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CóRDOBA
Trelew, Dolavon y Gaiman

La tríada del sur

Trabajan mancomunadamente para armar circuitos que se potencien entre sí y rompan el turismo estacional. Con una fuerte impronta galesa, estas tres localidades ofrecen al turista historia, arte y tradiciones.

Gaiman Turismo
Una tradición. Las confiterías para tomar el té galés en Gaiman. | CEDOC PERFIL

Un casco histórico repleto de callejones o pasajes, la habitación donde se alojaba Butch Cassidy, la tradición del té galés, un circuito de capillas y templos y callecitas bordeadas por acequias con llamativas norias, son sólo algunos de los atractivos de los que disponen Trelew, Dolavon y Gaiman.

En un trabajo conjunto que busca salir de los dos productos centrales que convocan al turista a la provincia de Chubut (pingüinos y ballenas), sus municipios promueven un calendario que prevé eventos todo el año.

Trelew, punta de rieles

Surgió como punta de rieles del ferrocarril de 1886. Con una identidad única, mezcla de culturas, tiene un circuito de templos y capillas que denotan el fervor religioso de los galeses, que en 1865 llegaron a la Patagonia buscando su lugar en el mundo.

Las Capilla Bethel (1913), Capilla Vieja (1884) y Capilla Moriah (1880), son parte de este circuito. Al lado de esta última, se encuentra el cementerio donde descansan los restos de los galeses pioneros.

Trelew, traducido del galés, significa “pueblo de Luis”, en homenaje a Lewis Jones, pilar del surgimiento de esta localidad que cuenta con 100.000 habitantes. El Casco Histórico, el Museo Paleontológico Egidio Feruglio y el Centro Astronómico inaugurado hace cinco meses, se suman a la oferta de la ciudad.

Gaiman, símbolo de la colonia galesa

De nombre tehuelche (significa “piedra de afilar”), esta localidad da muestras de la relación pacífica que había entre colonos y tehuelches. David D. Roberts fue su primer habitante: se estableció allí con su esposa en 1874 y construyeron la primera casa del lugar, con roca arenisca y barro (hoy convertida en casa museo).

Con dos caras, una urbana y otra rural, recorrer Gaiman es revivir la historia de sus pioneros, que transformaron un lugar árido y casi desértico en un valle verde. Hoy está poblado no sólo por galeses y nativos, sino también por árabes, españoles, italianos y portugueses.

El parque paleontológico Bryn Gwyn (a 8 km de Gaiman) es una exhibición natural paleontológica digna de visitar; también los paseos guiados por sus Chacras de Agroturismo. Para no perderse: la experiencia del té galés.

Dolavon, el pueblito de las norias

En 2019 estará cumpliendo 100 años; aquí se construyó el primer molino harinero de la región y de ahí las norias que levantan agua del canal principal. El pueblo se formó con distintas nacionalidades que se asentaron en la zona, en su mayoría descendientes de galeses.

Se caracteriza por sus carnavales (sábados de febrero), a los que asisten más de 30.000 personas y la Fiesta del Chorizo (en honor a sus pobladores españoles e italianos), que se realiza en noviembre, dura dos días y celebra una larga tradición de chacinados. Dolavon es reconocida por su actividad artística: la estación del ferrocarril -inaugurada en 1915- está restaurada para el uso de exposiciones de arte, muestras y artistas de diversas disciplinas exponen allí sus obras.