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EVA PERON Y SU ANIVERSARIO

Siempre del lado de los postergados

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Se cumplieron 58 años de la muerte de Eva Perón, la primera mujer en desempeñar un rol protagónico en la política nacional y, sin dudas, la que abrió el camino para que hoy la Argentina esté conducida por una presidenta y cantidad de diputadas y senadoras ocupen bancas en el Congreso Nacional.

Eva Perón fue la primera en desempeñar un rol de semejante gravitación en la vida de los argentinos, acostumbrados a ver a las señoras de los presidentes ejercer un papel meramente social y, como mucho, caritativo, como presidentas de la Sociedad de Beneficencia.

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Sin embargo, Evita decidió hacer otra cosa y ella misma lo explica en La razón de mi vida: “Pude ser una mujer de Presidente como lo fueron otras. Es un papel sencillo y agradable: trabajo de los días de fiesta, trabajo de recibir honores, de ‘engalanarse’ para representar según un protocolo que es casi lo mismo que pude hacer antes, y creo que más o menos bien, en el teatro o en el cine. (…) No nací para eso. Por el contrario, siempre hubo en mi alma un franco repudio para con ‘esa clase de teatro’”.

Desde el comienzo de sus relaciones, tanto Juan D. Perón como Eva, desdeñaron las convenciones. El, viudo, con 49 años, oficial de alta graduación en el Ejército, vicepresidente de la Nación y ministro de Guerra, no se preocupó por ocultar que convivía en concubinato con una chica 24 años menor que él quien, además, era actriz, una profesión mal vista en el ambiente castrense.

Luego, cuando en 1945 legalizaron el matrimonio y un año más tarde Perón asumió la presidencia de la Nación, tampoco tuvo inconvenientes en darle a su esposa un rol inédito hasta entonces.

Sin embargo, Evita no realizó su trabajo como funcionaria del Estado y en el mismo libro, señala: “Yo no tengo ningún sueldo. No soy funcionario del gobierno bajo ningún aspecto. Soy libre, absolutamente libre. Así lo he querido yo. Muchas veces el mismo General ha querido añadirme a su gobierno como colaboradora oficial. Quiero seguir siendo libre y creo que es lo mejor; para él, para todos y también para mí”.

Pero consciente de que para actuar en política es necesario construir un espacio de poder, no dudó en hacerlo con el resultado de que la misma CGT le propuso la candidatura a la vicepresidencia para las elecciones de 1951, aunque después renunció al ofrecimiento. Las Fuerzas Armadas de ninguna manera estaban dispuestas a admitir que una mujer, y mucho menos Evita, quedara en la primera línea sucesoria de la Presidencia, y a ella ni se le ocurrió la posibilidad de boicotear la revolución justicialista por ambiciones personales. Su tarea en la Fundación de Ayuda Social fue ciclópea. Tenía apenas 29 años cuando comenzó con esta obra que en poco tiempo cubrió todo el territorio del país, llegando hasta los lugares más remotos, y en una época en la que no existían los medios de gestión y de comunicación actuales. Recibió la crítica de la oposición, que la acusaba de coaccionar para obtener donaciones. Y es muy probable, pero los resultados fueron incontrastables: 19 hogares escuela, 21 hospitales, 181 proveedurías, el Hogar de la Empleada, la Ciudad Infantil, hogares de ancianos y de tránsito, y hasta veinte países recibieron ayuda en víveres, medicinas y ropa.

Eva actuó sólo siete años en la vida pública en los que marcó la historia, entre otras razones, porque nunca confundió el sitio en el que debía estar: siempre del lado de los más postergados.


*Historiadora.