En un mes arranca una nueva temporada para el turismo y los empresarios del sector se preparan para un verano que tendrá varios rostros. Por un lado, hay certezas de que el mercado interno crecerá ante los números del año pasado ya que la devaluación complica los presupuestos de quienes viajan al exterior. P o r e l otro, el incremento de costos llevará las tarifas a un esca lón de aumento que oscilará entre el 35% y el 45%. Será menor que la inflación acumulada y, aun así, las expectativas no son positivas. Preocupan, al menos, dos factores: la escasa liquidez de las personas para programar vacaciones y el incremento de la oferta informal que viene en ascenso a partir de la consolidación de plataformas digitales, con Booking y Airbnb a la cabeza.
En agenda. Este último punto fue el eje de los debates que a principios de mes se dieron en el III ReformBnB Summit que reunió a representantes del turismo de 15 países en Buenos Aires. El encuentro, organizado por entidades como la Federación Gastronómica Hotelera de la República Argentina (Feghra), pidió por “la necesidad de registrar tanto a prestadores como a intermediarios; sensibilizar a los Estados -Nación y Ciudad-, avanzan - do hacia un concepto social de la propiedad relacionado con el concepto de la residencia y limitando la misma cuando el objeto es la actividad y el alquiler turístico por razones de interés general. La vivienda que tenga como destino al turista debe estar en manos de profesionales de la hospitalidad o de prestadores o propietarios debidamente registrados”; “impulsar modificaciones en la legislación que permitan establecer límites al derecho de propiedad para erradicar los problemas asociados, como la contaminación sonora y ambiental, el mal uso de la vivienda, la suba de los precios para uso residencial y la infor -malidad, así como la competencia desleal”.
Rastrojero. En la Provincia, según la localidad varía la incidencia de la oferta informal. Fernando Faraco, de la Asociación Empresaria Gastronómica Hotelera, informa que hay 11.500 plazas oficiales y unas 7.000 en negro. Desde la misma entidad, su secretario Alejandro Moroni advierte que en Villa Carlos Paz hay 37 mil plazas y cerca de 70 mil “paralelas”. “El cuadro de situación actual es paupérrimo porque la legislación no ha avanzado, pese a los intentos de la Federación. No logramos que se mueva un granito de arena. Esto está pasando en el mundo, se está generando una desconfiguración del negocio fenomenal. En la medida en que la legislación vaya arriba de un Rastrojero y el negocio arriba de una Ferrari va a ser muy difícil que estemos en orden”, define Moroni. El ejecutivo recuerda que la entidad hizo, hace poco más de un año, un relevamiento con apoyo de entidades oficiales y la Afip, pero que solo lograron “un título en la prensa”.
Sin lock out. Por su parte, Leonardo González, presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Villa Carlos Paz es uno de los dirigentes que impulsa nuevas ordenanzas y pide más fiscalización para regular la oferta en las plataformas digitales. “No renegamos de las plataformas, porque todos las usamos, pero ahí cualquiera tiene una casa, un departamento y lo pone a trabajar. Tenemos nuestros propios manteros. Pero la regulación no es tan difícil. La Municipalidad de Carlos Paz tiene un registro de todos los establecimientos para trabajar de forma legal, hay que agarrar ese listado y cotejarlo con la oferta de Booking. Si no está, vayan a verlo. No es tan difícil”, dice. González remarca que en la ciudad de Punilla se creó recientemente una comisión sectorial para trabajar en esa línea. “Además de esa comisión y de la sanción de una nueva ordenanza para regular y aplicar penas más severas, lo importante es que se cree un departamento de trabajo que se dedique a fiscalizar y que haya decisión de combatir esto”, afirma.
Moroni reafirma el concepto de no oponerse a las plataformas, sino avanzar en regulación y fiscalización de la oferta incluida por ellas: “Villa Carlos Paz buscar tener una ordenanza, pero si la Secretaría de Turismo de la Nación y la Afip no hacen nada va a ser muy complicado. La idea no es hacer un lock out contra Booking, que en definitiva también tracciona formales. El problema es la falta de regulación porque hoy manejan el 80% de las reservas y dentro de la oferta de los propios portales la informal duplica o triplica a la formal”, analiza.