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Defensora de Género

Recuperamos la presidencia para una mujer en América Latina

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Honduras. Con la asunción de Xiomara Castro, una mujer vuelve a presidir un país latinoamericano. | afp

Con la asunción de Xiomara Castro como presidenta de Honduras, recuperamos tener una mujer en la presidencia de un país de la región. Desde 2021 no había mujeres presidentas en ningún país de la región. Esto es una constante en casi todo el mundo, pero esta región conoció un período de oro: en 2014 hubo cuatro mujeres ocupando el cargo de presidentas y por unos años casi la mitad de la población de la región vivió bajo la presidencia de mujeres. Esto no permite ignorar lo difícil que es para las mujeres que participan en política lograr perforar el techo de cristal que los hombres mantienen celosamente blindado. Debemos reconocer que la situación ha mejorado en forma persistente, si bien los tiempos no son rápidos como hubieran querido las pioneras, las mujeres que organizaron los primeros comicios paralelos en las esquinas de Buenos Aires y las muchas que han trabajado, trabajan y seguirán trabajando denodadamente para ampliar y afianzar la participación política de las mujeres, en Argentina y en la región. Esto no nos impide reconocer que aún no se alcanzó el nivel de paridad al que aspiran quienes siguen en la lucha. 

La situación no es muy halagüeña incluso en los países del Norte, donde la igualdad en la familia, la educación, la participación laboral y deportiva es mayor: el número de mujeres en altos cargos políticos es también bajo. En agosto de 2021, la Unión Interparlamentaria y la ONU mujeres, en un estudio sobre la participación política de las mujeres, señalaban que solo había 22 presidentas o primeras ministras en todo el mundo, que correspondían al 6% del total de cargos de ese nivel. El porcentaje mejoraba en los Parlamentos, seguidos por la Justicia. En los Parlamentos, esto se logró en base a las leyes de cupo y/o de cuotas que existen en la mayoría de los países del mundo y de América Latina y el Caribe. Sin embargo, se registran muchas formas en que se obvian o incumplen esas leyes usando artilugios y resquicios. A pesar de esto, no hay tantas denuncias ni acciones legales en relación con la cantidad de casos que ocurren, porque hay temor a las represalias y destierros políticos que muchas sufrieron. El número de acciones legales aumenta y esto es algo auspicioso, ahora ya no se callan y se defienden de los atropellos a sus derechos.

Recordemos el precedente de lo que la doctora María Teresa Morini, diputada nacional y primera presidenta del comité de la Unión Cívica Radical legó a todas las mujeres de la región, cuando ante el incumplimiento de la ley de cupo femenino en su provincia y su partido recurrió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en 1994, y este falló a su favor en 1998. Este fallo benefició a muchas candidatas de distintos países de la región, que ganaron sus reclamos apelando a él.

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Con la asunción de la señora Castro en Honduras, son 13 las mujeres que alcanzaron la presidencia en América Latina. Inicia el ciclo Argentina en 1974, con María Estela Martínez de Perón, a la muerte de su esposo. Luego, en otros países y por circunstancias similares, ocupan la presidencia en Bolivia, Ecuador, Haití y Guyana durante períodos breves y de transición hacia elecciones. En Panamá y Nicaragua se eligen por voto mujeres que tenían en común esposos presidentes o presidenciables. La condición de esposas de presidentes se registra en la mayoría, incluso las electas por voto ciudadano. En 2014 coexisten cuatro mujeres presidentas en Argentina, 

Brasil, Chile y Costa Rica, todas tienen importantes antecedentes políticos. Culminados sus mandatos con éxito dispar, luego se registra una disminución de mujeres presidentas que es interrumpida por la presidencia en Bolivia de una mujer que llega en circunstancias muy deplorables. Desde 2021 no teníamos mujeres en este cargo y ahora es Xiomara Castro la que deberá enfrentar el desafío de desmarcarse de la sombra de su esposo.