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ENTREVISTA

Rabbat: "La inflación es el impuesto populista para darle a la gente pseudo dinero"

En el marco de un nuevo aniversario de la Universidad Siglo 21, su fundador habla de la actualidad de la educación, del acceso a la formación privada y las condiciones para invertir. Afirma que las "recetas mágicas" de Milei le generan lo mismo que el populismo de izquierda y que el peronismo es una fuerza que tiende a disgregarse. Dice que Macri debería tener un rol de peso en un eventual gobierno de JxC y que Schiaretti debería seumarse a una coalición amplia de partidos de centro y centro derecha.

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COALICION AMPLIA. Rabbat cree que la oposición puede ser gobierno si JxC suma otros espacios y referentes como a Schiaretti. | Federico Rodríguez

En los próximos días y con una serie de eventos la Universidad Siglo 21, una de más grande del país entre las privadas, celebrará su 28° aniversario. La entidad que fue fundada por Juan Carlos Rabbat y tiene como rectora desde 2014 a María Belén Mendé cuenta con unos 80 mil estudiantes, distribuidos por todo el país y la gran mayoría formándose bajo la modalidad de educación distribuida, el formato de gestión, elaboración, y difusión de contenidos que Siglo 21 comenzó a popularizar desde 2007. Sobre esto y su visión sobre la coyuntura política y económica Rabbat dialogó con Perfil Córdoba en su oficina del campus de la universidad.

-¿Cómo vivieron la expansión de la educación on line que trajo la pandemia, teniendo en cuenta que ustedes la trabajan desde hace muchos años?
-Nosotros empezamos fuerte en 2007 con una alianza que hicimos con la Red Ilumno. No éramos los únicos, pero sí los que pudimos desarrollar un método para una educación on line, amable e inclusiva con los estudiantes. Esto lo logramos a partir de invertir mucho en tecnología. Y luego el boca en boca nos transformó en la universidad privada más grande del país. Ahora, con la pandemia se generalizó y vimos que la educación on line dejó de ser tenida como algo de menor calidad para entenderla y mirarla con otros ojos. Muchos descubrieron que la educación on line podía ser mejor que la presencial. La realidad es que la educación on line no es usar el Zoom o Meet, es mucho más que eso. Con el Zoom se hizo educación berreta, pero en buena hora que hagan algo on line, porque los alumnos hoy en día no son tan amantes de la presencialidad y valoran la posibilidad de estudiar en sus tiempos. Hacer bien la educación on line es un significativo progreso para la sociedad porque incluye a mucha gente que normalmente deja los estudios. La tecnología hace más inclusiva la educación, pero hay que invertir y desarrollar sistemas educativos bien fundamentados,

-Ustedes hicieron inversión edilicia y en tecnología, ¿qué está pasando con la inversión que hacen las familias para mandar a sus hijos a una universidad privada?
-En Argentina la inversión que hace una familia para enviar a sus hijos es ridícula, es muy baja. Históricamente una carrera costaba US$ 10 mil. Hoy estamos a la mitad y es insostenible. Hoy una carrera cuesta US$ 5.000 y es una cifra ridícula para el mundo. Es el precio que tiene la educación pública en países avanzados.

-¿La clase media está pudiendo acceder?
-Nosotros estamos captando el ABC1, el C3 e incluso el D2. Cuando le das la posibilidad de estudiar on line su único costo es el arancel, no tiene que pensar en gastos de alquiler, transporte, movilidad, nada. Además de que tenemos un sistema de becas o matrículas bonificadas.

-Compraron una escuela de negocios hace unos meses en el exterior, ¿hay financiamiento para la educación y proyectos así?
-Hay financiamiento para los proyectos serios. Nosotros conseguimos apoyo del Banco Santander de España porque es un proyecto serio y pidieron referencia. Lo que uno tiene para mostrar hace que el dinero aparezca.

-¿A pesar de la latitud?
-Es un gran pelotazo en contra ser argentino. Nosotros para obtener el crédito en España no pudimos usar ninguna garantía argentina, ninguna. Hoy en día somos mala palabra en el mundo, somos un país donde no hay tráfico libre de divisas, no se cumplen los compromisos. Eso se paga, se paga en expansión, se paga en crecimiento. Es doloroso darte cuenta que tu país no te juega a favor. El país no te da crédito acá y no te ayuda a tener crédito afuera. Espero que algún día podamos reconstruir la reputación. Me parece que los políticos se están dando cuenta que se acabó el biri biri, el relato.

-¿Qué te pasa con el fenómeno Milei?
-Para mí es lo mismo que pasa en otros países con el desencanto de la política. Es VOX en España, Bolsonaro en Brasil y Trump en Estados Unidos, populismo de derecha. Y me produce la misma sensación que los populismos de izquierda. La sensación de partidos que te cuentan recetas mágicas y fáciles para resolver problemas que son complejos y requieren mucha seriedad. Prefiero el centro. Es importante que exista, pero que sea una opción que se mantenga democrática. Me preocuparía que sea una opción que golpee la puerta de los cuarteles. Son contrapesos que le dan esperanza a gente que les cree, pero ideas como eliminar el Banco Central no me gustan y son propias también de la izquierda contestataria.

-Vos fuiste parte de esa izquierda en tu juventud, ¿Qué te dejó?
-Estuve en el peronismo de izquierda. Y aprendí mucho. Creo que éramos una banda de locos. Y descubrir la locura es muy difícil, porque los locos piensan que los locos son otros.

