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Plata en los bolsillos

Acosado por la falta de espacio, y ya sin dinero en el bolsillo, paso a versar brevemente sobre otro libro, en este caso Cartas de guerra, de Jacques Vaché.

11-10-2020-Perfil logo
. | CEDOC PERFIL

El otro día me encontré por la calle con un amigo que es columnista en un diario. Se quejaba amargamente, con mucha bronca, de que su salario era bajísimo y que encima cobraba siempre con atraso, sin explicaciones, con la violencia del hecho consumado. Por suerte, en este maravilloso bisemanario no ocurre nada por el estilo, así que, teniendo yo los bolsillos llenos de dinero y, suponiendo que ustedes, mis eventuales lectores, se encuentran en idéntica situación, paso a recomendarles buenos libros que se consiguen hoy, último día de la Feria de Editores (se suspende en caso de lluvia). Pues, para no herir susceptibilidades de las editoriales nacionales, paso a mencionar libros publicados por muy buenas editoriales chilenas. En las mesas 164 y 165 se toparán con libros editados por La Pollera, Alquimia, Overol, UDP, UV, Cuneta, Saposcat, Laurel, Hueders, Banda Propia y Roneo. Los libros de muchas de estas editoriales no se encuentran en librerías porteñas o se los consigue a cuentagotas, por lo que la oportunidad que brinda la FED es inmejorable. Comencemos con Bakkhai, de Eurípides, en versión de Anne Carson, publicado por La Pollera. En la faja que acompaña la edición de otro libro de Carson, llamado Nox (New Directions, NY, 2010) se lee que “está considerada por la crítica literaria como la poeta viva más importante de las letras anglosajonas”. Tal vez sea cierto, qué se yo. Por mi parte, pienso a Carson como una escritora absolutamente sobrevalorada, solo comparable, en ese aspecto, a Louise Glück. No obstante, la edición de Bakkhai es por demás interesante, como un juego de traducción de la traducción. Si Deleuze definía a la literatura como “la invención de una lengua dentro de la lengua”, aquí sería la invención saltando de lengua en lengua. Porque lo que hace Carson es traducir y reescribir Las bacantes, de Eurípides, del antiguo griego al inglés de Canadá (con subsede en Michigan) del siglo XXI. Y luego, de ahí pasamos a la traducción de Bernardita Bolumburu al castellano con inflexión chilena. Desde la traducción al francés de Philippe Lacoue-Labarthe de la traducción al alemán de Hölderlin de Antígona de Sófocles (Christian Bourgois, París, 1998) que no leía un proyecto de traducción de traducción tan agudo, tan potente, como el del trío Eurípides-Carson- Bolumburu; traducción que, como la de Lacoue-Labarthe, es sobre todo y desde el vamos, un proyecto de reescritura, de reapropiación. La traducción como una forma de expandir las lenguas de transición y llegada. 

Acosado por la falta de espacio, y ya sin dinero en el bolsillo, paso a versar brevemente sobre otro libro, en este caso Cartas de guerra, de Jacques Vaché (Cuneta, 2012, traducción de Nicolás Rodríguez Galvis). Vaché, nacido en 1895, muerto joven en 1919, surrealista Avant la lettre, fue un autor que cumplió escrupulosamente el mandato más radical de la literatura moderna: escribir un solo libro, único y genial. Y ese es Cartas de la guerra. Escritas desde el frente durante la Primera Guerra Mundial, a corresponsales como Breton (casi todas), más otras a Aragon y Théodore Frankel, que se detienen unos días antes de su suicidio, el otro gran mandato de la literatura moderna. Cartas de la guerra, entre livianas, absurdas y trágicas, puede leerse como una introducción dispersa al surrealismo, un boceto de lo que vendrá.