CORONAVIRUS
Tratamientos caseros

Qué es el dióxido de cloro: el controvertido falso remedio anti-Covid

Quiénes recomiendan su uso, aseguran que posee la capacidad eliminar bacterias y reforzar el sistema inmunológico. Sin embargo, la comunidad sanitaria alerta sobre la peligrosidad y toxicidad del compuesto químico.

Dióxido de Cloro COVID
El dióxido de cloro, compuesto químico utilizado como tratamiento para el coronavirus. | Reuters

Entre las numerosas recetas caseras y remedios aplicados para combatir el coronavirus, el dióxido de cloro es una de las sustancias que, además de haber mostrado hasta ahora que no tiene ningún efecto sobre el virus de Covid-19, genera daños irreversibles en el cuerpo humano.

Se trata de un compuesto químico utilizado habitualmente como desinfectante o limpiador de superficies. Está compuesto en un 28% de clorito de sodio, misma fórmula utilizada para la lejía o el cloro. 

Quienes recomiendan su uso, aseguran que de mezclarse con un ácido suave, como el vinagre o el limón, se crea una sustancia con el potencial de desinfectar de toda bacteria o virus, reforzando el sistema inmunológico.

Sin embargo, dicha información no obtuvo aval científico y las instituciones sanitarias a nivel mundial han advertido acerca de la peligrosidad de ingerir esta solución. 

Dióxido de Cloro COVID
El compuesto químico, conocido como dióxido de cloro, puede encontrarse en desinfectantes y artículos de limpieza.

Riesgos de aplicación

La comunidad sanitaria local advirtió sobre de la peligrosidad que conlleva esta sustancia y no recomendó su uso. Entre diversos testimonios, destacada el del Dr. Aldo Sergio Saracco, miembro de la Asociación Toxicológica Argentina.

En diálogo con RePerfilAr sostuvo que "no hay evidencia de que ingerir este desinfectante ayude a tratar ninguna enfermedad" a la vez que recalcó que "no está autorizado para uso medicinal" y "ocasiona un daño sobre las estructuras donde toma contacto"

Saracco aseguró, también, que en la mayoría de los casos produce "efectos tóxicos", sobre todo como consecuencia del "uso crónico y mantenido en el tiempo".

Por otro lado, la Sociedad Argentina de Pediatría remarcó además que su exposición en niños "podría reducir la capacidad de la sangre para transportar oxígeno más rápidamente que en adultos" y, de esta manera, "alterar el intercambio gaseoso a nivel pulmonar".

Entre las consecuencias de aplicación del dióxido de cloro en grandes cantidades, se encuentra la hipoxia, falta de circulación y severos problemas respiratorios. 

Casos desfavorables en su uso

El dióxido de cloro ha permanecido en Argentina como una posible solución frente a la pandemia de COVID-19. Durante el mes de agosto, causó la muerte de un niño de 5 años, tras de ingerir dicho compuesto químico.

Acto seguido, el Ministerio de Salud de la Nación recordó que se trata de sustancia peligrosa y que su consumo no está autorizado. "El dióxido de cloro es una sustancia peligrosa que no está autorizada para consumir como medicamento" informó dicho órgano a través de Twitter.

 

Este miércoles, el paciente Oscar García Rúa, que se encontraba internado en el Sanatorio Otamendi por un cuadro grave de coronavirus, perdió la vida luego de ser tratado también con dicha sustancia.

La terapia había sido recetada por el neurocirujano del paciente, Dante Converti, y aprobada por el juez federal Javier Pico Terrero, quien admitió como válida la administración de "ibuprofenato de sodio, a través de nebulizaciones y de dióxido de cloro mediante vía intravenosa".

La decisión del magistrado había generado preocupación el fin de semana, ya que desde hace meses la Sociedad Argentina de Infectología y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) alertaban sobre la toxicidad del compuesto.

Tanto el Sanatorio Otamendi y la comunidad médica tendrían la intención de iniciar acciones legales por el fallo en el que se dispuso que el paciente debía recibir una sustancia que no está autorizada y además es contraindicada por diversas instituciones médicas

En la misma línea, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) respaldó la postura de dicho sanatorio remarcando que "la Justicia no debe obligar a los médicos a indicar un producto o medicación que no tiene el respaldo científico". "Una de las bases médicas es no hacer daño al paciente" concluyó el comunicado emitido por la entidad. 

jfg / ds