COLUMNISTAS

Súper Macri

Por Jorge Fontevecchia | Si las elecciones fueran hoy, sería el próximo presidente. Eso lo entusiasma a él aunque le preocupa a su asesor, Durán Barba.

Sube y baja. Suma cero entre los dos candidatos opositores.
| Cedoc

Las encuestas propias del PRO con las que Jaime Duran Barba trabaja indican que si las elecciones fueran hoy, Mauricio Macri sería el próximo presidente. Eso entusiasma más a Macri que a Duran Barba, quien no quiere que su candidato crezca antes de tiempo, sino cerca de las elecciones.

Clarín publicó el domingo pasado una encuesta de Management & Fit, realizada después de la muerte de Nisman pero antes de la marcha del 18F, donde Macri resultaba el candidato con mayor preferencia de voto, con casi diez puntos de ventaja sobre Massa, quien quedaba tercero. También Poliarquía (diario La Nación) colocó a Macri por arriba, aunque con la mitad de diferencia sobre Massa y a sólo dos puntos de distancia de Scioli, quien está segundo tanto para Management & Fit como para Poliarquía (Poliarquía también trabaja para Scioli).

Los diez puntos que perdió Massa de intención de voto para las PASO son los que ganó Macri

Por su parte, PERFIL publicó el 8 de febrero la primera encuesta posterior a la muerte de Nisman –de González y Valladares–, que reflejaba que Macri era quien más había crecido, pero continuaba Massa primero. El martes pasado Ipsos difundió la primera encuesta que terminó de realizarse después de la manifestación del 18F; confirmó el aumento de Macri, pero también que todavía Massa continúa siendo el candidato con mayor intención de voto.

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Es importante que la encuesta fuera posterior al 18F porque, al realizarse la marcha en la Ciudad de Buenos Aires y siendo crítica del kirchnerismo, por lógica tuvo entre su público una mayoría de votantes de Macri, y el éxito de la convocatoria podría ser otro anabolizante de su candidatura. El pase de Reutemann y Posse de Massa a Macri se enmarca en ese envión que tomó su candidatura y en un humor social más proclive aun al cambio tras la muerte de Nisman.

De cualquier forma, la encuesta de Ipsos indica que Macri es el candidato que más crece y Massa, el que más ha perdido, y que es exactamente igual el caudal de votantes para las PASO que emigró de Massa al que engrosó a Macri: en marzo de 2014 Massa tenía 35 puntos y ahora 25, mientras que Macri tenía 11 y hoy 21.

Hay que prestar atención a tres circunstancias: 1) Que aunque Macri estuviera tercero, el haber casi duplicado su intención de voto en poco más de un año permite proyectar un Macri que continúe creciendo. 2) Que Scioli y Macri tienen el aparato de difusión propio de los actos de gobierno de una provincia o su equivalente, mientras que Massa, como diputado y ex intendente de Tigre, es casi una pyme comunicacional. 3) Que más allá de quienes colocan a Macri o a Massa primero o tercero, las diferencias entre ellos y Scioli son pequeñas, y están dentro del porcentaje de error estadístico, por lo que cualquiera de los tres puede ser el próximo presidente.

Ese virtual empate técnico actual también refleja una característica que comparten los tres presidenciables: la hibridez. Macri hace esfuerzos para que no se sepa bien si es de derecha o no. Massa hace esfuerzos para que no se sepa bien si es peronista o no. Y Scioli hace esfuerzos para que no se sepa bien si es kirchnerista o no. Probablemente la tolerancia a la hibridez del electorado sea resultado de que no crea que ser de izquierda, peronista o kirchnerista sean identidades sustanciales o verdaderas a la hora de gobernar el país. Y Massa es el mejor comodín, porque más votantes de Scioli dicen que podrían votar por Massa que por Macri. Y más votantes de Macri dicen que podrían votar por Massa que por Scioli. Pero, en cualquiera de los casos, lo cierto es que Macri atraviesa su mejor momento, dándose lujos como nombrar candidata a gobernadora del mayor distrito electoral del país a la novel María Eugenia Vidal, mientras que Massa, para que nadie crea que el crecimiento de Macri lo llevaría a retirar su candidatura presidencial y conformarse con ser gobernador de la provincia de Buenos Aires, mostró a sus cuatro precandidatos para reemplazar a Scioli en la provincia: De Narváez, Solá, Giustozzi y Mónica López.

A Macri siempre le fue más fácil potenciarse con candidatas mujeres: Gabriela Michetti; la mencionada Vidal; sus arietes en el Congreso, las diputadas Laura Alonso y Patricia Bullrich, y hasta su ruidosa alianza con Lilita Carrió. Freud diría que no permite la emergencia de liderazgos masculinos que puedan ensombrecer su falicidad, y Duran Barba, que las mujeres complementan mejor la imagen de gestor frío de un ingeniero ex empresario.

En el libro Mundo PRO, sus autores –Vommaro, Morresi y Bellotti– desarrollan un exhaustivo análisis de la emergencia de un tercer partido que por primera vez en la historia reciente tiene posibilidades de ganar. Pinta un Macri lejos del lugar común de heredero, vago e inculto (“una imagen estereotipada del otro se corresponde con una imagen autocomplaciente de sí”, dicen los autores), y la complejidad del entramado del PRO que, aunque comenzó como un proyecto personal de Macri, terminó convirtiéndose en un partido político por virtudes que no le son ajenas, pero que lo trascienden.

El 18F quizás no nació el Partido Judicial, sino el Partido Popular conservador, pero no elitista como en España

Allí aparecen conceptos como “el gobierno del hacer” (móvil de los militares en los 60 para derrocar gobiernos democráticos lentos), “pasión por hacer” o “romper con el progresismo de la palabra”, interpretados por los macristas como una forma diferente de ideología de la acción. El abuelo de Macri, Giorgio Macri, fundó en Italia el Fronte dell’Uomo Qualunque, que era tan anticomunista como antiliberal. Y el PRO se identifica con el Partido Popular español, que asume ideas consideradas conservadoras, pero rechaza lo elitista y busca siempre lo popular. Tras la marcha del 18F, Horacio Verbitsky escribió en Página/12 que –más que el Partido Judicial– había nacido una derecha democrática con potencialidad electoral. Si así fuera, se estaría frente a un evento político muy singular y a un Súper Macri.