Río Cuarto elige sin margen para una nueva postergación

La pandemia obligó a que las elecciones se corrieran dos veces de fecha. La primera estaba prevista para el 29 de marzo y la segunda para el 27 de septiembre. La tercera fecha parece la vencida y sería muy poco probable una nueva postergación.
Desde diferentes sectores partidarios consultados por PERFIL CÓRDOBA aseguran que desde lo político y desde lo institucional, las autoridades municipales no tienen espacio para otra reprogramación. La única hipótesis para que suceda sería que Río Cuarto se enfrente a una ‘catástrofe’ sanitaria.
Ni la junta electoral ni los partidos mayoritarios ven como una posibilidad cambiar el día de la elección y, en ese sentido, se preparan para llevar adelante los comicios en un contexto inusual.
Juan Pablo Casari, presidente de la UCR de Río Cuarto, afirmó a este diario: “No vemos ninguna posibilidad de una postergación. Faltan 40 días y ya hay un protocolo de bioseguridad. Por lo tanto, podemos desarrollar una campaña de relativa normalidad y garantizar una elección que reduzca al mínimo el riesgo de los electores a contagiarse. Si por una eventualidad se llegara a tener que postergar por otro desborde de casos, estaríamos frente a un fracaso político y sanitario de las actuales autoridades”.
Los responsables sanitarios consultados coinciden en que actualmente Río Cuarto vive una situación de ‘meseta’ de casos. Por lo que entienden que, con un protocolo preciso y estricto, se puede ir a votar como hoy se va a trabajar, a un comercio o un bar.
Actualmente, la ciudad registra algo más de 100 casos diarios.
De todos modos, lo que generó inquietud fueron los dichos del presidente Alberto Fernández cuando el viernes anunció la última extensión de la cuarentena.
Fernández hizo mención a que en Río Cuarto se vive una “saturación sanitaria” porque atiende pacientes de localidades cercanas.
Según el informe difundido por la Nación, en esa ciudad tienen un 77% de ocupación de camas críticas.

De campaña. Hace poco más de una semana se puso en marcha la campaña electoral, atípica, por cierto, que entre otras cuestiones tiene la prohibición de grandes movilizaciones y eventos masivos.
A las famosas tertulias políticas de campaña solo podrán asistir hasta 10 personas con tapabocas y respetando la distancia.
El protocolo hasta sugiere que para la entrega de materiales de campaña (papeles, lápices, folletos) se debe “reducir el traspaso físico a fin de evitar la posible contaminación con coronavirus de las superficies y su posible subsecuente propagación”. A su vez se recomienda potenciar el uso de las plataformas digitales.
La elección en Río Cuarto si bien tiene ocho candidatos, está claramente polarizada entre el actual intendente peronista Juan Manuel Llamosas que buscará su reelección y Gabriel Abrile candidato de la UCR.
Tanto desde El Panal como desde la Casa Rosada siguen muy de cerca esta elección, no solo por sus implicancias políticas, sino por tratarse del primer test electoral del país en plena pandemia.
Será una prueba piloto para demostrar la efectividad y seguridad de los protocolos en una actividad que por su naturaleza conlleva una importante movilización de gente.
En los últimos días el Gobierno nacional a través del secretario de Obras Públicas, el villamariense Martín Gill, anunció varias obras de sumas millonarias en Río Cuarto, en lo que fue considerado como un claro intento de apoyo al llamosismo.
En la lista que encabeza el actual intendente hay varios nombres de extracción kirchnerista, y esto para algunos es entendido como un “experimento” de acercamiento electoral entre el PJ cordobés y el Frente de Todos.
Desde el sector del radicalismo, si bien reconocen que Abrile viene detrás en las encuestas, aseguran que desde marzo hasta acá lograron descontar más de 12 puntos y que ahora están cada vez más cerca de Llamosas.
En ese contexto insinúan un punto que consideran trascendental en la elección y es el porcentaje de participación.
Por eso, adv ier ten que las autoridades de la junta electoral deberían hacer una importante campaña de difusión a los votantes para informar que están garantizadas todas las condiciones de higiene y seguridad para que vayan a votar.
Existe temor en que se produzca un efecto ‘pánico’ a un contagio masivo y eso lleve a una poca participación electoral. Según los números que manejan en el radicalismo local, si llegaran a votar más del 55% del padrón crecerían de manera notable las chances del candidato Abrile.
Sobre este punto, Casari es contundente: “No necesitamos un intendente débil, por lo tanto, necesitamos transparencia para que no se atente contra la participación electoral”.

Protocolos y electores. Para evitar la concentración de personas y minimizar riesgos, se resolvió aumentar el número de colegios y de mesas habilitadas para la elección. Se pasó de 32 escuelas a 49 habilitadas, de 300 mesas se pasó a más de 460. Cada mesa de votación tendrá 280 electores, con lo que se redujo un 30% la cantidad de personas.

CÓMO SE VOTARÁ. 
◆ Los electores se presentarán en la mesa que le corresponda.
◆ Se higienizan las manos y exhiben el DNI al presidente de mesa. Se sugiere el uso de una bandeja a los fines del depósito del DNI para su exhibición.
◆ La autoridad de mesa le entregará la boleta y el bolígrafo previamente desinfectado. Se sugiere que cada elector traiga su propio bolígrafo.
◆ Al regresar con la boleta, la depositarán en la urna. Posteriormente, firmará con el mismo bolígrafo el padrón, el que devolverá si fuera el caso una vez finalizada tal operación y que será desinfectado con spray de alcohol 70/30.
◆ Una vez finalizado el procedimiento, el votante y los integrantes de mesa se higienizan las manos nuevamente con alcohol en gel. El votante deberá retirarse del establecimiento evitando charlas y reuniones innecesarias.