En respuesta a la columna de opinión “La UCA contra el mundo” de Artemio López publicada el sábado 18 de julio en este diario: Una vez más la difusión de datos sobre la pobreza generados por el Observatorio de la Deuda Social Argentina ha incomodado a algunos funcionarios, comunicadores y consultores. Quienes hacemos investigación académica sobre desigualdad, marginalidad, desempleo o pobreza sabemos que las estadísticas son aproximaciones operativas a conceptos más abstractos útiles para describir, entender y actuar sobre problemas sociales considerados relevantes. Más que incomodar los datos, es la problemática la que debería ser objeto de análisis, reflexión y debate político.
Lamentablemente, la mayor parte de las críticas especializadas recibidas han estado más preocupadas en negar el problema y descalificar por “opositoras” a las cifras de la pobreza y a quienes las generan, que en hacer lo que corresponde de manera profesional: 1) analizar con cuidado los informes elaborados y no la interpretación recortada que pueden hacer los medios de prensa; 2) revisar las teorías y metodologías utilizadas con el fin de evaluar la contribución específica de los datos aportados al conocimiento de los temas planteados, y no suponer que la investigación científica no tiene nada que aportar a la ideología política; y 3) ponderar la verosimilitud de los resultados a la luz de otras evidencias comparables y consistentes, y no emplear para su negación argumentos de campaña política o expresiones de deseo, omitiendo o falseando información, a la vez que no se hace ninguna mención a la falta de estadísticas públicas confiables.
Es por ello que les solicito a los críticos que antes de repetirse con críticas erradas consulten primero la información de manera directa: http://www.uca.edu.ar/index.php/site/index/es/uca/observatorio-de-la-deuda-social-argentina/deuda-social-argentina/informes-anuales-de-la-deuda-social-argentina/
Si así lo hacen, podrán darse cuenta de que el informe del ODSA: 1) se nutre de teorías del desarrollo y de un enfoque de derecho; 2) se apoya en una muestra probabilística elaborada por el Indec (2003), representativa de ciudades intermedias y áreas metropolitanas; 3) examina casi un centenar de indicadores dando cuenta de progresos, estancamientos y retrocesos, sin negar los avances en materia de programas sociales, moratorias jubilatorias, protección del empleo, etc.; 4) ofrece diferentes mediciones de pobreza para el período 2010-2014 con resultados variables según su definición: (a) indigencia ODSA (de 8,5% a 6,4%), (b) indigencia EPH (de 5,2% a 5,1%), (c) pobreza ODSA (de 28,8% a 28,7%), (d) pobreza EPH (de 18,6% a 20,4%), (e) NBI (de 17,8% a 16,2%), (f) pobreza de ingreso y con al menos un derecho social vulnerado (de 25,3% a 24,7%), (g) privación multidimensional con al menos tres carencias sociales (de 17,2% a 15,5%); 5) muestra que en 2011-2012 se lograron las tasas más bajas de pobreza por ingresos y que a partir de 2013 dichas tasas volvieron a aumentar y las estructurales a estancarse; 6) registra un coeficiente de desigualdad de Gini que cae entre 2010-2011 pero que se estanca y vuelve a aumentar en 2013-2014, registrando todos los años la misma tendencia y casi los mismos valores que los que surgen de procesar la EPH (p.e. 2014: EPH 0,420; ODSA 0,415,); 7) confirma las tendencias observadas en materia de tasas de indigencia y pobreza por centros oficiales como Cifra o CESO, los cuales para actualizar las CBA –a diferencia del ODSA– utilizan índices de precios generales y no los de alimentos (p.e. para CESO la indigencia en 2013-2014 ascendió de 4,2% a 5,1% y la pobreza de 13,9% a 16,1%).
Es una mentira mal fundada afirmar que las investigaciones del ODSA formen parte de una plataforma opositora, muestren sólo tendencias negativas, desconozcan avances sociales, se basen en una muestra de pobres, nieguen la realidad, etc. Nuestro compromiso es identificar y exponer al debate democrático la existencia de “deudas” injustas, gobierne quien gobierne.
*Investigador jefe del Observatorio de la Deuda Social / UCA.