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CóRDOBA
EL HUMOR AL PODER

Mi celular, cuánto valés

18-10-2020-Perfil
. | CEDOC PERFIL

Temo que lo de ayer no haya sido más que un globo de ensayo y que el peronismo, a 75 años de su baño bautismal, haya entrado en la fase beta para convertirse en el primer movimiento de masas virtual, después del fracaso de quienes querían promover a Siri como candidata a presidente de los Estados Unidos. “Es mucho más inteligente que Donald Trump, aunque eso no sea demasiado mérito”, argumentaban sus seguidores. El PJ argentino, apoyado en su rama científica que tanto creció al amparo de Alberto Fernández, busca ahora fascinar al electorado geek, que estaría en condiciones de reemplazar a la CGT como columna vertebral, mediante una estructura ósea elaborada con una impresora 3D.

Por supuesto, a la vieja guardia del partido le cuesta entrar por la variante, sobre todo porque muchos todavía se manejan con Blackberry o a lo sumo se contactan vía SMS. Cuando les dijeron que para participar del acto del 17 de Octubre debían bajar una “a-pe-pe”, algunos preguntaron: “¿Y qué tiene que ver Carlitos Balá con el Día de la Lealtad?”. Dirigentes históricos del Sindicato de Taxis también se desorientaron cuando les pidieron “escanear el QR” y respondieron que no iban a levantar pasajeros porque ya habían terminado el turno. Mientras tanto, la Juventud Peronista pretende que el Día de Militante se celebre el 17 de noviembre a través del juego Among Us, así de paso averiguan quiénes son los impostores.

Lo bueno de que la efeméride justicialista haya caído sábado es que no estaba abierto el mercado de cambios, porque todos hubieran estado pendientes de la cotización del dólar y para el momento de cantar la marchita hubieran tenido que apelar al recurso que usan ahora en los partidos emulando los gritos de la tribuna. Me dijeron que hubo una propuesta de reemplazar el “combatiendo al capital” por un “combatiendo al liberal”, pero al mismo tiempo desde otro sector propusieron que en vez de “sos el primer trabajador” dijera “sos el primer emprendedor”. Ninguna de las dos mociones habría sido aprobada.

Por otro lado, el furioso rechazo entre propios y extraños que desató la presencia de deejays y de jóvenes que bailaron sin barbijo en la marcha opositora del lunes habría obligado a que en las próximas convocatorias se practiquen rigurosos controles a quienes van a participar, que incluirían la toma de temperatura y un electroencefalograma. Responsables de la seguridad ciudadana temen que la mezcla de terraplanistas, neonazis, libertarios y ahora también cultores de la electrónica pueda culminar en un verdadero aquelarre. “Imaginate si los pibes de la rave les convidan drogas sintéticas a los otros… ¡Prenden fuego la ciudad”, me comentó alarmado un comisario.

Tras el allanamiento a los DJs de la polémica, que el gobierno autorizara la realización de ceremonias religiosas hizo emerger críticas sobre la existencia de distintas varas para medir las conductas de los ciudadanos. “Con ese criterio, también deberían permitir los bailes de cuarteto”, protestó un empresario de ese rubro y citó aquel famoso: “No la llevo a misa, pero la traigo al Sargento los viernes”.

Se me ocurrió preguntarle a un amigo filósofo sobre esa disyuntiva entre el imperativo de proteger la salud del cuerpo y el de cuidar la del espíritu. “Yo siempre fui más bien espirituoso”, me contestó en un audio, mientras de fondo se escuchaba que estaba descorchando una botella.

En Córdoba, el debate por el destino del Orfeo Superdomo levantó temperatura como el pecho de Lionel Messi en el partido contra Bolivia. Desde cultos evangélicos que lo requerían para sus sermones hasta nostálgicos que buscaban preservarlo para organizar allí futuras quermeses con tiro al blanco, dardos, sapo y lanzamiento de aros a la botella, los destinos pensados para ese estadio fueron múltiples y desconcertantes.

Algunos empleados históricos aseguraron que no veían tanto entusiasmo en el Concejo Deliberante desde que el ex edil Fernando Montoya presentó un proyecto para que La Cañada fuera navegable. En la sesión, alguien habría solicitado que, pase lo que pase con el Orfeo, se coloque allí una placa que diga “en este lugar tocó Metallica”, pero otra voz contraatacó pidiendo que en el mármol se lea “aquí cantó Arjona”. Creo que todavía siguen discutiendo.