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Muñeco ruso

Vladimir Vladimirovich Putin, primer ministro de Rusia, imaginó que Putin imaginaba a Putin imaginando Georgia. Los georgianos desean ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y Rusia patrocina a dos provincias separatistas de Georgia, Osetia del Sur y Abjazia. Luego, decidió que el Ejército ruso avanzara el 8 de agosto sobre la república eurasiática, en respuesta al ataque a Osetia del Sur.

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Vladimir Vladimirovich Putin, primer ministro de Rusia, imaginó que Putin imaginaba a Putin imaginando Georgia. Los georgianos desean ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y Rusia patrocina a dos provincias separatistas de Georgia, Osetia del Sur y Abjazia. Luego, decidió que el Ejército ruso avanzara el 8 de agosto sobre la república eurasiática, en respuesta al ataque a Osetia del Sur. La guerra dejó 1.771 muertos, según cifras de ambos bandos, y 160 mil desplazados, de acuerdo con lo que informó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
Si hay que creer todo lo que escribe Aleksandr Litvinenko en su libro Rusia dinamitada (junto a Yuri Felshtinski), para el primer ministro Putin este incidente debe de haber significado apenas una toilette quirúrgica. La foto de Litvinenko intoxicado con polonio 210 en Londres, agonizando con sus manos descarnadas cruzadas sobre el esternón, recorrió el mundo. Litvinenko culpó a Putin y al Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), y murió el 23 de noviembre de 2006 porque el veneno le impedía retener alimentos.
Hay manifestaciones artísticas o artesanales que exteriorizan algo más que la obra en sí: ponen de manifiesto una característica del pueblo en cuyo seno se fraguaron. Las esferas chinas de Baoding (Kung Fu Chio) que se hacen girar de dos en dos sobre la palma de la mano muestran una inclinación hacia la paciencia. El koboloi griego de ámbar, una especie de rosario, simboliza el paso del tiempo en compañía. La matrioska rusa, la muñeca hueca que alberga otras muñecas huecas, muestra que hasta que algo no termina por completo no se sabe si lo que espera al final del día es hombre o mujer, sonrisa o tic, badajo de palo o mariposa pintada al óleo.
La jefa de la diplomacia norteamericana Condoleezza Rice viajó a Tiflis, la capital de Georgia, el 15 de agosto de 2008, para exhibir el apoyo de Washington. Llegó procedente de París, donde se había reunido con el presidente Nicolas Sarkozy –impulsor del acuerdo de cese de fuego entre Rusia y Georgia–, y la esperaba el presidente georgiano Mijail Saakashvili, que estudió en la Universidad de Columbia de Nueva York y en la Universidad George Washington. El 19 de agosto declaró desde Bruselas a CBS News que, al demorar el retiro de sus tropas, una de las condiciones del acuerdo, Rusia se convertía “cada vez más en un forajido en este conflicto”. Además, exigió “analizar la elección estratégica” que había hecho Rusia al intervenir en el conflicto por Osetia del Sur.
Analizar el pensamiento ruso… Un objeto con otro objeto dentro, que contiene un objeto que contiene un objeto. Una matrioska. El 19 de enero de 1919 Lenin salió del Kremlin rumbo al barrio de Sokolniki para visitar a su mujer Nadia. Viajaba acompañado por su hermana, su chofer y su guardaespaldas. Cerca de su destino y ya oscuro, aparecieron tres hombres armados que les ordenaron bajar del auto. Lenin protestó: “Me llamo Lenin”. Aquellos ladrones le robaron su revólver Browning y se llevaron el coche; el guardaespaldas salvó una botella de leche. Esa misma noche se organizó una batida policial; el auto se había quedado atascado en la nieve, y los malvivientes habían matado a un soldado del Ejército Rojo y a un policía, como podrían haberlo hecho con Lenin. Cuando finalmente los detuvieron y los interrogaron, uno de ellos –Iákov Koshelnikov– lamentó no haber reconocido a Lenin. Si lo matábamos, dijo, iban a echarles la culpa a los contrarrevolucionarios, lo que hubiera dado lugar a un golpe de Estado, situación en la que nadie iba a ponerse a perseguir a unos míseros ladrones. Pensamiento ruso, una matrioska.
La secretaria de Estado Rice conoce el paño desde antes de haber cumplido la veintena, desde que comprendió que era una muy buena pero no grandiosa pianista, desde que asistió a una clase en la universidad que lo cambió todo. El curso se denominaba “Introducción a la política internacional”, el tema del día era Stalin y el profesor Josef Korbel, un antiguo diplomático centroeuropeo y padre de Madeleine Albright, la 64º secretaria de Estado de los Estados Unidos entre 1997 y 2001, precisamente el cargo que desempeña Rice. “Simplemente me cayó la ficha”, dijo Rice, “… me recuerdo pensando que Rusia era un lugar del que quería saber más. Fue como amor…”. Dispone, entonces, de la información de que la matrioska con más muñecas de la que se tenga conocimiento posee 75 piezas, pero también que tratándose de pensamiento ruso, esa información puede estar hueca, y haber otra distinta dentro.
Si hay que creer en algunas de las cosas que escribieron Litvinenko y Felshtinski, la vida adulta de Vladimir Putin transcurrió entre demócratas que eran agentes de la seguridad del Estado infiltrados en el movimiento democrático; alcaldes reformistas de ciudades apoyados por altos jerarcas del poder, lo que vendría a significar que los servicios secretos controlaban dichas ciudades; documentos auténticos que encubrían identidades falsas; servicios de contrainteligencia que recababan información comprometedora sobre el personal del servicio estatal de contrainteligencia.
Por eso, con absoluta naturalidad, Putin, primer ministro de Rusia, imaginó que Putin imaginaba a Putin imaginando Georgia. La guerra debía servir a Moscú para mostrarle al mundo el poder de Rusia como potencia. Cuando Sarkozy inició su mediación en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing, intentando disuadir a Putin de enviar tropas a Georgia, éste lo interrumpió con un gesto arisco y le dijo: “No. (…) Los voy a castigar”. Luego, ¿por qué razón es buena la independencia de Kosovo para Europa y malas las de Osetia del Sur y de Abjazia? Además, por la zona de conflicto cruza un importante gasoducto para transportar energía desde el Mar Caspio hacia Occidente esquivando el territorio ruso; eso no sirve a Rusia. Dieter Helm, de la Universidad de Oxford, subrayó: “No hay intento terminante de interrumpir los suministros (…), pero para Rusia no es inútil que haya inestabilidad”. Helm vislumbró una muñeca rusa.
Condoleeza Rice, que conoce el paño, imaginó que Rice imaginaba a Rice imaginando a Georgia y a las pro-rusas Osetia del Sur y Abjazia. El 20 de agosto de 2008 firmó con Polonia un acuerdo que permitirá la instalación de parte del escudo antimisiles norteamericano, complemento de la base de radar que se montará en República Checa, y declaró que este sistema permitirá a Occidente hacer frente a “las amenazas del siglo XXI”. Los misiles interceptores serán colocados en la base de Redzikowo, a unos 1.360 kilómetros de Moscú y a 300 kilómetros de Kaliningrado, enclave costero situado en el mar Báltico. El gobierno ruso anunció que tomará medidas de seguridad adicionales y que mantendrá en el Cáucaso en crisis “soldados pacificadores”, a pesar del acuerdo que impulsó Sarkozy.
Putin sabe cuántas muñecas hay adentro de lo que dijo.
*Ex canciller.