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Periodismo puro

El jueves se entregaron los Premios Perfil a la Libertad de Expresión. El Premio Internacional fue concedido a la bloguera cubana Yoani Sánchez.

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Premiados. De la Rúa entrega a Víctor Hugo y Morales Solá el Premio Perfil a la Libertad de Expresión. Verbitsky, a los familiares de Eduardo Kimel.

El jueves se entregaron los Premios Perfil a la Libertad de Expresión. El Premio Internacional fue concedido a la bloguera cubana Yoani Sánchez, a quien, después de haberle gestionado infructuosamente la visa durante meses, hubo que llevarle su estatuilla en mano porque la primera se “perdió en el camino” debido a las restricciones que padece.

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Los Morales. El Premio Nacional fue compartido entre Víctor Hugo Morales y Joaquín Morales Solá. La coincidencia de que ambos tengan el mismo apellido (disimulado por dos nombres en un caso y por dos apellidos en el otro) me recordó que Juan Eduardo Tesone –en su libro En las huellas del nombre propio– escribió que antiguamente todos los nombres tenían un origen significativo y se le atribuía al nombre un inmenso poder psíquico sobre el destino de la persona porque tenía una función de mensaje para su propio portador. Si así fuera, estos dos Morales cumplieron el signo pragmático de su apellido en el ejercicio del periodismo.

Fue muy simbólico que el encargado de entregarles el premio fuera De la Rúa porque ambos tuvieron controversias con el ex presidente durante su gestión, especialmente Morales Solá, autor de la investigación sobre coimas en el Senado que marcó el quiebre de su mandato.

Pero lo esencial es que un contexto donde desde algunos medios oficiales se pretende enfrentar personalmente a los periodistas por el solo hecho de pensar distinto, la unión de los dos más encumbrados representantes de posturas contrapuestas sobre la Ley de Medios es una muestra de madurez y señal de concordia hacia el interior de nuestra profesión.

“El Perro”. Este año, además de los Premios a la Libertad de Expresión, se otorgó una mención especial al periodista Eduardo Kimel, condenado a prisión por el delito de calumnias e injurias por su investigación sobre el asesinato de los sacerdotes palotinos durante la dictadura militar.

Kimel, con el patrocinio del Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS, que preside Horacio Verbitsky, apeló su condena a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la que dictaminó que las penas de cárcel por calumnias e injurias eran incompatibles con los Tratados de San José de Costa Rica que comprometen a la Argentina.

Tras ese fallo, el Congreso dispuso cancelar el castigo de prisión por calumnias e injurias, cuando medie el interés público, a través de lo que se llamó la “ley Kimel”. Desgraciadamente, Eduardo Kimel falleció hace tres meses y su viuda y su hija fueron las encargadas de recibir en su nombre la distinción de Perfil, entregada por Verbitsky.

La convocatoria a Horacio (para los periodistas: “el Perro”) pretende ser también un reconocimiento a su dedicación por este avance legislativo sustancial para la vida concreta de los periodistas. Y otra señal de unión entre periodistas, independientemente de nuestro juicio de valor, sobre Kirchner o Clarín.