A diferencia de la renovación en senadores, donde el oficialismo renueva el tercio correspondiente al año 2007, cuando realizó una elección de 46% de los votos, en la Cámara de Diputados la renovación impacta sobre la configuración correspondiente a las elecciones del año 2009, magras para el oficialismo, que obtuvo el 30% de los votos, y óptimas para la oposición, que receptó el restante 70% de los sufragios.
Para imaginar la magnitud de las diferencias entre elecciones, imaginemos que si, de acuerdo a los votos obtenidos en el año 2009, el FpV renueva 38 diputados en 2013, si debiera renovar las elecciones de 2011, pondría en juego 76. Distinto es el caso de los aliados, que sí renuevan un número relativo importante de bancas (17).
La oposición renueva un total de 72 bancas y, de no remontar la cuesta que marcó el escenario del año 2011, podría terminar con un promedio piso del 30% menos de bancas de las que hoy dispone. Veamos esto más de cerca a modo de introducción a este tema.
Como señalamos, en el año 2013 el Frente para la Victoria-PJ es el bloque que menos bancas juega: sólo renueva un tercio de su bancada actual. Algo similar sucede con los diputados del FAP, que en su mayoría ingresaron en las elecciones de 2011.
En cambio, los bloques de la UCR y el Frente Peronista renuevan dos tercios de sus bancadas actuales, con lo que inexorablemente sufrirán pérdidas en la elección de 2013.
En el conjunto de aliados del FpV, también la tasa de renovación es alta (casi dos tercios). Esto se debe a la conclusión de los mandatos de los diputados del antiguo Peronismo Federal que ingresaron en 2009 y diputados del EDE, que preside Martín Sabbatella.
Se trata de los actuales bloques Córdoba Federal (delasotistas), Unión Peronista (Solá), Santa Fe en Movimiento (reutemista), PJ-La Pampa, Peronismo Federal de Salta (Wayar), el sindicalista Julio Ledesma (retornado al oficialismo, originario del bloque de De Narváez) y los del EDE ( Sabbatella y Heller)
Los más afectados por la renovación son el resto de las fuerzas de oposición, que obtuvieron magros resultados en las elecciones de 2011. El PRO juega ocho de sus 11 diputados, con lo que sufrirá una merma considerable en su bancada a partir de las elecciones de 2013. La Coalición Cívica y Proyecto Sur, que renuevan la totalidad de sus bancas el año próximo, hoy enfrentan el escenario de quedar sin representación en la Cámara baja.
Como se indicó en la apertura y se observa en los cuadros, a diferencia de la renovación en Diputados, donde el oficialismo pone en juego su elección del año 2009,renovando el 33% de sus bancada –mientras, por caso, la UCR renueva el 63%–, en el Senado, al renovar el tercio conseguido en el año 2007 –elección de 45% nacional–, el FpV arriesga el 38% de su bancada, esto es el 54% del total de las 24 bancas que se renuevan.
Así como en diputados es probable una mejora de 10 puntos porcentuales respecto a la magra elección de año 2009, por lo que sin hazañas el oficialismo está en condiciones de acrecentar su contingente actual, no es de esperar grandes cambios “matemáticos” en la composición del bloque de senadores kirchneristas, sí de los aliados u opositores de acuerdo al clima de época que se cree tras contrastarse los resultados nacionales de octubre que tendrán al FPV y FCyS como primera y segunda minoría a una apreciable distancia, probablemente récord para elecciones legislativas tras la recuperación democrática.
La magnitud del gap FpV-FCyS está aún bajo análisis, aunque se puede afirmar que no será de 37 puntos, como en 2011, considerando que se trata de elecciones de medio mandato y la siempre (digamos) “rutilante” Cristina Kirchner, por esta vez (¿sólo por esta vez?) no será candidata. Qué alivio, ¿no es verdad, estimados lectores de PERFIL?
*Director de Consultora Equis.