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CóRDOBA
El humor al poder

Una par-tusa L-Gante

1-11-2020-Logo Perfil
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A medida que se acerca la fecha de las elecciones, la grieta se profundiza tanto que algunos ya la están comparando con la fosa de las Islas Aleutianas. De hecho, la música también se hundió en esas profundidades en los últimos días, cuando la vicepresidenta citó como ejemplo en un discurso al rapero L-Gante, quien contabiliza en una sola canción más alusiones a la marihuana que Bob Marley en toda su trayectoria.

Talentoso en su abordaje del freestyle, este joven artista palidece en su osadía si se la compara con un protegido de Mauricio Macri, el Dipy, quien en su tema “Par-Tusa” consiguió batir el récord de insultos por minuto que ostentaba Jorge Corona desde 1987.

Los que empiezan a putear son algunos de los cordobeses inoculados con la Sputnik V, que ven la posibilidad de recibir una segunda dosis más lejana que el ascenso de Instituto. Aterrados, escuchan cómo se debate acerca de experimentar con otras vacunas para que sirvan de segundo componente, lo que podría derivar en que para suplir ese refuerzo se pruebe con aplicar cataplasmas, tirar el cuerito o rezar una cadena de avemarías y padrenuestros.

“Son unos hijos de Putin”, exclaman los más exaltados, temerosos de que en cualquier momento ocurra lo peor: que se prometa la llegada del faltante “para el segundo semestre”.

Mientras unos imploran por la Sputnik, otros sueñan con parecerse a los famosos y hacerse merecedores de una Pfizer liberal y republicana, en medio de la supuesta infiltración comunista enviada desde Rusia y China.

Proliferan los llamados a “no politizar las vacunas”, de la misma manera que antes se instaba a no hacerlo con la entrega de colchones, de zapatillas, de planes, de chapas de taxi o de pases para el VIP de un boliche. Después de ver la cantidad de personas que viajaban a Miami a vacunarse, para promover el turismo interno quizás se autorice mediante otro DNU la instalación de dispensers de Pfizer en Bariloche, las Cataratas, Inschigualasto, Humahuaca o La Cueva de los Pajaritos, cerca de Tanti.

“En los hospitales había un alerta por la altísima ocupación de camas y nosotros estamos en alerta porque tenemos todas las camas vacías”, me dijo un hotelero amigo que en los últimos meses sólo había hospedado una pareja de horneros; y encima, no quisieron pagarle porque dijeron que ellos se habían construido su propio nido.

Todos suponen que a partir del próximo viernes se liberará el desplazamiento de personas hacia zonas turísticas; y se ilusionan con otra ola polar que permita habilitar una pista de esquí en el Pan de Azúcar y que otorgue a Córdoba una plaza en el calendario internacional de slalom, con los churquis como obstáculos naturales para los competidores.

Frente a los que quieren salir de vacaciones, se encuentran los que ansían volver a Córdoba y están varados en aeropuertos de distintos lugares del planeta. Pretenden regresar los que viajaron a Estados Unidos para vacunarse, los que volaron a Panamá para abrir empresas fantasmas y los que dieron la vuelta al mundo para averiguar si la Tierra es o no es plana. La imposibilidad de abordar un avión que los traiga de retorno, ha incentivado el ingenio de esos cordobeses que, en tantas horas libres transcurridas en salas de espera, habrían logrado desarrollar una especie de hélice individual al estilo de Súper Hijitus, con la que podrían unir Nueva York con Córdoba en unas 184 horas de vuelo, con viento a favor.

Dos créditos locales que, por el contrario, se esfuerzan por trascender las fronteras de la provincia son Luis Juez y Gustavo Santos, quienes fueron bendecidos desde el PRO para encabezar las listas de Juntos por el Cambio en las próximas elecciones.

En procura de contrarrestar esta iniciativa, los aspirantes de la UCR deberían conformar una única lista en las PASO, algo más difícil que explicarle a un extranjero qué es el peronismo. Bastó que Negri y Mestre se aliaran para que brotaran otros candidatos como si los hubieran regado y les hubiesen puesto fertilizante. Vaya a saber uno si se rompen, si se doblan o si se van por la tangente, pero yendo por separado tienen tantas probabilidades de ganar como Carlos Vives de cantar en el Sargento.

(*) Sommelier de la política