-Estuviste detenido.
-Estuve un año detenido, sí. Y no me arrepiento de mi idealismo y de mi compromiso, pero esa juventud era una juventud profundamente equivocada, abrazaba la violencia con una pasión enfermiza. Tanto en la derecha como en la izquierda. En la cárcel conviví con las dos fuerzas, con la locura de izquierda y de derecha.

-Con un poder desbalanceado porque de un lado tenían el monopolio de la fuerza del Estado.
-Pero el terrorismo también estaba desbalanceado. Obvio que la violencia ejercida por el Estado no tiene perdón de Dios, pero el terrorismo no respeta nada y no se puede justificar.

-De todos los peronismos que viste y de todas sus caras, ¿dirías que existe el peronismo hoy?
-El peronismo del ´45 al ´55 fue un movimiento autoritario y populista, con una concepción bastante fascista, pero había en Perón la idea de creación de un movimiento que reivindicaba a los sectores postergados. El capitalismo se había expandido, las empresas se habían desarrollado y se había postergado la distribución de riqueza. Y vino el restaurador Perón a igualar las cargas y darle poder a los trabajadores. Y ahí se cometieron excesos. Pero qué tiene que ver el menemismo con el peronismo, qué tiene que ver el kirchnerismo con el peronismo. Córdoba es peronista, y yo lo suscribo con las dos manos, un peronismo centrado y equilibrado, que no hace populismo. Y hay otro distinto en otras provincias. ¿Cuál es el peronismo? Creo que el peronismo es un sello muy presente emocionalmente en los sectores más desposeídos y que es usado malamente por políticos inescrupulosos, tanto para sostener ideas de derecha como de izquierda. Es una fuerza que va a tender a partirse en mil pedazos porque su única identidad es la emoción que genera la palabra peronismo como identificado con los pobres.

-Hay dirigentes peronistas que trabajan en los barrios que critican a la dirigencia actual y hablan de una situación pre peronista, en el sentido de que se perdieron muchos derechos laborales.
-Es que hay algo muy importante. Cuando Alfonsín asume, la pobreza no llegaba al 10% y desde que retoma la democracia se incrementa crecientemente. El denominador común de estos años es el populismo. La política ha estado basada no en decir la verdad, no en hacer lo que había que hacer, sino en gestionar el voto a lo que dé lugar y prometiendo lo que no se podía cumplir y haciéndoles creer a la gente que sólo tenía derechos y no obligaciones. Ahora ya se discute hasta el mérito, cómo si los pobres, al nacer pobres, no tuvieran posibilidades de escalar. Y así se iguala, pero para abajo. Si vos restas todos los incentivos a crear riqueza cada vez vamos a ser más pobres. La torta es la misma, para cada vez más gente. Hay que hacer crecer la torta y cortarla mejor. Porque los ricos zafan de la inflación, pero los pobres no. La inflación es el impuesto populista para darle a la gente pseudo dinero. Sin equilibrio fiscal y sin bajar la inflación no se puede mejorar la calidad de vida de la gente. Se deteriora todo.

-Fue un problema que Juntos por el Cambio, cuando fue gobierno, también subestimó.
-Sí, Macri lo dijo con autenticidad. Reconoció que prefirió no hacer hincapié en la gravedad de la situación sino en “vender” la posibilidad de salir. Ahora, cuando Néstor asumió el Estado representaba el 20% del PBI y ahora está arriba del 40%.

-Vos decís que vuelve a gobernar Juntos por el Cambio, ¿con qué opción?
-Creo que lo bueno sería un acuerdo que también incluya al peronismo de Córdoba, un peronismo sensato en el manejo de las cuentas públicas. Lo veo a Schiaretti tratando de armar una coalición con otros gobernadores. Creo que esa coalición hay que hacerla para gobernar con una mayoría importante y sensata. Que no nos lleve al paraíso, pero que cambie el rumbo así nos saca de la decadencia. Si no creces te consumí lo que tenés.

-¿Hablas con Macri?
-Sí, a veces. Creo que Macri es el político más preparado que tiene la Argentina hoy, no sé si podrá volver o no, pero sí creo que es el político que tiene la conexión internacional, el conocimiento y la experiencia de gobierno que hacen la combinación más importante. Si no gobierna creo que debería tener un rol de peso.

-¿Qué tanto le abre el juego la política al empresariado para participar?
-En política nadie te abre el juego. Ni siquiera a los propios se les abre el juego. El que se hace un lugar en política lo hace a los codazos. Bullrich va a ser candidata porque no pide permiso. Rodríguez Larreta o Manes igual. El empresario que se quiera meter tiene que descubrir que ningún político te da la bienvenida. Muchas veces te meten en una lista para “vestirla”, pero la ves pasar.

-Hablamos del pasado y del presente, ¿Qué imaginas para el futuro?
-Argentina tiene las condiciones para salir. La expectativa que yo tengo es que la sociedad haya evolucionado en el sentido de que se comprenda que el populismo nos lleva a la decadencia. Expropiar, repartir, regalar se pagan con alta inflación y más pobreza. Creo que hay una mayor comprensión social y que tenemos la posibilidad de empezar a tener gobiernos sensatos. Si logramos un gobierno que tenga un consenso amplio y que no sea saboteado tenemos posibilidades. Espero que después de 40 años, donde se consolidó la democracia pero no la calidad de vida, lleguen otros 40 con democracia y estabilidad económica. La salida tampoco es irse, no podemos tercerizar la solución del país. Tenemos que hacerlo los argentinos, no esperar que eso venga.