La pandemia por Cov id-19 hace estragos en la población mayor de edad. Y el impacto es aún más fuerte en aquellas personas que residen en geriátricos, por presentar patologías de base diversas. En un momento crítico como el que atraviesa Córdoba en la actualidad, la cifra de residentes fallecidos es elocuente. Según datos oficiales del Ministerio de Salud de la Provincia, hasta el viernes pasado 137 hombres y mujeres que residían en instituciones geriátricas fallecieron por contagios de coronavirus.
Representan el 3% de la población total (4.500) que alberga este tipo de instituciones en todo el territorio provincial. Si se compara la cifra de muertes con la estadística general de fallecidos en Córdoba, uno de cada cinco era residente geriátrico. La emergencia sanitaria es evidente en este sector, sin dudas el más vulnerable de la población.
La abogada Verónica Olivato, una de las integrantes de la Mesa de Geriátricos de la cartera de Salud, señaló a PERFIL CÓRDOBA que “la situación es complicada como en toda la Provincia”. Diariamente se fiscalizan 32 geriátricos para realizar test serológicos o de PCR, particularmente al personal, que es “el vector de ingreso” del virus. Cuando hay casos positivos, se realiza una intervención, se hisopa a todo el personal y a los residentes.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria el ministerio colabora con equipos de protección para el personal (EPP). “Vamos por la cuarta ronda”, contó Olivato. En todo momento, la funcionaria destacó que el Estado “presta colaboración”, aunque no afronta la totalidad de la inversión necesaria.
Desde marzo hasta ahora, se modificó el criterio para encarar los brotes de Covid-19 en geriátricos.
El primero sucedió en la institución Santa Lucía de Saldán, a fines de abril pasado. En ese momento se decidió evacuarlo íntegramente y todos los residentes fueron trasladados. En una segunda etapa se estableció que solo serían reubicados u hospitalizados todos los casos positivos de coronavirus, tuvieran o no síntomas. Y, finalmente -esta fue la tesitura de Pami desde el inicio de la pandemia- se decidió que sean derivados a centros asistenciales solo los pacientes contagiados que presenten síntomas de moderados a graves. Así lo establece una resolución fechada el 18 de septiembre, a partir de la cual cambió el criterio.
Esta modificación generó resistencias y severos cuestionamientos desde la Unión Argentina de Prestadores de Servicios Gerontológicos, presidida por Nora Kurt, que presentó un amparo en la Justicia provincial. Argumentan que no tienen medios para contener y tratar a los pacientes contagiados en las residencias, no cuentan con servicio médico las 24 horas y tampoco disponen de una gran cantidad de tubos de oxígeno para proveer a quienes los requieran de forma inmediata. La situación de una persona anciana puede agravarse en forma repentina y veloz; y una eventual demora para conseguir la derivación puede ocasionar resultados fatales. Ese es el argumento central del planteo judicial.
Olivato señaló que, hasta el momento, se están produciendo las derivaciones que solicitan y cargó responsabilidad sobre quienes administran los geriátricos. “En seis meses de pandemia podrían haber adquirido también ellos algunos tubos de oxígeno”, afirmó.
AMPARO CONTRA EL PROTOCOLO
En la Cámara Contencioso Administrativa N°1 se tramita un amparo presentado por un grupo de geriátricos contra la Provincia. Piden que se declare inconstitucional el protocolo del Ministerio de Salud que estableció el criterio para derivar a los pacientes con Covid-19 solo cuando presenten síntomas que requieran atención de segundo nivel.
Se realizaron tres reuniones en las que medió el tribunal, pero las posiciones de las autoridades provinciales se mantuvieron firmes; al igual que el pedido de los dueños de geriátricos. Fuentes de tribunales informaron a PERFIL CÓRDOBA que en esos encuentros los geriátricos expresaron que les falta apoyo del Estado en cuanto a personal médico e insumos para el tratamiento de los pacientes que, por ser asintomáticos o presentar cuadros leves, permanecen en las residencias.
El viernes pasado vencía el plazo para que la Procuración de Estado presentara un informe a la Cámara con la descripción de todas las medidas que se han adoptado en relación, específicamente, a las residencias para mayores. “Los jueces nunca cierran la posibilidad de diálogo -comentó a este medio la fuente consultada- porque de ese modo se asegura que las decisiones acordadas se ejecuten y se cumplan”. Una vez que se analicen las respuestas y posiciones de las partes, el tribunal emitirá una resolución.
MEXICO II: COMO GESTIONARON EL BROTE
El apoderado del geriátrico México II, Fernando Babini, dialogó con PERFIL CÓRDOBA y describió cómo gestionaron la situación y las dificultades que encontraron. “Apenas se confirmó que una empleada había dado positivo al test de coronavirus, se informó al COE, se realizaron 46 hisopados, de los que resultaron siete positivos. Esto fue el sábado 5 de septiembre”, relató Babini. Y añadió: “Lunes y martes siguientes se hisoparon a todos pero demoraron en darnos los resultados. Recién el viernes pudimos identificar 60 nuevos casos entre empleados y pacientes. Si está información hubiera llegado más rápido se podrían haber tomado medidas para mitigar el impacto”.
El COE acercó además los equipos especiales para el uso del personal que atendía a los residentes infectados. “Pero se agotaron y tuvimos que reponer”, agregó.
En el caso de México II, el responsable indicó que “PAMI derivó a todos los que lo necesitaban”. Sobre defunciones, indicó que “desde el 5 de septiembre a la fecha, 24 residentes fallecieron, 19 habían contraído Covid, de los cuales 18 habían sido derivados a diferentes clínicas y uno murió en la institución pero la confirmación de su resultado positivo vino posmorten”.
La particularidad es que Babini administra dos geriátricos con 230 residentes. En uno de ellos (México I) no tuvieron contagios.
Cuando un geriátrico tiene casos positivos no puede recibir más pacientes. En épocas normales, tienen entre seis y siete nuevos residentes mensuales, con tres o cuatro fallecimientos. Claramente la pandemia alteró todos los números y la ecuación para sostener este tipo de servicios.