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Precisión argentina

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Cordero. El episodio del animal expone la manera diferencial en la que se van tratando los temas. | cedoc

No es demasiado el tiempo que separa dos acciones desde el aire con objetivo en tierra. Para ambos casos la precisión era la clave del episodio, es decir, que el acierto era el centro del motivo para la misma realización. También los dos casos fueron tratados desde el punto de vista de si correspondía o no hacerlo, aunque esos fueron tratamientos posteriores en los medios de comunicación. Sin embargo, esas discusiones pierden la oportunidad de señalar el modo diferente en que el primer mundo y Argentina llevan adelante sus planificaciones. Mientras a Soleimani se lo mata con un dron de máxima precisión, el Pacha Cantón tira a ojo desde un helicóptero un cordero que cae perfectamente en medio de una pileta. Como si fuera un magnífico ejemplo, el episodio del animal expone la manera diferencial en que en Argentina se van tratando los temas.

La gestión de Macri habló siempre muy bien de sí misma, algo que en retrospectiva, y más allá de los resultados, debería haber llamado todavía más la atención. Había una suerte de potencial superioridad en la ejecución de la gestión basado en profesionales muy preparados, formados en el exterior, y en el mundo privado, que traían al Estado la posibilidad de planificar a largo plazo. La gestión Macri se prometía y promocionaba, como ordenada, controlada por Peña, Lopetegui y Quintana, como pilotos de un dron a distancia. Argentina tenía la oportunidad de salir del día a día, del caos y del no profesionalismo, hacia un proceso con miras a un largo plazo. El resultado fue una inflación récord que se podía ir calculando también en las mismas planillas de Excel con las que controlaban a los ministros.

En este tiempo de Alberto Fernández, el largo plazo no juega por ahora un rol preponderante. Supuestamente los gobiernos deberían tener planes, planes económicos, plataformas electorales que puedan prever acciones posteriores, pero no parece ser esa una urgencia del Presidente. Las medidas son hasta marzo, son de urgencia, son de corto plazo, basadas en lo que se va encontrando en el día a día y sobre lo que la demanda diaria puede o no ir exigiendo. Su administración va tomando ritmo a medida que avanza en su gestión, se va construyendo en el trabajo mismo y no tanto en promocionarse como aquellos que todo lo conocen. Alberto está en el helicóptero, viendo cómo apuntar.

Los argentinos y argentinas tienen una gimnasia muy desarrollada en el aprovechamiento de la oportunidad vinculada a la inmediatez. Existen, cada una cantidad dada de años, chances de créditos hipotecarios como ventanas insólitas que se crean de oportunidades, y las mismas son asumidas como de “ahora o nunca”. El regreso del programa Ahora 12, que Macri hizo retornar para las elecciones, desbordó en uso, no como un ejemplo de recuperación económica, sino como un paso estratégico en algo que no se volvería a repetir. Ahora, con el nuevo gobierno, y sin anunciar un plan, pareciera que la economía ha dejado de ejercer una preocupación cotidiana de viaje hacia el caos, para pasar a un día a día con menos sobresaltos. Lo interesante es que esa suerte de frecuencia medianamente pacífica se ejecuta sin plan a largo plazo, sino continuando lo que el mismo día a día ofrece.

El repaso de algunos episodios con relevancia histórica en Argentina muestran justamente relación con procesos ejecutados al andar. Menem llegó a la convertibilidad no por planificación previa, el tiempo del Plan Austral de Alfonsín fue una necesidad por la crisis, Perón explotó públicamente sin que sea un objetivo del gobierno militar del que él era funcionario, Illia llegó a la presidencia casi por casualidades externas a él, y el mismo Alberto resultó exitoso por el modo en que el peronismo repentinamente resolvió su unificación. Argentina es un territorio en el que la expectativa se basa en la resolución exitosa de lo imprevisto. Lo que con más orgullo se defiende de Malvinas es la creatividad de haber volado casi al ras del agua. Nuestro éxito se basa en el andar, no en el final de un camino.

La fiscal uruguaya que atiende la causa declaró sobre el episodio que “no se configura (con) ninguna de las conductas tipificadas como delito”.  Es decir que el episodio es tan extraño, que no existe marco jurídico que lo haya imaginado antes. Lo absolutamente único del episodio, lo totalmente inimitable de nuestra historia, no puede ni escribirse, porque hasta el derecho necesita de cierta regularidad para construir sus leyes, algo que para nosotros resulta en obsesiones del primer mundo. Por ahora seguimos así, y en marzo vemos, ¿no Alberto?

*Sociólogo.