Determinado en parte por el entorno en que se vive, el comportamiento de los seres humanos ha sufrido a lo largo de la historia cambios en sus conductas y modos de relacionarse. Si bien son una diversidad de factores los que intervienen en la conducta -biológica y ambiental por caso-, el estrés y el miedo producen modificaciones en los hábitos y las conductas de las personas.
En diálogo con PERFIL CORDOBA, el doctor en biología de la UBA, Fabricio Ballarini, señaló que la pandemia ocasionada por el COVID-19 traerá aparejados ciertos cambios, puesto que un evento de tal magnitud genera mucho miedo y estrés en las sociedades.
—¿La pandemia modificará nuestra conducta habitual a la hora de relacionarnos con un otro?
—Aún no sabemos en qué fase estamos a nivel global y eso va a delimitar mucho las condiciones en las cuales nos vamos a comunicar o comportar en los próximos meses o años. Sí me parece que va a haber muchos cambios en la conducta de las personas, porque es un evento que genera mucho miedo y estrés. Espero que esos cambios sean para hacernos más cuidadosos marcando distintas prioridades y teniendo en cuenta que las evidencias científicas son un camino a tener en cuenta como individuos y como sociedad.
—¿Se puede comparar con otro evento ocurrido a lo largo de la humanidad? Se me ocurre una relación con lo que fue el Sida en su momento, que modificó la conducta en el uso de condón, por ejemplo.
—Sí, yo utilicé ese ejemplo varias veces. Antes de la década de 1970 tener relaciones sexuales era de una determinada manera y el Sida -una enfermedad que tiene tratamiento pero no cura- modificó un montón de patrones y conductas sexuales. Lo mismo pasó con la aparición del viagra, para seguir con algo relacionado al sexo. Hasta antes de las drogas para estimular la irrigación sanguínea de las partes masculinas, determinados rangos etarios no tenían actividad sexual. Eso modificó un montón de parámetros, conductas y discursos. Creo que hubo un montón de cambios de conductas al rededor de la historia de la humanidad, que fueron adoptadas por religiones, comunidades, poblaciones y grupos de más o menos riesgo. Pero lo que sucede actualmente es raro porque está afectando a distintas culturas, edades y grupos económicos, por lo que será muy difícil saber cómo serán esos cambios de conducta. Aún así, ya podemos ver en países que van más adelantados, porque fueron los primeros que tuvieron el virus, algunos cambios. En China hay chicos que van a la escuela con sombreros para marcar el metro de distancia con el otro. En India les dan paraguas a las personas para que salgan a la calle. En Corea se traquean los movimientos de las personas a través de aplicaciones en los celulares. Esos son cambios enormes de paradigma conductual.
—¿Esta situación saca lo mejor o lo peor de nosotros?
—Creo que hay un estrés enorme, condicionado por no saber cuándo va a terminar, por lo económico, miedo a que te afecte o que le pase algo a un familiar, miedo a salir. Esto nos hace ser un poco más extremistas. Pero también son situaciones que sensibilizan y se toma conciencia de los grandes niveles de desigualdad que tiene el mundo.
—¿Cómo imaginás la sociedad pos coronavirus?
—No sé. Siento algo que es más un deseo: sociedades que exijan a sus gobernantes ciertos conocimientos sobre el medio ambiente, la biología, las epidemias, las enfermedades; que exijan a quienes toman decisiones cierto compromiso sobre los recursos, que tengan prioridades distintas. No tengo nada contra las grandes estrellas de Hollywood o los futbolistas, pero no tiene sentido que cualquiera de esas personas pueda ganar el equivalente al presupuesto de medicina de toda una ciudad. No sé cómo será el mundo postpandemia. Sí sé que va a ser completamente distinto.
—¿Cómo ves el rol de los medios de comunicación?
—En un momento pensé que iban a tener un rol de educadores. Pero cuando hay una noticia hay que hablar de esa noticia y hay que sacar información porque es tendencia en Google. Entonces, se lee cualquier cosa y se publica cualquier cosa. El mundo académico ha empezado a hacer publicaciones muy rápido (los preprint, les llaman) pero los medios no tiene el conocimiento para poder interpretar esa información y publican cosas como ciertas generando miedo, pánico y desesperación. Trato de no consumir medios masivos porque en los primeros días lo hice y me hizo muy mal. Me angustia mucho saber que hay gente del otro lado que se angustia con eso.
—¿Qué opinás sobre el vínculo actual gobiernos-áreas científicas?
—Creo que habrá un antes y un después. No habrá una revolución científica pero sí una revolución entre el vínculo política y ciencia. El mensaje que podremos encontrar es que los gobiernos que se acercaron a algún tipo de conocimiento son los que pudieron disminuir el impacto; y los gobiernos negacionistas, como Estados Unidos, Inglaterra y ahora Brasil, que lo negaron, están en una curva terrible y con saldos brutales de gente muerta.
A CLASES CON SOMBRERO. Delimitan el metro de distancia de los niños en la escuela.
Especialistas responden sobre coronavirus en Twitter e Instagram
Ballarini, junto a un grupo interdisciplinario, están detrás de la cuenta @CoronaConsultas a través de la cual responden preguntas de los usuarios y ya suma más de 19.000 seguidores.
“Lo mejor fue haber conseguido de la nada un grupo de personas de distintas áreas, de diferentes partes del mundo, con quienes todos los días hablamos y aprendemos de este tema. Creo que como podemos, porque somos profesionales y tenemos cada uno nuestros trabajos, ayudamos a muchas personas”, señala el biólogo.