En estas horas de copas en alto, deseos y pedidos, Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner deben estar brindando por cosas muy distintas.
Las diferencias obvias no pasan solo por sus dispares personalidades y miradas sobre la vida, la política y lo que sería la Argentina ideal para ellos. Quiero detenerme en el momento tan opuesto que atraviesan en estas Fiestas.
Distendido y presto a iniciar unas nuevas vacaciones en Villa La Angostura, el Presidente difundió el viernes 22 imágenes de su brindis en la Casa Rosada, junto a su esposa Juliana, su hija Antonia y Papá Noel, claro. No queda claro si la presencia del panzón barbado está vinculada a la fantasía de la pequeña Macri o al marketing de los shoppings, para seducir a la clientela.
Lo que fuera, el jefe de Estado tiene motivos para festejar. Tras un sólido triunfo electoral en los comicios de medio término, acaba de cruzar una de las semanas más tensas de su gestión. Pese a la violencia en las calles y en el recinto, los cacerolazos y el disgusto mayoritario que mostraron las encuestas, consiguió la reforma previsional. Algunos ven un quiebre, otros un relanzamiento, por la contundencia que luego obtuvo para parir los cambios tributarios y el Presupuesto.
Le queda en el rubro deseos otra reforma, la laboral, para dentro de algunos meses. Y debería brindar para que la tensión violenta no se espiralice. En ello el Estado tiene una responsabilidad mayor, como custodio de los derechos de todos, incluidos los violentos, a los que hay que aplicarles la ley y no otra cosa.
Justo la problemática legal es la que ensombrece el chin chin de Cristina. Aunque hay que esperar que por las redes sociales haga un brindis peronista (paz, pan y trabajo), la realidad marca que el fantasma penitenciario la abraza cada vez más fuerte.
Esta semana, los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa y el primo Carlos Kirchner se sumaron el ejército de ex funcionarios e influyentes K tras las rejas. Allí, desde hace unas semanas, ya revistaban Milani, Boudou, De Vido, Zannini, D’Elía y muchos más.
Ayer, PERFIL reveló que Echegaray, el ex todopoderoso jefe de la AFIP, dijo que va a brindar por seguir libre. CFK debería imitarlo.