Perfil
CóRDOBA
Un fenómeno que quedó a mitad de camino

Colautti, el “Dybala” que no llegó

El tridente ofensivo de la categoría ’93 de Instituto, en inferiores, la conformaban La Joya, Gotti y el Negro Colautti. Te contamos la historia trunca de este zurdo que hoy juega en las ligas del interior.

Colautti Dybala
Colautti y Dybala en inferiores de Instituto | Perfil
En La Agustina hay cientos y cientos de niños que alimentan sus sueños de fútbol cada día. Y, también, pasaron otros tantos que se quedaron en el camino. No es fácil llegar. Requiere muchos condimentos. Las divisiones inferiores de Instituto sobresalen por los jugadores que promociona; y el que más se destaca actualmente es Paulo Dybala. El mundo habla de La Joya y de dónde surgió.

En la categoría ’93 de Instituto hubo tres jugadores que se destacaron en Sexta y Quinta División: la actual estrella de la Juventus, el goleador de Instituto Gustavo Gotti y Nicolás Colautti. 

Recorriendo las calles de tierra de La Agustina, quienes vieron jugar al Negro Colautti exclaman: “La rompía”. Sin embargo, fue el que no llegó. ¿Qué pasó? Casi a coro, los mismos que elogian su juego, agregan: “Era desordenado con su vida”. Y él, en diálogo con PERFIL CÓRDOBA no esquiva. Se hace cargo, y con la voz entrecortada confiesa: “Era rebelde, me mandé cagadas”. Sin eufemismo. Honesto y crudo. Así es la historia del otro zurdo de la ’93 de la Gloria. 

¡QUÉ JUGADOR!... PERO
“El Negro era un fenómeno. Iba a todas las pelotas, chocaba, tenía unos huevazos bárbaros. Muy buena zurda. Técnico. Gambeteador. Con onda a Carlos Tevez. Armaba juego y tenía mucha actitud. Paulo jugaba de enganche, yo de centrodelantero y él jugaba por afuera. Cuando se hizo el primer selectivo, fue el primero de nuestra categoría que llamaron. Estaba de titular con los más grandes en ese selectivo, de punta por izquierda”, lo recuerda el Tanque Gotti, compañero de Colautti en el tridente ofensivo de las inferiores albirrojas.

En Sexta tuvo de DT a Gabriel Alaniz. Y el Tata rememora: “Un extremo muy habilidoso, rápido y tenía muchas condiciones para poder llegar. Era muy bueno, muy fuerte. Corría, jugaba, tenía gol. Lamentablemente no estaba ordenado en su vida”. En Quinta División, Francisco Buteler fue su entrenador y fue quien le tuvo que reprender en más de una ocasión. Panchito cuenta: “Vos lo veías y era muy bueno. Gambeteaba demasiado, inteligente para moverse. Con poca disciplina. Le faltó orden en su vida, él tenía claro que si hubiese sido más ordenado hubiese llegado más lejos”. Y en la misma sintonía, Pablo Álvarez, actual coordinador de inferiores de Instituto y ayudante de campo de Claudio Demaría en Primera, explica: “Un zurdo, extremo, habilidoso, muy muy rápido, buen definidor. Su problema es que le faltó maduración, ser más profesional, era desordenado y eso no lo regularizó”.

Colautti estuvo hasta el 2011 en Instituto. Un hecho de indisciplina lo dejó afuera del club. Se fue, y se cortó una carrera que pintaba bien a los 18 años. El propio zurdo recuerda que esos días iba al estadio de Alta Córdoba, cuando jugaba el Instituto de Darío Franco, sólo para ver a Dybala jugar. Se sentía reflejado en La Joya. Y en el 2013 volvió a Instituto. Lo fue a buscar Marcelo Bonetto, que estaba de coordinador. Ya estaba al límite de firma de contrato. Jugó en la Reserva del Institutito, en la liga cordobesa. Y a la temporada siguiente se fue a Peñarol a jugar el torneo Federal.

“CLARO QUE ME ARREPIENTO”
“Yo tenía mala conducta. Pienso que por eso que no llegué. A mí me encantaba entrenar, no faltaba nunca. Era muy rebelde. Capaz que me faltó una cagada más. Y también un reto más, no sé. Sí, me arrepiento, porque todo el mundo me dice lo mismo. Mi abuela cuando ve a Paulo, me dice que yo podía haber estado con él, cosas así. Lo tengo presente siempre a eso. Claro que me arrepiento de no haber hecho caso a lo que me decían, pero no me quejo. El fútbol me dio muchos amigos y sigo jugando”, le explica a este diario Colautti, que sigue jugando al fútbol, porque ama este deporte. Sabe que el tren pasó, pero la pasión no. Admite sus errores. El primer semestre del año jugó en San Lorenzo de Manfredi. Actualmente entrena en un club de Matorrales, pero también existe la posibilidad de que vaya a jugar a las localidades de Chazón o Etruria, donde ya jugó. En tanto, admira a Dybala. Lo elogia y afirma, convencido, que su ex compañero está cumpliendo los sueños que él tenía. Y se alegra.