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SECTOR PRIVADO

Qué ven y qué esperan los principales motores de la economía de Córdoba

Industria, construcción, agro y comercio tuvieron un 2020 con altibajos. Qué proyectan para el año que arranca, los números que manejan, el impacto de las elecciones y los desafíos en agenda.

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PREOCUPA PROVISION. La industria muestra mes a mes su reactivación, pero la escasez de insumos aparece como el principal nudo gordiano. | Cedoc

Una economía que empieza a salir lentamente tras un año que dejó una caída histórica, un proceso inflacionario que lejos de ceder entró en una preocupante dinámica en los últimos meses, una fragilidad crónica en los números fiscales del Estado, fuerte necesidad del gobierno central de hacerse con dólares. Esos ejes dominan el arranque del 2021 y estarán presentes, a priori, en buena parte del año. A todo eso se suman los efectos colaterales, algunos positivos, otros negativos, del proceso electoral legislativo. Un llamado a las urnas que todavía no tiene definido su cronograma ni estructura, pero que seguramente tendrá su impacto en la economía doméstica. Como se sabe, el avance del operativo de vacunación para frenar el Covid-19 tendrá influencia directa en la economía. El éxito de esa iniciativa, antes del surgimiento de la llamada “segunda ola”, aún no está garantizado.

Es en este contexto que los distintos sectores que definen el ritmo de la economía de la provincia intentan definir sus próximos y acomodarse a una normalidad muy distinta a la de la pre pandemia. Cómo están esos sectores y qué perspectivas tienen es algo que ya están monitoreando semana a semana y de lo que se intenta tener una visión resumida en ese informa. La falta de un panorama claro sigue siendo moneda corriente para muchos actores. “Las pymes estamos viviendo el día a día, no sabes con qué te vas a encontrar mañana. La falta de previsibilidad es muy grande. La pandemia está cediendo, pero las condiciones económicas siguen mal, te desalientan todo el tiempo a hacer inversiones”, se quejó un empresario local.

Un repaso por las principales ramas de la actividad privada que impulsan la economía cordobesa ofrece un panorama con luces y sombras:

Industria. La heterogeneidad de la industria motivó que la Unión Industrial de Córdoba abordará el diagnóstico de situación actual y perspectivas de las empresas cordobesas recortando por “tamaño de cada firma”. Así, la última entrega del relevamiento marca:

-Pequeñas: Han mejorado las expectativas hacia el mercado interno, reduciéndose el porcentaje de quienes esperaban una contracción para el primer trimestre 2021y lo mismo ocurre en relación al volumen de stock de productos terminados. Creen que el aprovisionamiento de suministros seguirá siendo igual de difícil.

-Medianas tramo 2: Son las más temerosas en relación al comportamiento del mercado interno; que cada vez más vislumbran enfrentará una contracción en el corto plazo. La mayoría piensa que sus stocks de productos terminados será estable, aunque creció en 20 puntos porcentuales la cantidad de industrias que afirman que éstos crecerán en el inicio del 2021 si se los compara con el cierre del 2020. Más de la mitad piensa que será todavía más difícil conseguir suministros.

-Grandes: La gran mayoría piensa que la demanda interna y externa se mantendrá estable o crecerá en el primer trimestre de 2021. Creen que no se producirán variaciones en su stock de productos terminados pero que cada vez será más difícil obtener los suministros necesarios para su producción.

Mirando perfiles de la industria: la fabricación de autopartes creció, hacia el último trimestre de 2020, un 57% en unidades fabricadas; la maquinaria agrícola subió 55%; refinería y fundición 17%. Y el despegue que están mostrando y esperan sostener las terminales radicadas en Córdoba es otro dato notable. Renault y Nissan, que el año pasado generaron 32 mil unidades este año, proyectan unos 50 mil vehículos. Lo propio pasa con Fiat, que crecería de 36 mil autos en 2020 a más de 60 mil este año. En tanto, se informó que se espera que Fiat Powertrain produzca 21.000 motores este año (el mayor dato desde la creación de la planta en 2013) y que Case-New Holland fabrique 2.500 unidades duplicando su nivel de 2020.

Producción agrícola. Esta semana, el economista Juan Manuel Garzón difundió un trabajo donde remarca las perspectivas para los principales cultivos. Señala que las proyecciones de producción se muestran más optimistas de lo que estaban semanas atrás y los volúmenes a cosechar de los principales granos podrían no alejarse mucho de los logrados en la campaña previa.

“El arranque del 2021 ha sido excelente en materia de precios internacionales. Los valores se ubican en los niveles más altos de los últimos 7 años (en dólares corrientes), dominados por un ciclo alcista cuya profundidad y duración resulta difícil de determinar, dado que los fundamentos de mercado están repartidos. La superación de la pandemia, la recuperación económica global, la gran fortaleza de la demanda china y las bajas existencias de granos son los principales factores que presionan sobre los precios; pero también hay factores bajistas, básicamente la mejora del clima en Sudamérica y una cosecha 2020/2021 que se va afirmando en los dos líderes productivos de la región (Brasil y Argentina)”.

