COLUMNISTAS
Hay otra cosa que no sea futbol?

¡Vamos, Argentina!

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El sábado, en los momentos en que esta nota esté editada y a la vista del lector de PERFIL, la Selección argentina de fútbol jugará su suerte frente al panzer alemán. En los momentos en que la escribo, todavía me quedan cinco días para pensar en el equipo y diagramar el sistema de juego más conveniente para frenar a las bestias wagnerianas y meterles a los chiquititos por los resquicios que abramos en los anillos de los Nibelungos.
Hoy es lunes y estoy de buen humor. Me gustan los desafíos. Sigfrido está con nosotros. A los alemanes hay que jugarles con astucia. Ser vivos. Pararles el ritmo. Dormirlos. Ponerles en la copa de Jules Rimet unas gotitas de esas que destila Bilardo. Pisarla, esconderla, tocarla, acariciarla. Pienso, luego pienso una vez más, pero no sé si existo, sé que pienso en la formación del equipo y coloco las piezas que mejor funcionan. Atrás, lo mismo. Cuatro centrales. Burdisso, imprescindible. Mantengo a los cuatro del triunfo frente a México. Mascherano debe estar acompañado. El 4-3-3 es mentiroso porque el divino Di María no recupera balones y Maxi, apenas algunos. A este último le faltan tranco y furia, lo que le sobra a Jonás, el que se metió en la ballena, quien hizo con el cetáceo algo parecido a lo realizado por Sigfrido con el dragón en la saga mítica. Sé que a muchos no los convence, pero yo lo conozco de chiquito, de las inferiores de Vélez, época en la que era un habilidoso malhumorado y ciclotímico. Es increíble lo que cambió. Ahora trabaja por dos, corre con desesperación como si no le alcanzara para el alquiler. Lo quiero junto a Nico Otamendi, para que entre los dos clausuren la entrada por la izquierda de los bólidos rubios.
Del otro lado, lo ponemos a Verón, porque es veterano y hace la pausa, abre los claros y se la toca al Pulga. Después ya sabemos. El mago arranca, saca el conejo y se lo da al Apache, mientras Gonzalo hace la diagonal. A Pastore lo tengo para entrar cuando la Bruja se quede sin escoba.

El partido lo vemos todos juntos, la sección futbolera del grupo de filosofía del seminario de los jueves junto a familia y amigos. Una tribuna de unas veinticinco personas frente a una gran pantalla iluminada por un proyector. Yo, embanderado con la azul y blanca, con mi camiseta de la Selección, boina con vincha y la vuvuzela con los colores patrios.
Soy fana de la Selección. Por eso, a los miserables que cortaron una nota televisada y la pasaron por esos programas basura en la que digo que prefiero que pierda la Selección, borrando lo que decía antes cuando me refería a que las publicidades de la bebidas con espuma eran tan espantosas que con tal de no verlas prefería, etc , etc… los espero en el Obelisco, a las 6, a las 7, o a las 8.

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Mejor pensar positivo. Somos todos argentinos, hasta los rumanos somos argentinos. Me gusta jugar contra el mejor. Lo prefiero a jugar contra los equipos chivos. De esos que muerden como ratones, te siguen hasta el baño, te soplan en la nuca. Juegan como caníbales después de la Cuaresma, del Día del Perdón y del Ramadán. Corren con la boca abierta y al que pasa le sacan un pedazo. Es el modo que le gusta a Bielsa. Veremos cómo le va con los brazucas. Lindo partido para hoy, lunes a la tarde.
La verdad es que lo lamento por el lector del diario que consulta esta sección que se llama “Ideas” y espera que un filósofo le comunique las suyas como lo viene intentando llevar a cabo desde hace más de dos años. Sé que la actualidad política nacional es lo que más interesa al que mira por esta ventana. La sección que nos cobija no tiene los privilegios de la que se llama “Escritores” que permite a sus protagonistas escribir sobre lo que se les ocurra, sin tema predeterminado, y saludarse entre sí. En mi sección no nos hacemos el aguante. Es una pena.

