallidos como Edmodo. Somos mediadores entre un plan ideal y una ejecución posible. Pues bien: los maestros también lo son, lo han sido siempre. ¿Por qué se nos permite el humor que a ellos no? 

No me gusta que el sistema empuje a esta maestra al escarnio, sobre todo porque el sistema somos nosotros. ¿O puede tener humor el docente y lo que no puede es manifestarlo? ¿Qué se enseña con ese dictado?.