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Un parto programado

El Mundial viene cada cuatro años. Es esperado, buscado, soñado: casi como un niño. Y, como todo período de gestación, viene acompañado de anécdotas, colores, emociones y hormonas. Lo cual trae aparejado susceptibilidades, amores, odios y, de vez en cuando, algún antojo.

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El Mundial viene cada cuatro años. Es esperado, buscado, soñado: casi como un niño. Y, como todo período de gestación, viene acompañado de anécdotas, colores, emociones y hormonas. Lo cual trae aparejado susceptibilidades, amores, odios y, de vez en cuando, algún antojo.
En esta dulce espera se recomienda sexo sin ayudín, posiciones clásicas y sin piruetas. La dieta, además, debe ser equilibrada, nada de milangas con fritas. Ese menú es para ocasiones especiales, como cuando el 2 de junio el Kun cumplió años y en Pretoria por fin pudieron comer fritanga, con helado de postre para todo el mundo.
Teníamos fecha para el 12 de junio, parto inducido, cesárea programada. La sala de partos estaba acondicionada para la ocasión, pedida para las 11, hora argentina. Parto multitudinario, gente de todo el mundo, vuvuzelas, bandera y vincha.
Entonces, aparece Diego Armando Maradona, el Diez, Dios, Diegote, Pelusa, el papá de la Dalma y la Giannina, el abuelo del Benja. El mismo al que le cortaron las piernas, que prometió dar la vuelta al Obelisco en pelotas y que fuma los mismos habanos que Fidel. El que según la mitología, soñó a Garcé levantando la Copa y por eso lo convocó. En esta dulce espera, ¿el Diego quién es? ¿El padre, la madre o el Espíritu Santo? ¿El partero? ¿El que dice cómo y cuándo pujar La Mano de Dios?
Messi despertó a Verón, Mascherano a Heinze, quien se miró al espejo y se preguntó: ¿y si hoy hago uno? El Diego, de traje, perfumado, calzando sus Dolce&Gabbana, como le sugirió Gianni con el Benja en brazos.
El equipo pisó el Ellis Park de Johannesburgo, se persignó y, como siempre, hicieron lo que mejor hacen: jugar a la pelota, gozar, sufrir, putear, reír y llorar.
El trámite fue rapidito, pocos pujos. Lo que soñó Heinze al despertarse se hizo realidad cuando convirtió el primer gol. El niño vio la luz a las 11.06, salió de cabeza, un poco hinchadito. Fue machito e hizo gritar a toda la familia, que se abrazó y lloró. Por un instante se tocó el cielo con las manos.
Más tarde, lo de siempre: comentarios, anécdotas, críticas, amores y los humores. Anocheció en Sudáfrica, lluvia torrencial en Buenos Aires. Así es nuestra familia.

*Conductora de TV.