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CóRDOBA
A 40 AÑOS DE TIEMPOS DIFÍCILES

La Trova Rosarina llega a Córdoba

El grupo liderado por Juan Carlos Baglietto dará un concierto en nuestra ciudad el próximo 7 de mayo, con un repertorio que contempla un repaso por el disco que les cambió la vida para siempre.

Trova Rosarina
LA TROVA ROSARINA EN CÓRDOBA. El grupo repasará sus canciones en el Quality, con entradas desde los $ 2.600 (más costo por servicio). | Cedoc Perfil

Terminaba la dictadura militar y empezaba una guerra, la de Malvinas. En ese periodo de tiempo un grupo de músicos rosarinos empezaba a pisar fuerte en los escenarios con un sólido trabajo musical.  

Con una formación original integrada por Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Fito Páez, Lalo de los Santos y Rubén Goldín,

La Trova Rosarina tenía una estética asentada en el rock, el tango y el folclore.  Su primer disco, Tiempos Difíciles, logró convertirse en disco de oro en un mes y en marzo de este año el Concejo Municipal de Rosario lo declaró Patrimonio Artístico y Cultural de la ciudad. 

En el marco de su llegada a Córdoba, el próximo 7 de mayo, PERFIL CÓRDOBA dialogó con dos de sus integrantes.

—¿Cuánto hace que no vienen a Córdoba?
—Juan Carlos Baglietto: Yo estuve en el último Cosquín. Jairo se contagió de Covid y vinimos a cubrir el espacio. Y hace unos dos años estuve en la Plaza de la Música.
—Silvina Garré: Y yo en 2019 con el show ‘Está en tus manos’, que hacíamos con Nito Mestre, Lito Nebbia y Ricardo Soulé. Y estuvimos con la Trova también.

—¿Cómo surge la idea de armar este show?
—(JCB): Nos pareció que había que rememorar la salida de este primer disco, Tiempos Difíciles. Hicimos dos anfiteatros en Rosario, participamos de la vigilia del 2 de abril y todo nos fue llevando a esta serie de shows.
—(SG): Sí. Queríamos celebrar los 40 años de la formación con estas grandes fiestas que son los conciertos y además agradecer que la gente nos siga acompañando. Vamos a presentar el disco y algunas canciones de ‘Actuar para vivir’, que salió el mismo año y es el segundo disco de Juan Carlos. El show también va a tener canciones de los autores que formamos parte de la agrupación, como por ejemplo ‘Oración del remanso’ (de Fandermole), ‘El témpano’ (Abonizio), ‘Sueño de valeriana’ (Rubén Goldín), ‘Blanco y negro Buenos Aires’, que es mía. Hay canciones de Fito también.

—¿Van a ir a otras provincias?
— (JCB): Hay previsión de ir a algunos otros lugares, pero es una movida bastante importante en cuanto a cantidad de gente y como es un proyecto especial para nosotros, queremos cuidar la cuestión artística y las condiciones en las que nos presentamos. Además, cada uno también tiene sus proyectos personales. Pero seguramente haremos algunos shows más. Venimos de hacer el Opera y este sábado estaremos en el Quality.
—(SG): La idea es hacer Mendoza, Tucumán, Mar del Plata y Uruguay, pero aún no está cerrado. Lo estamos charlando. Ojalá así sea.

—¿Qué significó este disco para ustedes?
—(JCB): Fue un quiebre absoluto. Imaginate que ninguno de nosotros tenía experiencia en grabar discos, éramos 40 y pico de años más jóvenes y llegamos a Buenos Aires con un nivel de ansiedad desbordante. Fue muy significativo y más aún lo que pasó con la gente. Pasamos de ser ilustres desconocidos a que el público nos reconociera, subir a taxis y que sonara nuestra música. Fue un cambio fundamental en nuestras vidas.
—(SG): Fue el inicio de todo. Nos permitió trabajar y vivir de la música, nos dio la posibilidad de grabar en un estudio hermoso que tenía EMI Odeón en ese momento. Fue el último disco que se grabó ahí, era una copia del estudio de Abbey Road, de Londres. Nunca habíamos grabado en un estudio así. También significó cambiar de ciudad, dejar  Rosario y todo lo que vino después: hacer un montón de shows por todo el país. Y de alguna manera posibilitó las carreras solistas de todos los que formábamos parte de la banda, que fuimos grabando nuestros propios discos.

—¿En ese momento imaginaron todo lo que se les vendría después en sus carreras?
—(SG): No. No lo imaginábamos. Lo que queríamos era tocar y estábamos entusiasmados con la banda que habíamos armado, con las canciones, los arreglos. Nos sigue gustando mucho a todos ese disco. Pero uno nunca sabe lo que va a suceder después porque eso lo decide el público. Nada está asegurado. Más tarde dieron cosas que en mi caso excedieron muchísimo mis expectativas.
—(JCB): Probablemente en perspectiva uno lo ve como una cosa importante, no solo para nosotros, sino también como un aporte a la música popular del momento. Pero  entonces no teníamos noción de la trascendencia ni imaginábamos estar 40 años después haciendo shows. Éramos apasionados y teníamos un profundo desconocimiento de lo que era el negocio de la música, cosa que creo que nos jugó a favor a la hora de tomar decisiones. El hecho de desconocer los consejos que nos daban los supuestos conocedores del mercado, ciertos parámetros que había que tener en cuenta. Nosotros grabábamos lo que nos parecía que estaba bien.

—¿En qué otros proyectos están y cómo sigue su año? 
—(JCB): Vamos a hacer más actuaciones con la Trova hasta septiembre; luego Silvina se va de viaje. Y retomaremos en noviembre para hacer algo a fin de año. Mientras tanto, estoy trabajando en dos discos: uno solista, con canciones nuevas, mías y de otros autores, y otro con Vitale, que será un disco de rock. Espero que ambos estén terminados este año.
—(SG): Este año volví con varias cosas. Además de estos shows con La Trova voy a hacer algunas actuaciones con mi banda. También estoy en un proyecto de disco con Lito Nebbia, que imagino saldrá este año porque lo estamos terminando.

La escena musical y el conflicto por el Fondo de Fomento
“A la escena musical la veo variada. Hay cosas interesantes, bien hechas y novedosas y otras no tanto, depende del gusto de cada uno. Pero en Argentina hay buenos músicos, sobre todo instrumentistas. Cada vez que voy a Rosario escucho bandas y sigo viendo músicos excelentes, eso ha sido una característica de mi ciudad. Hay que saber elegir, pero hay que escuchar para opinar”, detalla Silvina Garré.

En cuanto al conflicto por el Fondo de Fomento al Inamu, Baglietto señala que “el Instituto Nacional de la Música ha permitido que un montón de artistas que no tienen posibilidades de acceder a la escena o al plano laboral logren el reconocimiento de la gente. Creo que los que piensan que la cultura es un gasto están viendo otra película completamente distinta. El Estado debería tomar partido, promover y financiar acciones culturales populares que tengan un valor cultural”.