Volvió la política. Tras el fin del Mundial renació la vida pública y en una semana pasó de todo. Argentina ya es el octavo país con matrimonio igualitario para heterosexuales y homosexuales. La Ley de Glaciares se encamina a su aprobación.Néstor Kirchner se reunió con los díscolos del peronismo prometiéndoles internas limpias. Su esposa cumplió con su demorado viaje a China. La Cámara Federal confirmó el procesamiento por las escuchas ilegales a Macri. Y, cuando la omisión ya comenzaba a ser sospechosa, hasta volvió la clásica pelea del Gobierno contra Clarín con la denuncia de escenas de pugilato con Moreno dentro de Papel Prensa y una audiencia dispuesta por la jueza que interviene en el caso de los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble.
No es casualidad que emerja todo junto. En búsqueda de mejor repercusión, muchas noticias se pospusieron. Aunque quizá tanta hiperkinesia política –como la vuvuzela sudafricana– genere un ruido que evite la percepción de cualquier otro sonido, y una noticia política superpuesta a la otra impida la atención de los ciudadanos.
Pero, más allá del cálculo, tendremos que acostumbrarnos a tanto ruido político porque la agenda que nos espera indica 12 meses muy movidos, hasta agosto del año próximo, cuando las internas ya hayan definido entre quiénes será el ballottage. Kirchner por un lado, y por el otro un Macri cada vez más golpeado (literalmente, por el ojo negro que le habría dejado un codazo; hasta su padre, Franco Macri, declaró que entre Kirchner y su hijo vota por Kirchner). O Duhalde, que exhibe equipo potencial con Lavagna como jefe de Gabinete y Redrado como ministro de Economía, y trata de sumar a Reutemann a su fórmula. Y el resultante de Alfonsín-Cobos-Carrió en una confrontación que no se sabe si terminará fortaleciendo la lista de candidatos del radicalismo o, simplemente, cambiará uno por otro mandando a Cobos a cuarteles de invierno.
¿Teorema de Baglini? El 82% móvil de jubilación promovido por Alfonsín y que Cobos salió a apoyar explícitamente es otra señal: cuando cualquier oposición siente que se acerca su tiempo de ser gobierno se pone conservadora y exije al oficialismo, que estaría en su último año de gobierno, que no se gaste la plata que luego la oposición tendrá que administrar, porque sería lógico que el gobierno saliente quisiera gastarse todo para quedar bien frente a la sociedad y dejar sin recursos a quien lo suceda. Pero aquí es al revés, Alfonsín propone distribuir los fondos y el Gobierno es quien los “cuida”. Evidentemente, el kirchnerismo se ve a sí mismo con posibilidades con continuar en el gobierno y el radicalismo no tiene confianza sobre su “seguro” triunfo en 2011.
Otra rareza viene del oficialismo, que acusó de retrógrados a quienes se oponían al matrimonio igualitario y la plena capacidad adoptiva de los matrimonios homosexuales, recomendando a la Iglesia que se actualice, mientras se opone al aborto, con especial énfasis la Presidenta.
Paralelamente, las iglesias deberían observar que lo que está triunfando es la idea de casamiento formal que tanto hicieron culturalmente por instalar a lo largo de los siglos, mientras tantos heterosexuales huyen del matrimonio.
Aclaración: en la anterior contratapa (“¿Verdadero es lo útil?”), sobre la memoria de la Revolución Francesa, quedó Maquiavelo como contemporáneo de ella, cuando el reinado del Terror consumó la descripción que sobre el “terrorismo de Estado” Maquiavelo había hecho dos siglos antes. Hay decenas de citas históricas sobre el tema, como las de Gramsci, quien en Notas sobre Maquiavelo, sobre política y sobre el Estado moderno, identificaba al jacobinismo de la Revolución Francesa con El príncipe.