No son pocas las historias de vida que van unidas a la existencia del ferrocarril como medio de transporte. Muchas de esas historias reflejan al país en crecimiento, ya que no solo unió ciudades y pueblos a lo largo y ancho del territorio nacional sino que además transportó proyectos, anhelos y aspiraciones de comunidades enteras.
También el ferrocarril fue protagonista de oscuros episodios en la historia más reciente cuando, debido al cierre y suspensión de muchos de sus ramales, pueblos enteros desaparecieron o se sumieron en el olvido más oprobioso.
Sin embargo, hay casos que sirven para demostrar cómo la voluntad de una sociedad impide la desaparición de esa herencia. Puerto Deseado es un ejemplo, con el Coche Reservado 502, que hoy se erige como un atractivo turístico y cultural.
Historia.
La historia del vagón comienza en Lancaster, Inglaterra, donde fue construido en 1898. En los primeros años del siglo 20 llegó a territorio argentino, donde comenzó su andar primero en Cuyo para, hacia 1910, integrar el Ferrocarril Patagónico. Su construcción con materiales de excelente calidad, principalmente pinotea, y el diseño con todas las comodidades: tres habitaciones con sus correspondientes literas y mobiliario;, un baño completo con ducha; un salón comedor, y una cocina de gran porte que además facilitaba la calefacción de toda la unidad, le confirieron la categoría de ‘Reservado’ para autoridades y miembros de la jerarquía comercial, pública y política, que eran quienes podían utilizarlo.
Uno de los personajes que se trasladó en él fue el teniente coronel Benigno Varela, como el jefe de Regimiento de Húsares de Pueyrredon, con motivo de las revueltas obreras que acontecieron entre 1920 y 1922, uno de los momentos más álgidos en la historia de Santa Cruz, cargado de represión y fusilamientos por parte del ejército de nuestro país.
La identidad de un pueblo.
Actualmente, el Coche Reservado 502 se ubica en la Plaza del Vagón, en el corazón de Puerto Deseado, punto neurálgico que convoca la salida de manifestaciones o encuentros sociales, pues su presencia allí involucra el compromiso de los deseadenses.
Su destino lo sentenciaba a una desaparición segura cuando, en 1978, fue clausurado el ferrocarril y comenzó el desmantelamiento de todo el material rodante. Cuando se quiso transportar el Coche Reservado 502, en 1980, se generó una rápida y verdadera pueblada que interceptó al camión que se lo iba a llevar, en el mismo predio del ferrocarril, evitando así su desguace.
De esta manera, los vecinos unidos pudieron cumplir con el objetivo de que el vagón se quedara en Puerto Deseado. Luego, comenzó una batalla judicial que terminó por expropiar el vagón, lo que propició su declaración como bien de utilidad pública y, posteriormente, Monumento Histórico Provincial, convirtiéndose en el único tesoro ferroviario que sobrevivió en tales circunstancias.
Un símbolo cultural.
Aunque inmóvil, hoy el vagón sigue transportando a sus ‘pasajeros’, visitantes y turistas, que tienen la oportunidad de vivenciar aquellos tiempos y lugares en la historia deseadense. Desde 2005, cuando se conmemoraron los 25 años de su declaración como monumento histórico por la iniciativa de los ciudadanos, el vagón está completamente restaurado.
En su interior es posible ver parte del mobiliario original y cuenta con fotografías y otros recursos visuales, que hilvanan un recorrido asistido por guías profesionales pero que es posible realizarlo también de manera auto-guiada. Es una propuesta diferente que permite explorar la historia de Puerto Deseado desde un plano más amplio, en el que se amalgaman diversos factores: la historia del ferrocarril en manos de los ingleses, su nacionalización, los intereses de sectores privados nacionales e internacionales, las manifestaciones obreras y la configuración social de todo un siglo.
Todo ello en un vagón de estilo inglés que, por la iniciativa espontánea de la sociedad de Puerto Deseado, pudo conservarse allí y se erigió en un emblema y estandarte del pueblo deseadense, como un singular atractivo turístico.
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