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NUEVO GABINETE

Gestionar la escasez y resucitar la economía, la agenda urgente de Massa

Esta semana comenzarán a conocerse los nombres del equipo de Sergio Massa. También se esperan los primeros trazos de un posible plan económico. Las claves, desafíos ineludibles y escenarios posibles de la economía bajo el control total de Massa.

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TERCER SOCIO. El tercer dueño del gobierno entró en escena para dar volumen político a la economía. | Cedoc

La extrema delicadeza de la situación económica argentina no admite dilaciones ni pasos en falso. Desde el inicio de la gestión de Alberto Fernández la macro solo conoció dos ritmos: el de una paralización autoimpuesta por la crisis del Covid y por el daño en el entramado productivo; y luego de un corto rebote, una volatilidad frenética azuzada por la incapacidad política de generar confianza entre los agentes económicos, contener la inflación o ponerle redes firmes de sujeción a la fuga de divisas y las consecuentes disparadas de los dólares, en todas sus versiones, colores y manifestaciones.

Los riesgos latentes estuvieron sobre la mesa de los argentinos en las últimas semanas: tensión exacerbada y corridas cambiarias, valores históricos para indicadores centrales como el Riesgo País y la brecha cambiaria, niveles estrambóticos en la suba de precios que reinstalaron el tan temido recuerdo de la híper inflación y una actividad económica paralizada ante la incapacidad de contar con precios de referencia y de insumos para poder producir y vender bienes y servicios.

Esa paralización y el coqueteo con el abismo terminó presionando al presidente Fernández y a su socia en el poder para que se activara un volantazo en forma de Plan M: el ingreso de Sergio Massa como súper ministro, con empoderado perfil político y a cargo de las ahora unificadas carteras de Economía, Desarrollo Productivo, Agricultura y Ganadería. Con su ingreso se movieron y se mueven otras fichas para reconfigurar una nueva mesa de operaciones.

Como se sabe, la confirmación del ingreso de Massa, hombre de buenos vínculos con el exterior –en especial con EE.UU.-, puentes tendidos con la oposición y de fluida relación con buena parte del establishment empresarial, generó un primer baño de calma en el mercado cambiario y bursátil. Los dólares financieros y el paralelo bajaron un 20%, el Riesgo País retrocedió otro tanto, mientras que acciones y bonos argentinos en el exterior tuvieron su primavera massista.

Con ese primer test aprobado, empieza para Massa el verdadero desafío: el de poder presentar un plan económico concreto, consensuado políticamente y que debe hacer frente a un número ineludible de obstáculos si quiere, al menos, detener el deterioro de las variables macro económicas.

“La disfuncionalidad del gobierno está en su diseño de origen, entonces es difícil tener buenas expectativas. Yo diría que la máxima expectativa es que se ponga un poco de calma a todas estas semanas donde no había freno a muchas cosas y no había precios. Venimos con mucha incertidumbre y expectativas muy malas. Ahora un dólar a $300 nos parece bajo. Hay que recomponer todo eso porque estuvimos con semanas donde las empresas, sin precios, se frenaron”, plantea el economista Gastón Utrera.

Desafíos. A la hora de pensar en la columna vertebral que debe tener un plan de economía para el ordenamiento y recuperación de las variables aparecen desafíos centrales. Para la consultora Inveq, de Esteban Domeqc, uno de los más importantes es el plano fiscal donde se necesita cumplir con las metas acordadas con el FMI. Hoy no habría un problema serio de ingresos, que están creciendo 65% interanual, sino en el gasto que sube a un ritmo del 75%. El fuerte aumento del gasto se explica por los desembolsos para sostener programas sociales que crecieron 335% en términos reales en comparación con el año 2019, los subsidios tarifarios (+110% real), las transferencias corrientes a las provincias (+56% real) y la obra pública (+27%).

“Tocar la primera partida implica un enfrentamiento directo con los movimientos sociales, los actores hoy más movilizados; tocar la segunda es enfrentarse directamente con Cristina Fernández, ya que la Secretaría de Energía hasta el día de hoy sigue en manos de la Cámpora; y tocar las terceras y cuartas líneas implica enfrentarse con los gobernadores que fueron actores centrales en la caída de Batakis apenas se atrevió a insinuar que había que hacer un mejor balance entre la Nación deficitaria y las provincias superavitarias”, plantea la consultora.

