El clima en las centrales sindicales cordobesas antes de la presidencial

La noticia del acercamiento de la CTA a la CGT después de 29 años mostró la foto de unidad que le faltaba reunir al PJ nacional antes de las elecciones del 27 de octubre. Y a más de 700 km del acto en Lanús, la imagen de Hugo Yasky, Hugo Moyano y Alberto Fernández en un mismo escenario fue observada con atención por los gremialistas cordobeses.

Aunque por el momento, la imagen de unidad sindical que intentan dar los referentes nacionales no tenga su correlato en Córdoba.

Una foto dividida en tres. A diferencia de lo que ocurrió hasta hace unos meses, cuando los sindicatos cordobeses estaban agrupados en cinco, ahora el escenario quedó dividido en tres: la CGT Regional que conduce el delasotista José ‘Pepe’ Pihen, las 62 Organizaciones que lideran Ricardo Moreno y Sergio Fittipaldi, y el Movimiento de los Trabajadores que encabeza Pablo Chacón.

La CGT Rodríguez Peña liderada por Mauricio Saillén y Gabriel Suárez atraviesa un momento de incertidumbre que deriva de la situación procesal de los líderes del Surrbac y Luz y Fuerza Córdoba, los dos gremios más poderosos que integran la central de gremios K.

Las detenciones de Saillén y Pascual Catrambone en el marco de la causa que investiga el fiscal federal Enrique Senestrari; y las inminentes imputaciones de Suárez y Jorge Molina Herrera, el 1 y 2 lucifuercista denunciados en la causa que está en manos de Gustavo Vidal Lascano en Tribunales Federales condicionan para algunos el futuro de la CGT Rodríguez Peña. 

El que tomó nota de esto es precisamente Chacón que, en la búsqueda de militar la campaña para alcanzar el tercer escaño de la lista del Frente de Todos, también miró de reojo el mapa sindical y empezó a pescar en esas aguas. Con varios gremios más chicos y filo K que dejan de ver con desconfianza al líder de los mercantiles.

De todas maneras, las malas noticias para el movimiento de los trabajadores llegaron con la elección que perdió Lito Herrera en Aoita a manos de Emiliano Gramajo; y el veto sindical que tienen Gustavo Pedrocca (Suvico) y Guillermo Borelli (Petroleros) por el acercamiento al macrismo. 

En lo que respecta a la CGT oficialista en Córdoba, el presente de la central que lidera Pihen forma parte de otro teatro de batalla entre el schiarettismo y el delasotismo.

A Pihen en el oficialismo provincial le reclaman más presencia de la que tuvo hasta ahora en la campaña y ven en esa ausencia, intencionalidad de los sectores delasotistas que esperan a diciembre.

Ante esto, el schiarettismo continúa afinando lazos con las 62 Organizaciones que acumularon esta semana una seguidilla de presencias en las seccionales que caminaron los candidatos de Hacemos por Córdoba. 

La relación no termina ahí. En el último tiempo, dos dirigentes con peso dentro de la estructura del PJ cordobés tuvieron reuniones con la cúpula de las 62 Organizaciones y hay un OK desde El Panal para que peleen la conducción de la CGT Regional.

Definición que puede dirimirse también con lista de unidad. Algo que no se descarta y también está atado a la relación que Provincia y Nación tengan en los próximos meses.