A menos de una semana para las elecciones que definirán al nuevo intendente de Córdoba, Rodrigo de Loredo atraviesa horas trascendentales de su vida política. Sin embargo reconoce que debido a lo frenético de los ritmos de la campaña, le cuesta tomar perspectiva de todo lo que está viviendo.
“Las campañas son una montaña rusa y más ésta, a la que le vengo poniendo mucho el cuerpo”, comenta a PERFIL CÓRDOBA desde la intimidad de su hogar.
–¿Se toma el tiempo de realizar análisis contrafácticos respecto a qué habría pasado, en una elección tan reñida como la provincial, si usted hubiera participado desde otro lugar?
–No los hago, porque además creo que en el proceso hubo una serie de decisiones de las que no me arrepiento en lo más mínimo. Primero una gestualidad para mostrar un Juntos por el Cambio unificado y luego un acompañamiento sin ningún tipo de especulación pese a que se escribió mucho al respecto. Trabajé y di todo lo que podía dar para que ganemos. De hecho creo que mucha gente fue a votar y entendió que había una fórmula Juez – De Loredo.
–¿Y ahora cómo quedó esa relación entre ustedes? ¿Le reconoce ese acompañamiento?
–Quedó muy bien. Está bien que esté con algún respiro, porque lo vi hacer un esfuerzo personal como a pocos dirigentes he visto en mi vida. Con una entrega, una vocación, un desgaste personal y físico durante la campaña muy importante.
–¿Le sorprende el nivel de virulencia que tomó la campaña?
–Me sorprende de Daniel (Passerini), porque no es su estilo. Creo que le han dicho: “Tenés que ir por acá”, porque están perdiendo. Hay discursos agresivos, me pasa todos los días. Le pegaron a un tipo en Villa Cornú, a otro en SEP. Entiendo que en la elección provincial terminaron cortando clavos, pero yo nunca vi a Schiaretti en esos tonos.
–Un candidato a concejal de su lista ha quedado en el ojo de la tormenta por un allanamiento en el que fue detenido el hermano de éste, con drogas y dinero. También hay denuncias sobre la pareja de otra candidata. ¿Cuál es la opinión sobre estos casos?
–Es la nada misma, es todo un proceder muy turbio y preocupante. Hay una serie de instancias: una denuncia anónima, un allanamiento filmado y puesto a disposición. Hay una búsqueda de familiares de toda una nómina. Yo propicio ficha limpia, no entiendo porque el peronismo no acompaña esta ley que muchos distritos tienen.
–¿Pero usted piensa tomar medidas sobre estos candidatos en particular?
–La persona que tenga alguna condena, aunque sea de primera instancia, no va a ser ni candidato ni funcionario nuestro en ninguna modalidad. Ponemos a disposición el certificado de antecedentes de todos nuestros candidatos. Pero también entiendo que no puedo yo saber qué pasa con los novios, las parejas o todos los familiares de cada uno de los candidatos y en este caso en particular hablamos de un candidato que tiene 22 medios hermanos, porque es un representante de sectores humildes. Es un dirigente social del que me entero a la postre que hay un procedimiento que no se aclara bien sobre uno de los 22 medios hermanos. Entonces nos negamos a caer en una campaña que transite por esos carriles porque esto está claramente movilizado por el peronismo.
–Dentro de las 60 propuestas que presentó, ¿cuáles define como los pilares de su plataforma?
–Tenemos un plan integral que no es hijo de una campaña electoral sino que tengo libros escritos al respecto. Pero dentro de la estrechez de la campaña y que la gente tiene cada vez menos tiempo de escuchar a los políticos, tenemos tres ejes: uno está puesto en la seguridad con una idea disruptiva que es hacernos cargos de la policía; una propuesta fuerte en mate ria de reducción impositiva, y un tercer eje, el del transporte público que actualmente es de mala calidad. Además tenemos la idea de reconocer lo que se hizo bien en la gestión y mantenerlo.
-Sobre este punto, usted suele calificar bien a la gestión de Llaryora al frente de la intendencia.
–Le pongo un seis, lo que enoja a Llaryora porque cree que debo ponerle un 10, y también enoja a Juntos por el Cambio porque creen que debo ponerle un dos. Entiendo que la política no es River – Boca. Esta gestión tuvo un fuerte apoyo del gobierno provincial. Fue una gran oportunidad histórica y se eligió embellecer espacio público, plazas, mejorar el Parque Sarmiento, Parque las Heras, algunas avenidas céntricas, iluminar arterias, lo valoro porque hacía falta pero no atendió problemas estructurales: en infraestructura cloacal se avanzó poco y nada. No se hicieron desagües. El transporte está peor. Y el tercer tema es el desorden de la ciudad. A la ciudad la veo caótica y desordenada. La demostración más cabal es la desatención especulativa de la seguridad. El intendente decidió no meterse para evitar quilombos y ahora en campaña anuncian una batería de soluciones.
–El tema de la seguridad no era una exigencia a la Municipalidad. ¿Por qué cree que se instaló ahora?
–Porque Córdoba es insegura desde hace muchos años. Yo tuve que cambiar mis talleres porque no logramos que el vecino me hablara de otro tema que no fuera la seguridad. Ellos ahora en campaña hacen una batería de propuestas y es el reconocimiento de lo que podrían haber hecho de tres años atrás a esta parte.
–En su campaña publicitaria no muestra signos políticos ni fotos con otros dirigentes. ¿A qué se debe?
–Permanentemente doy cuenta del equipo técnico que me acompaña. No los nombro porque meterlos en el barro de la política, creo que los ahuyenta. Dicho esto, también hay un tema de competitividad electoral. Las campañas son cortas y hay un nivel de conocimiento de mi figura y mi persona que es lo que más a mano tenemos en la búsqueda de ganar una elección.
–En este marco tan convulsionado, si le toca ser intendente, ¿cree que puede haber una relación sana con el gobierno provincial?
–No tengo dudas, porque él es un tipo práctico y yo también. Nos conocemos generacionalmente de toda la vida. Personalmente vi cuando estuve en Arsat lo que Schiaretti decía sobre nuestra gestión. Mi idea es propiciar la convivencia institucional. Pero además quiero decir que la Legislatura terminó empatada y voy a trabajar para que el gobierno de Llaryora tenga las herramientas legislativas que necesite para llevar adelante el gobierno que él considere, sin perder el rol de contralor. También voy a trabajar para que el Presidente, que no tengo dudas va a ser de Juntos por el Cambio, no discrimine a Córdoba.