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JUAN ROMAN Y SU CULEBRON EN BOCA

... y gritaré al mundo que ya no le quiero!

Escena 1. Mañana soleada. Música de marchita deportiva. Se escuchan gritos, risas, un constante peloteo. En un rincón, susurran. ¡Acción! —Ya no puedo soportarlo, Carlos Luis. Creo que voy a enloquecer. —Debes ser fuerte, Mauricio Ariel. Tu felicidad depende de que mantengas la paz en tu corazón. Sabes que en el fondo... él no es malo. Sucede que...

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“Decidí que el cine era la realidad, que el mundo era así. Allí había justicia. La mujer igual era sometida, pero al final llevaban flores a su tumba; alguien premiaba tanta paciencia, tanta tontería.”
Manuel Puig (1932-1990)


Escena 1. Mañana soleada. Música de marchita deportiva. Se escuchan gritos, risas, un constante peloteo. En un rincón, susurran. ¡Acción!

—Ya no puedo soportarlo, Carlos Luis. Creo que voy a enloquecer.

—Debes ser fuerte, Mauricio Ariel. Tu felicidad depende de que mantengas la paz en tu corazón. Sabes que en el fondo... él no es malo. Sucede que...

—¡Ya no hables más, Carlos Luis! Es inútil seguir con esta comedia. Tú sabes que nunca le quise. Y también sabes que no soy el único que...

—Por favor, Mauricio Ariel...

—¡Basta, es suficiente! No haré sufrir más a los míos por su culpa. Me voy para siempre. ¡Y no intentes detenerme, Carlos Luis!

—Pero, ven, ven. Escúchame; ¡te lo suplico! Oh, madre...

—¿Su madre? Por ella juró alguna vez que renunciaba a la Selección... ¡Jah!

—¡La de él, no! ¡La mía! Ah... Le temo al escándalo, Mauricio Ariel.

—¡Calla! Lo que ahora necesito es pensar en la niña.

—¡¿Qué niña?! ¿La que salió a hablar cosas por la televisión?

—¡Esa no! ¡Mi niña, Carlos Luis! ¡La mía! Mira: ya no esconderé más lágrimas en la sombra. Hoy elijo vivir. Ya no me importa el qué dirán... ¡Adiós!


Escena 2. La tarde es agobiante. Suena un arreglo de arpa de Pájaro campana. Los dos toman tereré y chipá. Hay tensión en el ambiente.

—No, Julio César, no lo hagas. ¡Piensa en los tuyos! ¡Te lo ruego!

(Silencio. Cruzan sus miradas con enorme angustia. Julio César frunce el ceño, mueve la cabeza, suspira resignado. Su tono se torna solemne.)

—Lo haré, Claudio Marcelo. Es mi deber. Ya ves todo lo que ha debido sufrir el pobre Mauricio Ariel. Por favor, debes tener confianza en mí...

—¡Oh, por el amor de Dios, te destrozarán! ¡Te lo harán pagar, hermano! (Solloza.) Pero... (Se recompone.) Hazlo si lo crees justo. ¡Cuenta conmigo!

(Se abrazan. Suena el teléfono; Julio César y Claudio Marcelo se separan y quedan inmóviles. Plano negro. Música con fondo de pajarillos. Va corte.)


Escena 3. El hombre canoso de traje oscuro detrás del escritorio se recuesta en su sillón, levanta el teléfono, carraspea, agrava la voz y contesta, tratando de disimular su incomodidad. No está solo.

—Te equivocaste, Julio César. Jamás debiste traicionarlo de esa manera.

—Sé que para ustedes soy un don nadie. ¡Pero este humilde muchacho tiene dignidad y la frente alta, Don Pedro. ¡Soy la voz de los que no tienen voz!

—Julio César, deja de hacerte el héroe, por favor. Será mejor para todos que llames de inmediato a Juan Román para rogar su perdón...

—Bah; lo haré por usted. No importa lo que hagan conmigo. No hago más que gritar lo que todos piensan. ¡Nadie le quiere, señor! Sépalo, ¡nadie!

(La comunicación se interrumpe abruptamente. Pedro cuelga el teléfono con desdén y mira a Juan Román, que escuchaba todo frente a él.)

—Usted sabe bien qué hacer, Don Pedro. No me gusta lo que pasa. Es injusto. Yo lo pedí, usted ya sabe. Me debe la vida el maldito y ahora sale a hablar así... No tiene vergüenza. Odio a esta clase de desagradecidos.

—Tranquilo... Sabes que estoy contigo. Si lo deseas, ya está afuera.

—Lo sé y se lo agradezco. Es mejor que las cosas queden claras, ¿verdad?

—Estamos de acuerdo, Juan Román. Por cierto, ¿cómo anda tu amigo?

—Mmm... ¿se refiere a Hugo Benjamín?

—No, a ése no. Al otro, Marcelo Alejandro.

—Ah. Bien; en el Barcelona de Ecuador. En cualquier momento se lo pido. Quiero otro punta y un arquero suplente para mi ahijado, Javier Hernán.

(¡Chan! Violento corte musical. Suspenso.)

—Ehh... ¡claro, Juan Román! Je, je, je. ¡Lo que tu digas!

(Don Pedro se levanta y apoya el brazo sobre su hombro. Lo acompaña hasta la puerta. La cierra y traga saliva, pestañea: se lo ve preocupado.)


Escena 4. Ezeiza. Allá afuera, los periodistas. Adentro, sonido de jueguitos de Play Station. Gritos. Juan Román mira de costado. Bufa. Está solo, sentado en un sillón. Llega Don Alfio con su amigo Rubén Toribio.

—¡Qué tú dices, Román! ¿Cómo se ha sentido nuestro genio el día de hoy?

—Bien, gracias, pero... Uf... ¿Me perdonan? (Se para de golpe, alza la voz.) ¡Eh, ustedes...! ¡Lionelcito! ¡Sergito! ¡Ya dejen de gritar, niños, que estamos hablando los grandes! ¡No quiero volver a decirlo, eh! (Se sienta con cara de pocos amigos. A lo lejos se escucha: “¡Ufa!”.) ¡No soporto a los desobedientes! Después lloran si no se las doy... Que aprendan. Esto es Argentina. ¡Aquí sí me aman y la mitad más uno sabe que su boca es mía! Nada ni nadie dañará jamás ese amor sagrado. ¿No es verdad?

(Se queda mirándolos fijamente, con los ojos muy abiertos. Música. ¡Chan!)

—Ehh... ¡Claro, Juan Román! Je, je, je. ¡Lo que tú digas!

(Los dos se retiran. Uno susurra: “Esta película ya la vi; ¡¿o no nos pasó lo mismo con Maradona en el ’93?!”. El otro lo corta: “¡Cállate!”. El ringtone con música de Los Palmeras suena otra vez. Juan Román no contesta.)


Escena final. Juan Román recostado en su cama. Plano corto a su rostro. Piensa. Voz en off.

—No saben nada. Ni el holandés cascarrabias, ni el ingeniero; mucho menos Marcelino, el trasandino. No comprenden que mi mente está adelantada un segundo a todo. Soy generoso... volví para brindar alegría. ¿Por qué niegan mi arte? ¡Necios! ¡Oh, ya verán! Fundaré una nueva dinastía de enganches, sin zagueros paraguayos ni volantes verticales! ¡Soy Román; la cólera de Dios, el

que abre las defensas, el que maneja tiempo y espacio! Soy... Soy...

(Dormita. Su pensamiento se desvanece lentamente. Aumenta el volumen de la música. Fundido a negro. Créditos. Fin del capítulo.)