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CóRDOBA
Herrera y una historia de selección

El ídolo de Guido

El guardavalla de Talleres se crió viendo atajar a su hermano mayor y soñando ser como él. Hoy es Franco el que se emociona y enorgullece.

Guido Herrera
En Arabia. Herrera se sumó al seleccionado argentino para afrontar los partidos amistosos ante Irak y Brasil. | CEDOC PERFIL

 

Dos escenas, un sentimiento... la hermandad.

Son los primeros días de marzo de 2017, llueve torrencialmente en la ciudad de Córdoba, estamos en el departamento de Guido Herrera para una entrevista. Previo a la charla formal, el arquero confiesa que su gran referente es su hermano mayor. “Yo veía a mi hermano que llegaba a casa con el bolsito, sacaba sus guantes y me los regalaba, y yo quería ser como él”, contaba el golero de Talleres con los ojos brillosos al hablar de Franco Herrera, quien atajó en Instituto, Chaco For Ever y Nacional de Paraguay, entre otros clubes. Se le notaba la emoción en su gestualidad. Para Guido era claro, Franco era su héroe.

Ya es de noche en Córdoba, es domingo 30 de septiembre de 2018, Talleres acaba de ganarle el clásico a Belgrano por 3-0. Franco está saliendo del estadio Kempes, previo saludo con Guido, que va en el auto de atrás junto a su novia. Recibe un mensaje. Su corazón comienza a latir muy fuerte. No se aguanta y llama a Guido. Y antes de que él le pregunte, su “hermanito” le da la noticia: “¡Me acaban de llamar de la Selección argentina!”. Franco pega un grito. Desborda de alegría. Festeja como si fuese el gol más importante de su vida: su hermano, al que le regalaba los guantes y le quedaban grandes, es ahora miembro del seleccionado nacional. ¡Un sueño cumplido de la familia!

Dos momentos, un mismo amor... la hermandad.

Emociones inexplicables. Franco Herrera dejó el fútbol hace un par de años en el ascenso mexicano, y ahora está más cerca de Guido, hablan bastante. Se acompañan. Por estas horas tiene una sonrisa de oreja a oreja. Vive días de mucha emoción. “Pienso que cuando salgan los equipos a la cancha y la cámara lo enfoque ahí, con el escudo de la AFA, y lo vea, pienso ahora y se me pone la piel de gallina de imaginarlo, será un momento de lágrimas, de emociones”, le cuenta el Herrera mayor a PERFIL Córdoba. Y eso sucedió cuando el jueves la transmisión oficial lo enfocó al riocuartense en el partido ante Irak. El seleccionado nacional se encuentra en estos momentos en Arabia Saudita, el martes 16 se medirá, en partido amistoso, ante Brasil. “Que esté en un Argentina-Brasil será increíble”, resalta el hermano mayor; y agrega: “A Guido lo veo en un gran momento, muy maduro. Verlo entrenar con la Selección es una sensación difícil de explicar. Es el tope máximo del anhelo de cualquier futbolista”.

¿Cómo era Guido de chico? Franco, de 38 años, lo recuerda así: “Él era muy fanático del fútbol, insoportable diría (Se ríe), estaba todo el día con la pelotita, con cualquiera, de tenis, de trapo, de lo que sea, hacía una pelotita. Un día a mi vieja le rompió todos los muebles y las tazas, pateando. Tremendo. De verdad, se sabía todos los jugadores que estaban en Primera, en la B. Yo no era tan así. A Guido le gusta mucho el fútbol desde siempre. Ama entrenar, eligió esta profesión y la siente de corazón”.

En aquella escena relatada en el inicio del texto, Guido recordaba que Franco le regalaba los guantes. A propósito, rememora: “Sí, traía guantes, botines, en aquella época no había tantas posibilidades de comprar. Todo lo que le podía traer, le traía y a él le encantaba, era un apasionado. Usaba los guantes y le quedaban grandes... Yo me fui de chico de casa para jugar al fútbol, a los 15 estuve en Independiente, me volví y fui a Instituto y al poco tiempo me subieron a entrenar en Primera como cuarto arquero junto al ‘Papi’ Cabrera, Javier Klimowicz y Mauricio Caranta. Mirá lo que es el fútbol, ahora Mauricio es compañero de Guido...”

“Dios le da sus peores batallas a sus mejores guerreros”. Esa frase usa de cabecera el arquero surgido de Deportivo Río Cuarto y que hoy ya tiene récords atajando en Talleres. Es que no fue sencillo el camino. Y Franco recuerda que cuando Guido tomó la decisión también de irse de su hogar materno siendo un adolescente, fue difícil para la familia, pero la experiencia de las cosas vividas por él, le fueron útiles a Guido para ir forjando su carácter. “Yo veo a mi hermano y me emociono, es muy lindo lo que le pasa, después de todo lo que debió sufrir para llegar a este presente. No le fue fácil, aunque parece que fue rápido, hubo mucho sacrificio de Guido”, expone visiblemente emocionado. La hermandad.

Arquero de familia

Franco Herrera tuvo una extensa trayectoria en el fútbol. Guido lo miró y admiró mucho. Pero el puesto del arquero ya viene desde antes en la familia, debido a que su papá Omar también se desempeñó bajo los tres palos. Atajó 18 años en la Liga de Río Cuarto. Sin embargo, tanto Franco como Omar coinciden en que mamá Marisa fue el gran sostén en la vida del arquero de Talleres y la Selección. Ella lo apoyó en todo momento y sufrió mucho cuando fue criticado a su arribo al club de barrio Jardín.

“La alegría de ella me importa mucho, ella está contenta, por eso estoy feliz”, contó Guido antes de subir al avión que lo llevó a Arabia. A propósito, en las redes sociales es habitual apreciar fotos familiares junto a sus otras hermanas Milagros, María Belén y María Lujan; o con su cachorro Capitán.