Yo no sé a quién saludar, no tengo compañeros de página, bueno sí, a veces tengo compañía, aprovecho para saludar a Artemio López, a mi izquierda, y a Andrew Graham Yool, a mi derecha, que no sé si esta vez estarán presentes.
Respecto de la inquietud del lector interesado en la actualidad nacional, reconozco que me pone en un brete. Son tiempos de Mundial, todos lo sufrimos, y ya se dio cuenta que lo único que hago es formar equipos. Por eso, cuando pienso en nuestra política, la inercia clasificatoria me lleva a formar conjuntos competitivos. Por ejemplo, el equipo de la oposición, para comenzar el Frente Progresista, camiseta al tono con boina blanca y rosa roja en el pecho. Con Ricardo Alfonsín en el arco, el Cleto Cobos, Gerardo Morales, Margarita Stolbizer, Luis Juez, en la zaga –esta vez con zeta, no la saga de Sigfrido como antes apuntaba–; en el medio, Hermes Binner, Rubén Giustiniani y Norma Morandini, adelante Lilita Carrió, Patricia Bulrich y… ¿En dónde está?... ¿Adónde se fue Alfonso Prat-Gay que nadie lo encuentra? Bueno, si no está Prat, que ingrese Fabiana Ríos.

El equipo nacional y popular del PJ disidente está formado por… No importa y luego… Otro equipo. La verdad es que no es sólo el Mundial lo que nos impulsa a formar equipos y alinear individuos. No se hace más que hablar de eso. La política se ha reducido a hacer listas de nombres. La oposición dice que está atomizada. Claro que lo está. Todo el tiempo dicen que deben juntarse alrededor de un programa. Lo que yo creo es que les falta un líder. No tienen un jefe. No soportan un jefe. Les duele que alguien sobresalga. Todos creen estar a la altura de la investidura. Sobran los presidenciables. Ni Cobos ni Alfonsín aparecen como figuras y sus estampas rememoran al radicalismo reciente. Retórica, panza llena y republicanismo. Son de comité. Los pejotistas disidentes viven del rencor. No tienen programa porque les sobra rencor. Por supuesto que todos los grupos políticos dicen tener “ equipos” trabajando, y cientos de planes superelaborados. Como si la Argentina fuera una plastilina con la que se puede hacer cualquier muñeco. Acá, los planes los hacen Moyano, la Cetera, la Mesa de Enlace, la UIA y la Bonaerense. Luego, la firma la pone el Ejecutivo.

Lo primero que debería hacer la oposición progresista es respetar los planes sociales del Gobierno y mejorarlos. El tema de la distribución y la riqueza. Dejar de insistir con la República y la división de poderes. Salir de Barrio Norte. Parecen señoras asustadas, con el debido perdón del género. Por más que sea cierto que la farsa militante que ha inventado el kirchnerismo es bastante penosa, no es con el discurso cívico que se gana, sino con asumir la situación social en la que vive el país.
Los temas de la confianza y las inversiones que lloverán en el futuro con un gobierno “serio”, es posible dejarlos a los hijos de la UCeDé, ya sean PRO o antiperonistas. Al revés de la oposición, al Frente para la Victoria le sobra un jefe, o una jefa. Son verticales. Tienen en exceso capacidad de mando. Les dan lecciones a los grupos de los 20. Les dicen que sigan nuestro ejemplo. Les aconsejamos abandonar la moneda y devaluarla a cuatro dracmas el euro. Con esa medida, podrán disminuir los sueldos del Estado a la mitad. Quizás tengan la suerte de depender de un solo producto con la forma de poroto. Ah, no se olviden de darle superpoderes a la Merkel. Hablando de la Merkel… A estos alemanes, lo’ vamo a rev…

*Filósofo. www.tomasabraham.com.ar.