El fallo que condena a Romina Tejerina es una bisagra en la historia del movimiento de mujeres argentino. Me he preguntado muchas veces: ¿qué sucedería si ese fallo vergonzante, la sentencia que condena a Tejerina, hubiera sido hoy? Es probable que las mujeres hubieran incendiado la Corte. Hubieran tomado el Palacio, con razón. No está de más recordar que es sobretodo ante la indignación masiva que esa sentencia que condena a una mujer excluída (que denuncia haber sido violada), produjo, para colmo con una Corte Suprema renovada y con enfoque de género y derechos humanos, integrada por dos juezas mujeres por vez primera en su historia, que se organiza y visibiliza en las calles de Buenos Aires con fuerza el movimiento de mujeres, una de cuyas principales banderas es la legalización del aborto, una asignatura pendiente.
Es interesante observar la disidencia en ese fallo de Fayt, Zaffaroni y Maqueda. Fayt, que había votado en soledad en disidencia en el caso Simón, apenas dos años antes, en un voto cuestionable (ya que con ese fallo se declara la inconstitucionalidad de las leyes de obediencia debida y de punto final, que habían clausurado los juicios de derechos humanos), tuvo, sin embargo, en este caso, el decoro de no condenar a Tejerina, junto a Maqueda y Zaffaroni. Probablemente no haya pesado tanto en ellos tres el enfoque de género, sino su tradicional posición en favor de los más vulnerados del sistema. De no hacer caer todo el (supuesto) “peso de la ley“ siempre sobre los más pobres y excluídos, como Tejerina, una mujer maltratada de Jujuy, condenada a catorce años de prisión por nuestra Corte Suprema.
Afirma Owen Fiss que desde que en Estados Unidos se derrumbó el Critical Legal Studies (CLS), desde que muchos de esos abogados se terminaron “vendiendo“, por decirlo rápido, al sistema, lo único que queda en su lugar, en pie, es el feminismo. Ya no hay escuelas críticas al interior del Derecho. Solo queda una: el feminismo. Coincido con esta posición.
*Director Nacional de la Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado (ECAE).