Ya pasaron más de noventa días de esta cuarentena que parece aún no tener fecha de caducidad y muchas personas empezaron a sentirse solas, otras manifiestan síntomas de ansiedad, y todo esto se intensifica para aquellos que viven solos. Estos sentimientos fueron clave para replantearse la idea de una compañía, un “amigo de cuatro patas”. Muchos se animaron a adoptar en este tiempo.
La contracara de este aumento en las adopciones es la gran cantidad de animales que comenzaron a habitar las calles. Se estima que creció en un 50%, no solo debido a los abandonos sino también porque muchos refugios no dan abasto, o no cuentan con el espacio ni recursos para albergarlos a todos. Es una situación crítica la que están atravesando la gran mayoría de las ONG animalistas a lo largo y ancho del país.
Jimena del refugio “Jimenita Cuevas” nos cuenta que junto a su pareja se dedican a dar tránsito y albergar perros y gatos hace más de diez años. Desde que comenzó la cuarentena recibieron 68 nuevos integrantes.
Dificultades. También, debido al cierre de muchos negocios comerciales que daban de comer a los animales sin techo, algunos proyectos comenzaron a expandir su acción fuera del refugio. Julio del refugio San Vicente cuenta cómo afrontan esta nueva misión: “Todas las noches salimos a darle de comer a los animales que vemos en la calle, serán entre 40 y 50 perros, es un panorama muy complicado.”
Hay que considerar a su vez que para algunos refugios de diferentes partes del país los rescates y adopciones se volvieron un tanto engorrosas debido a las restricciones de circulación. Y por otro lado, se observa una baja considerable en las donaciones que reciben, sumado a que los voluntarios muchas veces no pueden movilizarse hasta las instalaciones.
Cuidados. Si bien darle un hogar a un animal es una decisión de amor, hay que hacerlo con conciencia. La tenencia responsable es uno de los pilares en los que se apoyan los proteccionistas.
Es fundamental tener tiempo. Tanto perros como gatos, en diferente medida, requieren atención y cuidados, paseos, alimentarlos y juegos. Responsablemente tenés que pensar si tu rutina se adecúa a los cuidados y atención que requieren.
En cuanto al espacio, hay que contestar previamente las siguientes cuestiones. ¿Se vive en un edificio? ¿Aceptan mascotas? ¿O en una casa con patio? ¿Hay algún espacio verde cerca de la casa? Yanina, de Fundación “Sentimiento Animal” comentó al respecto: “Es un gesto de gran amor adoptar a un perro o gato anciano que necesita muchísimo una familia. La mayoría de la gente quiere mascotas jóvenes, cachorros, pero los más viejitos son muy compañeros y agradecidos, y también merecen un hogar”.
Es preciso contar con recursos como la atención veterinaria, alimentos, medicamentos, pipetas y estadías, mientras estás de vacaciones, cuestan dinero. Además, paciencia, tolerancia y amor: Los animales tienen necesidades, a veces se comportan mal, pueden romper cosas o ensuciar la casa. Necesitan amor y cuidados, deben ser tratados como un miembro más de la familia, ya que te acompañará durante varios. Adoptar una mascota es un compromiso.