“Vengo poco, pero dicen que no pierdo la tonada”. El economista Mario Blejer hace 40 años que dejó de vivir en Córdoba, pero sigue conectado a la provincia. Expresidente del Banco Central en plena crisis del 2002, Blejer también fue asesor del FMI, director del Banco de Inglaterra y una de las referencias más escuchadas a la hora de analizar la coyuntura económica. Esta semana visitó Córdoba invitado por el Instituto Argentina de Ejecutivos de Finanzas (Iaef). Junto al periodista Joaquín Morales Solá disertó en el Sheraron Hotel y luego dialogó con PERFIL CORDOBA. Ante ejecutivos locales, Blejer ofreció primero una perspectiva histórica de la imposibilidad de Argentina para crecer de forma sostenida y sustentable. “La situación actual se da en el marco de un desarrollo histórico. En los últimos 75 años Argentina se ha hundido en una decadencia, en una tendencia difícil de revertir que es muy grave cuando miramos que todos nuestros vecinos lograron crecer. En la mayoría de los países los problemas macro económicos se han ido resolviendo. Nos hemos quedado solos en esa pelea”, señaló.
Decadentes. Para graficar la decadencia argentina Blejer se apoyó en series estadísticas históricas que dan cuenta que el ingreso per cápita local en relación al ingreso promedio de los países ricos muestra una clara línea descendente y evidencia una clara caída en el bienestar de la población argentina. Y expuso también otras mediciones, con la misma conclusión. “Desde 1950 Argentina pasó la tercera parte del tiempo en recesión. Somos el segundo país del mundo en ese ranking, sólo nos supera el Congo. Los países con menos tiempo en recesión son vecinos nuestros, Colombia, Chile, Perú. Argentina genera gráficos deprimentes”, expresó.
En su tesis, Blejer resalta que hay dos bibliotecas enfrentadas intentando explicar por qué nuestro país no logra crecer de forma lineal. “La primera plantea que nos hemos abierto demasiado, que debemos cerrarnos porque no somos competitivos en el mundo y que los momentos de apertura durante los que pudimos competir luego nos hacen rebotar y generan caídas. Una tesis parecida a la que Trump usa con China, que para mí no es suficiente. La otra explicación, más correcta, es que en los últimos 70 años Argentina no ha logrado ganar mercados sin devaluar, no logramos ganancia de competitividad por factores genuinos. Cuando la pérdida de competitividad es tal quedamos contra las cuerdas y devaluamos. No es que a los gobiernos les guste devaluar, pero no logran generar medidas para mejorar la productividad. Y se termina en procesos de caída de la inversión y de falta de incentivos para producir. La consecuencia directa de la incapacidad de invertir es el aumento de la pobreza”.
Anatomía. En 1983 Blejer escribió el paper On the Anatomy of Inflation: The Variability of Relative Commodity Prices in Argentina, publicado por la Universidad de Ohio. “Lo escribí hace 35 años y parece que lo hubiera escrito ayer porque la inflación es un fenómeno que la Argentina no ha logrado controlar”, señala. Y afirma que “la estabilidad es importante, pero la estabilidad sola no significa mucho. Hay que tener una estabilidad que atraiga inversiones para direccionarlas hacia las ventajas comparativas. Es una falacia que Argentina no tiene ventajas comparativas”.
Programa y Fondo. Antes de entrar de lleno en el análisis de la coyuntura Blejer resaltó que “cualquier programa económico tiene que buscar el equilibrio fiscal y todas las cosas que hay que hacer, pero tiene que tener los ojos puestos en la productividad. Hoy Argentina no puede explotar sus ventajas porque la volatilidad no lo permite. Por eso, va a ser extremadamente importante, después de las elecciones, buscar un consenso para atraer volúmenes de inversión que permitan ganar competitividad de forma consolidada”. Blejer también dio su visión sobre el acuerdo con el Fondo al expresar que “en este acuerdo, el Fondo está en el mismo barco que Argentina. Si nos hundimos el Fondo se hunde con nosotros y si pasa eso le va a costar mucho reconstituirse. Por eso hay que saber negociar, porque si nosotros diseñamos algunas políticas al Fondo no le queda mucho más que aceptarlas”.
-¿Cree que hemos atado destinos con el Fondo?
-Creo que sí. El Fondo no tenía clientes y tenía muy mala relación con Argentina. La señora Lagarde tiene aspiraciones políticas en Francia y necesita un éxito y esto lo ve como una oportunidad, mejorar la relación con Argentina que era muy mala y al mismo tiempo tener un programa que sea exitoso. Le vendría muy bien ese empujón.
-¿Qué evaluación haría del programa económico hoy?
-Para que el programa funcione tiene que ser un buen plan, si presupone cosas que no existen, que están mal, si las ecuaciones que presupone no dan, hay algo que está mal en el modelo. Creo que ese es el problema, la realidad no estaba mal, el modelo estaba mal.
-¿Una de las cosas que estuvieron mal fueron las metas de inflación?
-Las metas de inflación, en general, son una mezcla de economía con psicología. No son demasiado bien establecidas. Yo escribí un libro sobre las metas de inflación en Brasil. Estaba en el Fondo y el Fondo no quería metas y yo lo estudié bien. El tema es que hay que introducir las metas de inflación cuando la dinámica del proceso está estabilizada en una tasa alta. Ahí fue cuando los colombianos bajaron la inflación con metas de inflación, ahí fue como se bajó en Chile y en Israel. Pero una vez que estaba estabilizada. De otra forma no se puede, o puede ser que salga, pero es una maniobra muy difícil.
-¿Y la psicología de las metas en qué sentido?
-En el sentido de que las metas de inflación sirven para que la gente piense que el Gobierno de alguna forma las va a conseguir. Si el Gobierno dice que las metas de inflación son 3%, todos piensen que va a ser 3%. Pero si no hay confianza hay incertidumbre, nadie me cree y eso no sirve para nada. al contrario, molestan porque no se llega. Hay que estabilizar las expectativas. Eso no es imposible, pero es difícil.
-¿Hay un desconocimiento, por parte del Fondo, de la relación de los argentinos con el dólar?
-Sí, pero no sólo con el dólar, hay un desconocimiento más amplio y hay fenómenos extraeconómicos y características que no operan en otros países.
-¿Le queda al Gobierno margen para mostrar algún resultado económico hasta las Paso?
-Sí, sí. Porque con US$ 71 mil millones de reservas podes hacer muchas cosas. Después verás cómo las pagas, pero si no las usan se las van a dejar de regalo a Cristina. No sé qué medidas, pero tiene que ser algo que redunde en beneficios para algunos grupos y que no sea visto con demasiada negatividad por los últimos grupos.
-La política generó su cisne negro con la candidatura a vice de Cristina, ¿ve algún cisne negro en la economía?
-Es una buena pregunta. No se me ocurre en este momento. Lo que puede pasar es algo que no tenga que ver con Argentina, sino con el extranjero. ¿Qué pasa si lo matan a Bolsonaro, a quien vienen amenazando?
-¿Hasta las Paso el tipo de cambio está controlado?
-El tipo de cambio no está controlado, lo que pasa es que con este nivel de reservas es difícil que lo ataquen.