Asimismo, remarca que, por las mejores perspectivas productivas y el nuevo nivel de precios, el aporte de agro dólares apunta alto este año. “La pregunta es qué tan alto. En un escenario base de volúmenes y precios, los envíos llegan a US$ 33,9 mil millones, un 34% por encima del año 2020 (+US$ 8,6 mil millones); hay escenarios más expansivos, aquellos que suponen ya sea mayores saldos exportables (por mayor producción) y/o mayores precios internacionales, en los que el aporte de divisas adicional al 2020 supera los US$ 10 mil millones, mientras que hay otros donde sucede lo contrario y el aporte extra de divisas se ubica cerca de los US$ 5 mil millones y menos aún”.

Construcción. Es uno de los sectores con mejores expectativas, sobre todo entre las empresas dedicadas a la obra pública, por lo que supone un año electoral (Ver “Obra pública, fuerte…). En lo que respecta a obra privada, la perspectiva general de desarrollistas, inmobiliarias e inversores marca que se están retomando los planes que habían quedado en stand by el año pasado. De la parálisis total que había hacia mediados de 2020 hoy se está ante un escenario muy distinto. “La actividad viene en caída desde hace dos años y en 2020 tocó el subsuelo. La perspectiva es que este año vamos a estar menos peor, el llamado rebote del gato muerto. Además, los propietarios son conscientes de que tienen que ser más flexibles en precios y en formas de pago. Las permutas crecieron mucho en los últimos meses. La rentabilidad sigue baja, pero muestran una leve mejora”, explica Juan Pablo Baca, consultor inmobiliario.

Entre lo positivo aparece la pax cambiaria, clave para el desarrollo natural de los negocios inmobiliarios. “Es clave que las variables macro se estabilicen, obviamente dentro de la lógica con que siempre se mueve la Argentina. Si logramos previsibilidad están dadas las condiciones para que el mercado responda. Con señales políticas, hay condiciones para que el que tiene dólar billete se suelte un poco más. El blanqueo que está lanzando el gobierno puede ser importante, los desarrolladores lo están esperando con ansiedad. Entre lo negativo, el Estado interviniendo en el mercado, como vemos ahora con la inscripción de alquileres, no ayuda”, remarca Baca.

Según los números que muestra mes a mes la Cámara de Desarrollistas Urbanos, en este sector se destaca la venta de lotes. En diciembre creció 156% en comparación con un año atrás, un nivel de ventas que no se veía desde 2013 y que está muy vinculado a la brecha cambiaria y a la compra de oportunidad que lograron los tenedores de dólar billete.

Comercio. El economista Gastón Utrera, que releva decenas de sectores económicos de la economía local, brindó un resumen de lo que muestra el comercio: “El comercio, siempre heterogéneo en su dinámica, mostró más heterogeneidad por la pandemia. Supermercados cerró el año 13,4% abajo en comparación con el 2020, medido en unidades vendidas. Jugueterías, calzado y marroquinería, indumentaria mostraron una caída muy grande y siguen con caída muy marcada. Pero hay otros sectores que están muy bien, superando el 2019, como el comercio de electrodomésticos, que creció 69% en unidades y el sector de ferreterías y materiales de construcción que tuvo una suba en facturación del 19% descontando la inflación. La brecha en dólares y el bajo costo para construir traccionó esa demanda”.

Esa foto podría no repetirse este año. “Vemos un año complicado, más complicado que el año pasado, aunque parezca mentira. El año pasado tuvimos un año muy bueno porque manejamos stock propio y el e-commerce fue nuestra salvación. Ahora se sostiene, no a los niveles del año pasado, pero la gente se adaptó a comprar. A propósito del stock lo veo más complicado porque está muy difícil conseguir mercadería, hay faltante de distintas líneas, están difíciles los proveedores, piden pagos anticipados, es al mejor postor. Es la ley de la selva, no sólo en el rubro nuestro”, señala Luis Méndez, de la Cámara de Comerciantes Artículos del Hogar y Electrónica y titular de Ama Hogar.

Inercia. Con incrementos semanales en los precios, Méndez atribuye el fenómeno a la inercia inflacionaria. “Motivos no debería haber, el dólar está estancado, bueno, la nafta subió un poco, pero siempre hay una excusa para aumentar. La inercia la tenemos. Vemos una inflación de entre el 30% y el 40% y los aumentos van para ese lado. Hoy creo que estamos más complicados porque ahora ya bajamos el nivel de ventas, se ha normalizado el mercado y viene bajando desde noviembre. Y pese a eso los proveedores siguen con problemas para responder. En parte porque no entra mercadería de afuera y también hay problemas de insumos. Está complicada la reposición, creo que va a ser un año difícil. Esto de que se vayan empresas como Falabella, para mí es muy mala señal, a mí me preocupan mucho esas cosas, son cosas contagiosas”.