Un segundo desafío lo plantea la escasez de dólares en la economía y de reservas en el Banco Central. El complejo mecanismo del “dólar soja” que buscaba incentivar la liquidación pendiente del agro no generó los estímulos suficientes. Una mejora en el tipo de cambio del 11% dejó gustó a poco. La expectativa del Central era recaudar unos US$2500 millones extras, una meta que hoy luce muy complicada. Agosto será un mes cuesta arriba en materia de reservas: los ingresos del complejo agroexportador serán contados, pero la factura del gas y gasoil importado será el principal dolor de cabeza.

Para la firma Consultatio, de no mediar cambios en la dinámica cambiaria se finalizará el año con reservas netas en terreno negativo y con incumplimiento en la meta fijada por el FMI.

Esa consultora aborda otro desafío, condicionado por la política y el juego de tronos que se disputa en la cima del poder: el hecho de que la toma de decisiones sigue siendo colegiada.

“Al margen de que junto con esta designación se pudieron haber acordado medidas en conjunto o hasta un plan de acción, los principales accionistas de la coalición gobernante no han cambiado y mantienen cargos fundamentales en la toma de decisiones”, afirman, poniendo como ejemplo a un Banco Central que responde al presidente o a una secretaría de Energía en la que hoy, siguen confirmados Darío Martínez y Federico Basualdo, hombres de CFK.

El “check list” de Massa. Volviendo a las condiciones del desembarco y a los desfíos urgentes del tigrense Utrera plantea que hay que mirar de cerca:

-Qué apoyo político logra para sus primeras medidas: “Todo el mundo desconfía de él pero hizo acuerdos políticos. Es ventajita, pero acordó en la provincia de Buenos Aires con Vidal y rosqueó bien con la oposición para el apoyo con el FMI. Es decir, tiene chances de negociar muchas cosas”.

-Que pueda demostrar rápido que le puede cambiar el ritmo a la toma de decisiones económicas. “No se puede hacer lo que se hizo antes. No podemos anunciar una ´guerra contra la inflación´ sin medidas y convalidar que todos aumenten los precios para cubrirse ante lo que se viene”.

-Nueva política cambiaria. Unido a lo anterior, es un primer paso que no se puede evitar: “Hay que trabajar para dar certeza en política cambiaria. Si de entrada aparece un esquema claro, que no puede ser dólar libre porque no están dadas las condiciones, pero puede aparecer una segmentación o un desdoblamiento del mercado con reglas claras, puede funcionar. Si se hace las cosas bien cambian las expectativas y aparece el precio en la economía. Lo básico es cambiar las expectativas. Segmentando el mercado cambiario, lo primero que hay que hacer es permitirle a las empresas acceder al mercado cambiario. Si no se hace esto, el escenario que queda es el de la economía que  choca”.

Según su visión, en una delgada línea, Massa tiene las condiciones para enderezar la macro. “Su gente le dijo eso. Que esto todavía se puede arreglar. La clave es ordenar lo cambiario y hacer señales de ordenamiento fiscal, tiene que mostrar de entrada que el Banco Central no va a emitir para financiarte y que frenamos esta locura de emisión y colocación de Leliqs. Esta complicado, pero todavía no se llego a una situación de no retorno”, apunta.

“La sostenibilidad de un plan será un gran desafío, puesto que los objetivos de los tres accionistas no van por el mismo carril y esas rispideces tarde o temprano aflorarán”, concluyen desde Consultatio.

 

Bosquejos y costos del Plan Massa
Agustín Arreguy, Trader Strategist en Dracma ALyC dejó su análisis sobre lo que podrían ser los primeros trazos del Plan Massa. En ese sentido remarcó que aunque se conoce poco y hay rumores sobre ese plan, “lo cierto es que el no plan era lo peor que nos podía pasar. Creo que eso es lo que el mercado está comprando. Massa siempre fue pragmático, si hay  que ser de Boca es de Boca y si hay que ser de River es de River, para lo que hay que hacer ahora eso es bueno. La situación económica argentina es de una gravedad extrema, no es fácil lo que tiene que hacer y el costo lo vamos a pagar nosotros.  Hay que pensar que todos los caminos posibles incluyen una permanente expansión de la inflación que ya se mantiene inercial”.

Para Arreguy es claro que Massa tendrá que avanzar en un ajuste fiscal que tendrá impacto en la sociedad y esas serán las negociaciones políticas más complejas. Y yendo a lo cambiaria señaló: “su plan sería un dólar agro mucho más agresivo de lo que se terminó implementando, porque largaron un dólar agro anestesiado. Luego de eso y de que se recuperen reservas se avanzaría a una devaluación del tipo de cambio oficial. Todo eso implica costo para la gente y riesgo para el inversor”.