A poco más de dos semanas de concluir su segundo mandato consecutivo, la gestión municipal que encabeza Ramón Mestre deja una ciudad en la que muchos de sus problemas históricos - limpieza, recolección de residuos, transporte, cloacas, iluminación y bacheo, entre otros - no se han solucionado de manera definitiva.
Con el objetivo de contribuir a la planificación, seguimiento y control de las gestiones municipales, se impulsó el Plan de Metas de Gobierno (PMG) y que finalmente fue adoptado mediante ordenanza en 2011.
Mañana ingresará al Concejo Deliberante el último informe de avance del PMG correspondiente al período 2015/2019 que presentará la actual gestión, aunque en esta oportunidad es muy probable que no se realice la audiencia pública correspondiente, por el escaso tiempo con el que se presenta el informe antes del traspaso de gobierno.
A mitad de camino
La propia Municipalidad de Córdoba define el Plan de Metas como “una herramienta de vital importancia de planificación interna y de articulación de esfuerzos para el desarrollo de la ciudad, que permite al ciudadano informarse en detalle sobre las metas y compromisos de la gestión municipal y realizar un seguimiento de los avances y logros alcanzados”, sin embargo, la realidad indica que hay ciertos elementos que deben ser mejorados para que cumpla su verdadera función.
Para Virginia Romanutti, coordinadora ejecutiva de la red ciudadana Nuestra Córdoba, una de las organizaciones que más impulsó el PMG, el actual diseño del programa hace que sea casi imposible de evaluar en téminos cuantitativos.
“La herramienta en sí está institucionalizada y se cumple desde lo formal porque tenemos un plan e informes de avance escritos que son un compromiso de la gestión municipal. Pero aún falta mucho para que sea monitoreable y verdaderamente accesible”, aseguró Romanutti.
Desde la Municipalidad, el Secretario de Modernización, Comunicación y Desarrollo Estratégico, Marcelo Cossar, admite que hay elementos para cambiar y mejorar, aunque consideró que el Plan “permitió dar un salto de calidad en la administración municipal”.
“Sirvió para fijar un punto de referencia en acciones e información pública para que los gobiernos que vengan dispongan de una línea de base para continuar, modificando o agregar contenido a sus propios planes”, indicó el funcionario.
El vaso medio vacío
Desde la red ciudadana Nuestra Córdoba se relacionan algunas de las dificultades para cumplir con los objetivos del Plan, con una aplicación parcial o incorrecta del mismo.
“Algunas de las principales decisiones que tomo el gobierno del intendente Mestre no están contempladas en el Plan de Metas, como por ejemplo la creación del Ente de Servicios y Obras Públicas (ESOP). Tampoco vemos una verdadera voluntad política para convertir el PMG en un instrumento de planificación y rendición de cuentas”, aseguró Romanutti.
También se señalan pocos avances en algunos de los objetivos planteados como metas pero que no se implementan de manera correcta.
“La institucionalidad que tiene que ver con la participación y el acceso a la información pública es un eje que debería ser transversal a todas las políticas públicas. Algo que durante estos ocho años claramente no ha sido así. El caso del desarrollo urbano que ha estado guiado por los intereses del sector desarrollista es un ejemplo. Esto afecta a futuro la sustentabilidad de la ciudad y la inclusión. Y se ha dado en medio de un proceso de falta de información y transparencia en la implementación de las políticas”, señala Romanutti.
Desde el plano técnico, los reparos a la actual implementación del programa tienen que ver con cuestiones que tienen que ver con la definición y estructuración de las metas.
“Algunas de las metas que plantea el municipio no son de resultados sino procedimentales. Por ejemplo, se plantea como una meta el mantenimiento de los espacios verdes municipales. Claramente se trata de una tarea inherente a la gestión y no de una meta de gobierno”, razonó la especialista.
El vaso medio lleno
Desde el municipio destacan el nuevo camino abierto desde 2011 cuando Córdoba se convirtió en la cuarta ciudad del país en adoptar un Plan de Metas y aseguran que pese a las dificultades se ha avanzado mucho en estos años.
“Luego de los primeros cuatro años, y a pedido del intendente Mestre, vinculamos nuestro Plan de Metas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como forma de trabajo y gestión hacia la Agenda Global 2030”, señala Cossar como uno de los elementos que marcan el avance de la implementación del plan.
En tanto desde la Red Nuestra Córdoba se insistió en la necesidad de avanzar hacia metas medibles, con la propuesta de que además se descentralicen en cada Centro de Participación Comunal (CPC), que sean georreferenciadas y que tengan relación con el presupuesto.
Lo que viene
En función a la continuidad del PMG y el inminente cambio de gobierno municipal, las aspiraciones tienen que ver con mejorar progresivamente el sistema para que cumpla con sus verdaderos objetivos.
“Para nosotros la mayor aspiración sería que, además de hacer medibles y controlables las metas, que el PMG se construya de manera participativa, algo que puede hacerse mediante las Juntas de Participación Vecinal (JPV) previstas en la Carta Orgánica. Aspiramos a que se discuta el diseño del plan con una visión territorializada y lograr que la ciudadanía se involucre en el diseño y seguimiento de los objetivos”, asegura Romanutti quien además cree que ese será el camino para lograr un verdadero gobierno abierto.
Desde la administración saliente, creen que el sistema será mejorado en sucesivas gestiones de gobierno.
“Entendemos que, como herramienta vecinal, sistema de medición y política pública tiene un carácter estratégico para el gobierno”, señala el secretario de modernización.
Como muestra del avance que debiera tener el Plan, aseguran que dejan sugerencias al nuevo gobierno respecto de los procesos de validación, medición, participación y participación en línea.-