El próximo martes 6 de julio, Mateo Klimowicz estará cumpliendo 21 años y tendrá mucho para festejar. El talentoso futbolista, reciente campeón de la Eurocopa U21 con la Selección de Alemania, se encuentra en la ciudad de Córdoba de vacaciones, celebrando esa conquista y una gran temporada en el Stuttgart de
la Bundesliga.
“Descanso un poco de fútbol, pero si hay partidos lindos de la Copa América o la Euro los veo. Ojo, no me clavo viendo cualquiera. Y obvio, sigo a Instituto. Me gusta mucho ver fútbol en familia”, le cuenta ‘Tetu’ a PERFIL CÓRDOBA en una charla distendida.
Y lo que dice sobre la ‘Gloria’ es real. A tal punto que estuvo días atrás viendo el partido del club de sus amores ante Brown de Puerto Madryn. “¡Lo que pegan! Acá el árbitro al tercer foul cobra, allá es en el primero. Es más difícil acá”, reconoce el mediocampista ofensivo que hizo todas las inferiores en La Agustina,
jugó 35 partidos oficiales en el primer equipo albirrojo en la Primera Nacional, convirtió siete goles y, rápidamente, el 90 por ciento de su pase fue vendido al Stuttgart en 1,5 millones de euros, más un plus por productividad, que superó con creces.
Mateo se está haciendo un nombre en el fútbol de élite europeo y ya no es “el hijo de” Diego Klimowicz, que fue una gloria del Wolfsburg y Borussia Dortmund. Aunque él dice que le falta mucho para lograr todo lo que hizo su padre.
‘Tetu’ Klimowicz llegó el 8 de junio a Córdoba, dos días después de vencer a Portugal en la final disputada en Ljubjana, Eslovenia, con la mini Mannschaft.
—Fuiste el primer argentino en jugar para la Selección de Alemania y encima saliste campeón, ¿qué significó para vos?
—Fue muy lindo. Se me dio de jugar para Alemania. La primera vez que se me da para jugar en una Selección. Lo pensé un tiempo y vi que era lo mejor para mi carrera. Y además salimos campeones, salió todo bien.
—Tu tío Javier había dicho que vos querías jugar para Argentina, pero los primeros que te llamaron fueron los alemanes.
— Cuando me fui a jugar al fútbol alemán, jamás pensé que podía jugar para la Selección de Alemania, nunca se me cruzó por la cabeza. De Argentina no me llamaban. La última vez fue en el 2017 y ni siquiera con este cuerpo técnico. El entrenador de Alemania me llamó, me dijo que quería contar conmigo y
le dije que sí, a jugar.
—En los festejos no se te notaba muy exultante.
—Pero me pasa en todos lados, me cuesta entrar en los grupos: me pasó en Primera, en todos lados. Me cuesta adaptarme, no soy de hablar mucho tampoco. A mis compañeros los conocí recién ahí, en la Euro, no fui parte de todo el proceso y entrar a un grupo más o menos armado no es fácil.
—¿Cómo te llevás con el tema del idioma?
— Hablo bien alemán. Tampoco perfecto, pero lo mío es que una semana antes del inicio de la Euro conocí a mis compañeros. Tampoco los alemanes son tan abiertos -se ríe-... No son como los cordobeses.
—Siempre fuiste muy tranquilo, ¿llegás a disfrutar lo que estás viviendo?
—Muchas veces me pongo a pensar y sí, es una locura lo que estoy viviendo. Por ahí sigo entrenando como cuando entrenaba acá, en Instituto, nada más que ahora el fin de semana juego contra el Bayern Munich o el Borussia Dortmund. Trato de no pensarlo.
—Anduviste por Alta Córdoba...
—Yo amo eso, ver a mis ex compañeros, saludarlos, pero por el tema del coronavirus no pude ir a saludarnos al vestuario. Una lástima que las inferiores no estén entrenando, porque me encantaría ir a verlos, porque a La Agustina la siento como mi casa, de verdad. Pasé muchos años ahí.
— Siempre elogiabas a tu hermano Thiago, ¿sigue siendo picante?
—Soy el hermano –se ríe–, y me cuesta analizarlo a él y a mis primos. Yo los veo como los mejores.
¿Puede jugar para Argentina?
- Mateo Klimowicz ya sabe lo que es ponerse la mítica camiseta de la Selección alemana. Sin embargo, el hecho de haber sido campeón con la Mannschaft U21 no le impide que en un futuro pueda vestir la camiseta de la Selección argentina, ya que para la nueva reglamentación de FIFA indica sólo partidos oficiales de mayores aseguran a los jugadores.