El “Kansas City Star” es un periódico con sede en Kansas City, Missouri, publicado desde 1880. Harry Truman trabajó envolviendo periódicos durante dos semanas en agosto de 1902. En años posteriores, Truman, molesto, como todo político con la prensa independiente, menospreció al Star: “Si el Star se menciona en la historia será porque el presidente de los Estados Unidos trabajó allí”. No fue así.
Los directores habían preparado para 1917 un manual de estilo con 110 reglas. Era obligatorio seguirlo para los periodistas. La regla básica era que se debía usar un inglés corriente, sencillo, directo y sin expresiones repetidas: Ernest Hemingway, quien reportó para el “Star” entre 1917 y 1918, se refirió a las citadas reglas así: “Las mejores reglas sobre el arte de escribir”. Usar oraciones y primeros párrafos cortos, en un inglés vigoroso; ser positivo, no negativo: tal el resumen de la simpleza de las normas.
Sobre dichas reglas y la técnica del cablegrama, Hemingway construyó su método: concisión, economía, verbos fuertes, nada superfluo.
Joseph Conrad lo inspiró en la ficción y Ezra Pound le confió que hay que desconfiar de los adjetivos y que el “mont juste” o única palabra correcta a utilizar, existe. Rudyard Kipling y James Joyce integraron, entre otros, el grupo de insignes para la formación del estilo del nacido en Oak Park.
Su modo literario resultó tan arrollador que hasta hoy resulta imposible quitar el factor Hemingway de nuestra prosa. Hizo lo que todo escritor original hace: creó su propio mercado y contagió su propio gusto a los lectores.
“Adiós a las armas” (1929) es, quizás, su mejor obra: se vendieron cientos de miles de ejemplares y tanta fue su influencia que Dorothy Parker, con su cáustico ingenio, sarcasmo y afilada pluma, escribió en el New Yorquer que lo consideraba “peligroso”. Lo que quiso exponer es que todo lo que hacía Ernest era tan simple que parecía tan fácil que una legión de imitadores trabajaban en vano tratando de escribir con su estilo.
Hemingway también vendió su imagen como hombre de acción. Debió responder con gran esfuerzo a la leyenda que él mismo creó. No pudo soportar, quizás, que comenzaba su declive. Mentalmente enfermo optó por el suicidio.
El “Kansas City Star” ha recibido ocho premios Pulitzer. En 2006 una nueva y espectacular planta de 200 millones, comenzó a imprimir. La bonanza no duró y su grupo dominante quebró en 2020. En la actualidad el “Star” se sigue imprimiendo en la planta del periódico “Des Moines Register".
El periódico forma parte del “colectivo” constituido por toda la prensa escrita: no ha desaparecido y las reglas siguen formando potenciales Hemingways. Por eso hago preguntar por quién doblan las campanas. Ya sé que no doblan por “The Star”.